El águila es admirada
por los Nativos de América, no solo como mensajera del Gran Espíritu, pero
también como símbolo del poder de la naturaleza, de la supremacía o
majestuosidad, de sus misterios, pero también de la sabiduría, coraje y fuerza.
Algunas otras aves rapaces, como el cóndor y el halcón, son también asimiladas
al águila, especialmente en América del Sur.
El Águila es el
más sagrado de los animales de casi cualquier chamán de cualquier tradición,
Inca, Sioux, Maya, Dakota, Cheyenne, Azteca, Mexica, y un largo etcétera.
Imprescindible dentro del simbolismo animal en la cultura de los nativos de
América, principio espiritual y prototipo del chamán por excelencia. El
águila representará ese estado de sabiduría alcanzado mediante la iniciación
chamánica, así como el poder que ello conlleva. Los chamanes Incas, cuando
están en su primer nivel de aprendizaje, son considerados Papachahuitas
(“Aguiluchos”).
Siento el Fuego
En el Cielo y en la Tierra con el Sol y las
estrellas…
…en el Cielo y en la Tierra la Lunita y las
estrellas…
siento el Fuego dentro dentro, siento el Fuego aqui
te encuentro (bis)
Pachamama en este Fuego, Pachamama aquí te
encuentro…
Vuela, vuela el Aguilita, vuela vuela el
Cordorcito…
Vuelan, vuelan por nosotros
Cuidan, miran por nosotros…
En el México
prehispánico sólo tlatoanis, sacerdotes y guerreros podían portar las
plumas o las llamadas “sombra de los dioses”. El águila es también el ave
imperial de los aztecas. En el siglo Xll, los aztecas descubren un águila
que se posa sobre un cactus. Esta es la señal del lugar donde erigirán
Tenochtitlán, que brilló donde hoy se emplaza la actual capital de México. Los
aztecas veían en el ave al Sol naciente, devorador de la serpiente de la
oscuridad.
El antiguo pueblo
dominador y sacrificador de Mesoamérica posee la Orden de Águilas y los
Jaguares, su aristocracia guerrera. La vestimenta del guerrero águila
variaba según su rango y el contexto de uso ya fuera ceremonial o militar, pero
estos generalmente representaban el coraje y la fuerza física que se presumía
desplegaba en el campo de batalla.
Los escudos también
representaban el rango en la milicia, eran coloridos y cubiertos de plumas. En
la pierna el guerrero llevaba una banda de piel, y para cubrir su cabeza, una
cabeza de águila a modo de casco o sombrero ricamente decorado con plumas.
En la película La Selva
Esmeralda acerca de las tradiciones del área amazónica, fundado por otra parte
en una historia real, el director describe una ceremonia mágica con el uso de cohoba,
donde un padre y su hijo se “transforman” respectivamente en un jaguar y un
águila, de acuerdo a las formas prevalecientes en su psicología profunda.
Las plumas del ave son
sagradas, especialmente del águila real y del águila calva. Ya desde siempre,
los indios americanos utilizaban sus plumas como símbolos ceremoniales, siendo
consideradas como el objeto de curación por excelencia. Las plumas suelen expresar
los grados jerárquicos de quienes las exhiben en sus atuendos, en especial las
que se usan sobre la cabeza, símbolo de autoridad. También son un signo de
poder y sabiduría. En esta cultura la mujer entregaba una pluma de águila
al hombre como símbolo de seguridad, orgullo y amistad dentro de su relación de
pareja. Por lo tanto, es un privilegio usar las plumas del águila.
Además, estas tribus de nativos americanos creen que las plumas del águila
nunca deben tocar el suelo. Por otra parte, éstas también son utilizadas como
decoración de objetos en las ceremonias de la Danza del Águila.
Para celebrar el Gran
Espíritu, las tribus de la praderas norteamericanas obtienen, de los
huesos del águila las flautas que suenan durante la danza del Sol, danza
sagrada en donde dan gracias a las divinidades por el año
transcurrido y se invocan las fuerzas divinas para pedir protección y
prosperidad para todos los seres vivientes en el curso del año que tendrá
inicio. Las danzas rituales asociadas al águila tienen el doble sentido de
impetración del hálito vital por mediación de la lluvia, y el de poder, en
relación a lo que se ha dado en llamar “magia simpática”. Las garras son
además consideradas potentes amuletos que el danzador debe llevar para
favorecer el contacto con el Gran Espíritu.
Si un indio rezaba y un
águila se posaba cerca de él, significaba que sus plegarias habían sido
escuchadas: El Águila era el mensajero directo del Gran Espíritu, un mensajero
sagrado que traslada nuestras plegarias al Creador y regresa con regalos y
visiones para el hombre su capacidad de elevarse en las alturas y
descender velozmente en picado, se asocia con la descarga fulminante del rayo y
con el Pájaro del Trueno para los indios de la costa noroeste de Estados
Unidos. Al combatir con los espíritus del mundo de los muertos provoca las
tormentas. Incorporada a los postes totémicos de los clanes, alude al fundador
mítico del grupo.
Fuentes:
-Wikipedia
-Algunas partes por
Julia C. White © 1995-99. ISBN 1-888059-25-7
No hay comentarios:
Publicar un comentario