El Silencio es algo misterioso, se oculta como las sombras
en la noche. Pero hay que encontrarlo, descubrirlo, para que nos enseñe su
sabiduría.
El equilibrio del Espíritu y la Tierra, es el abrazo del Silencio.
Desde niños, nos enseñaban a estar solos de forma voluntaria, para refinar
nuestro Espíritu y encontrarnos con nosotros mismos.
El caminar entre la hierba
y los ríos calmaba los pensamientos y el Corazón, de esa forma hablábamos de tu a tu a
nuestros hermanos los peces y podíamos ver al Espíritu de la piedra.
De esa
manera, el Silencio purificaba el Espíritu para poder afrontar el reto de la
Vida.
Esa soledad espiritual era inocente. Y ese era el camino para la unión
con WakanTanka (El Gran Espíritu)
Fuente: El Sendero del Chamán
Gran sabiduría, que se ha perdido
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