Que para no ser heridos levantamos muros...
Que sería mejor construir puentes...
Que sobre ellos se van a la otra orilla y nadie vuelve...
Que volver no implica retroceder...
Que retroceder también puede ser avanzar...
Mario Benedetti
El último puente colgante incaico
conocido como Queswachaca,
en la provincia de Canas, de casi cinco siglos, fue reconstruido por
integrantes de las comunidades ancestrales del Cusco a base de grandes sogas
fabricadas con la paja que crece en la puna. La comunidad se encuentra sobre
los 3720 metros de altura, y el puente pasa por encima del río Apurímac.
El puente es renovado cada año en el
segundo domingo del mes de junio, los encargados de renovar la colosal muestraInca son los miembros de las
comunidades campesinas de Quehue y Collana, de la nación indígena Canas, que
según datos históricos fue una comunidad fiel, súbdita y aliada de los incas.
Es una tarea que dura tres días seguidos donde participan más de 1,000
campesinos de la zonas conocedores de las técnicas de trenzado de las
sogas a base de paja, luego de realizar una ceremonia ritual de agradecimiento
a la Pachamama (Madre Tierra), esta técnica ancestral se transmite de
generación en generación lo cual constituye una de las pocas expresiones
culturales Incas que aún existen.
El puente de ichu que une las dos
orillas del rio Apurímac significa también un vínculo entre el pasado y el
presente el legado de la cultura Inca que hace mas de 500 añosdemostró que
no existe obstáculo terrestre que no pueda superar el ingenio y la
determinación de los pueblos.
Al finalizar el trabajo, se realiza
un festival campesino en el cual participan decenas de bailarines de danzas de
la zona, a los que se suman decenas de turistas que visitan para ver esta
extraordinaria obra de ingeniería Inca.
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