Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

viernes, 12 de septiembre de 2014

Leyenda del Girasol, una leyenda guaraní

Pirayú y Mandió eran caciques de distintas tribus ribereñas a orilla del rio Paraná, ambas tribus intercambiaban artesanías, compartían los predios de caza y pesca y celebraban sus festividades en común, todo pacíficamente.

Cierta vez Mandió sugirió a su amigo que unieran sus tribus por medio del matrimonio. 

¡Dame a tu hija Pirayú y nuestros pueblos se uniran para siempre.! Pirayú meneo su cabeza gravemente y le dijo –Me temo que no, es imposible, Mandió, mi hija Carandá no consciente en casarse con nadie, pues a ofrecido su vida al Sol.  Desde pequeña suele quedarse horas contemplándolo y no puede vivir sin él, pues en los días nublados se pone triste y meditabunda, por ese motivo no puedo casarla contigo.
Los ojos de Mandió brillaron de ira:
-¡Te equivocas Pirayú si piensas que olvidare este desprecio! y se retiro dejando sumido a Pirayú en hondas meditaciones, dado que sabía que su pueblo iba a correr un gran peligro. 


Pasaron varias lunas y nada sucedió, hasta que un día su hija Carandá se alejo con su canoa por el río para contemplar en todo su esplendor a su Dios el Sol, cuando se dio cuenta que su pueblo estaba envuelto en humo, cosa que la hizo remar con todas sus fuerzas hasta llegar a la orilla. Pero en ese momento sintió la fuerza de las manos de hierro de Mandió que le decía en su oído ¡Pídele a tu dios que te libere de mi venganza princesa desdeñosa, pues ni tu tribu será capaz de hacerlo! 

Y su risa cruel avivo la angustia de la doncella. Ésta preocupada infructuosamente trataba de liberarse de su captor, rezaba en silencio una oración a su Dios ¡Oh, Kuarahy (Sol) no permitas que lleve a cabo su maldito intento. Y el Dios la escucho con sus potentes rayos el Sol de los guaraníes envió hacia la joven un remolino de rayos que la envolvieron y la hicieron desaparecer ante los ojos atemorizados de Mandió y en su lugar broto una bella planta esbelta y hermosa cuya cabecita seguía, los rayos del Sol como antes seguía los ojos de la princesa hija de Pirayú.

Y así es como esa bella planta que nació para los guaraníes fue el GIRASOL.


Fuente: Yahoo Respuestas

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