El caburé es una
pequeña ave de rapiña (Glaucidium brasilianum), de color castaño con algunas
manchas blancas (especialmente en el pecho) y dos oscuras en la parte superior
del cuello.
Tiene cabeza grande, patas
fornidas, uñas agudas. Grandes ojos de pupila negra e iris amarillo.
Habita en bosques de Entre
Ríos, Misiones, Río Grande del Sur, Corrientes, Paraguay y el Chaco.
Uno de sus métodos de caza
es particularmente llamativo: se posa en la rama de un árbol elevado, da un
grito dominador y penetrante y mira rápidamente a su alrededor. Los pájaros que
se hallan al alcance de su voz y todos aquellos a quienes dirige su mirada, se
aterran y entumecen. No pueden huir ni volar sueltamente. Al contrario, como
atraídos por un imán se encaminan hacia el caburé, que matará dos o tres de
ellos.
De aquí que el ave haya
ganado fama como una especie de magnetizador o hipnotizador que atrae a
los demás pájaros. Y como la magia procede por analogía, entre la gente de
campo es regla que quien tiene un caburé o, al menos, alguna pluma de tal ave,
puede darse por satisfecho: todo le saldrá bien. El caburé o sus plumas atraen
todo cuanto hay de bueno para el hombre. Por ejemplo, atraen la suerte en el
juego y en los negocios.
Y no solamente en
términos materiales, sino también en cuestiones amorosas. En efecto, el
afortunado hombre que lleve consigo una o más plumas de caburé, será
correspondido por la más esquiva de las hermosas. Por supuesto que, como en
todo asunto mágico, el buen resultado dependerá de la fe que tenga el portador.
Múltiples historias
avalan esta eficacia desde antaño: el paisano que se ganó la lotería, el
pulpero que hizo próspero su negocio, el galán que conquistó a la dama de sus
sueños...
El ingenio popular
recogió estas creencias, que incluso pasaron a la posteridad en algún tango,
como ser "El Caburé" de A. De Biassi:
A mi me llaman Caburé
porque soy
un tipo que me hago
temer donde voy;
la palomita más
gentil que quiera conquistar.
Cuando mi canción
entono
no hay mujer
que pueda retener
el ansia de querer
amar,
sin que la bonita
presa
pueda escapar,
pues con mirarla
nada más
la encanto con sagaz
empeño de aspirar su
amor
como quien busca
en los jardines de
la vida
la más perfumada
flor.
Todos envidian
las virtudes de mi
fe;
y las mujeres
tiemblan de miedo
apenas oyen
conversar del Caburé.
Aportes adicionales
hechos por mi gran amiga Marisa López Palmiero
--Las plumas deben
conseguirse en un nido de este pájaro, nunca uno muerto o arrancados del mismo.
--No es válido
comprar las plumas del caburé, hay que tomarse el trabajo de conseguirlas.
Aporte de María Elva Vera de Arroyos y Esteros (Paraguay)
--El talimán consiste en atrapar una mosca que tiene bajo las alas para lograr los hechizos.
Aporte de María Elva Vera de Arroyos y Esteros (Paraguay)
--El talimán consiste en atrapar una mosca que tiene bajo las alas para lograr los hechizos.
Fuentes:
Rescatando mi
Cultura de Marisa López Palmiero
Blog El Area 51
El caburé
ResponderEliminarEscucha tu canto la noche enamorada,
abrigados de Dios
tus ojos ven mi suerte
y me llaman,
seducidos llegan los amores del aire
en pequeña serenata mortuoria
a la trampa que el amor hilvana,
el hambre amasa las palabras
que tu sueño extraña
y en tus plumas mi corazón descansa,
escucha tu canto la noche enamorada
sabiendo que la muerte acecha y ama,
sucumbiendo ante tu encanto
los pájaros del adiós su porvenir regalan.
Rubén Callejas
Mi padre, que nació en Brasil, llevaba una plumita de caburé, conseguida del caburé del zoo de mi ciudad de Córdoba...
ResponderEliminarDonde ire llevaré tu imagen cabure y algún día voy ir a paraguay para llegar a tu nido y sacar una pluma cabure
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