sábado, 26 de octubre de 2013

El caburé o caburei, talismán y encanto…

El caburé es una pequeña ave de rapiña (Glaucidium brasilianum), de color castaño con algunas manchas blancas (especialmente en el pecho) y dos oscuras en la parte superior del cuello.
Tiene cabeza grande, patas fornidas, uñas agudas. Grandes ojos de pupila negra e iris amarillo.
Habita en bosques de Entre Ríos, Misiones, Río Grande del Sur, Corrientes, Paraguay y el Chaco.
Uno de sus métodos de caza es particularmente llamativo: se posa en la rama de un árbol elevado, da un grito dominador y penetrante y mira rápidamente a su alrededor. Los pájaros que se hallan al alcance de su voz y todos aquellos a quienes dirige su mirada, se aterran y entumecen. No pueden huir ni volar sueltamente. Al contrario, como atraídos por un imán se encaminan hacia el caburé, que matará dos o tres de ellos.

De aquí que el ave haya ganado fama como una especie de magnetizador o hipnotizador que atrae a los demás pájaros. Y como la magia procede por analogía, entre la gente de campo es regla que quien tiene un caburé o, al menos, alguna pluma de tal ave, puede darse por satisfecho: todo le saldrá bien. El caburé o sus plumas atraen todo cuanto hay de bueno para el hombre. Por ejemplo, atraen la suerte en el juego y en los negocios.


Y no solamente en términos materiales, sino también en cuestiones amorosas. En efecto, el afortunado hombre que lleve consigo una o más plumas de caburé, será correspondido por la más esquiva de las hermosas. Por supuesto que, como en todo asunto mágico, el buen resultado dependerá de la fe que tenga el portador.
Múltiples historias avalan esta eficacia desde antaño: el paisano que se ganó la lotería, el pulpero que hizo próspero su negocio, el galán que conquistó a la dama de sus sueños...
El ingenio popular recogió estas creencias, que incluso pasaron a la posteridad en algún tango, como ser "El Caburé" de A. De Biassi:

A mi me llaman Caburé porque soy
un tipo que me hago temer donde voy;
y a más, yo tengo la virtud de poder amar
la palomita más gentil que quiera conquistar.
Cuando mi canción entono
no hay mujer
que pueda retener
el ansia de querer amar,
sin que la bonita presa
pueda escapar,
pues con mirarla nada más
la encanto con sagaz
empeño de aspirar su amor
como quien busca
en los jardines de la vida
la más perfumada flor.
Todos envidian
las virtudes de mi fe;
y las mujeres
tiemblan de miedo
apenas oyen
conversar del Caburé. 


Aportes adicionales hechos por mi gran amiga Marisa López Palmiero
--Las plumas deben conseguirse en un nido de este pájaro, nunca uno muerto o arrancados del mismo.
--No es válido comprar las plumas del caburé, hay que tomarse el trabajo de conseguirlas.

Aporte de María Elva Vera de Arroyos y Esteros (Paraguay)
--El talimán consiste en atrapar una mosca que tiene bajo las alas para lograr los hechizos. 

Fuentes:
Rescatando mi Cultura de Marisa López Palmiero

Blog El Area 51

3 comentarios:

  1. El caburé

    Escucha tu canto la noche enamorada,

    abrigados de Dios

    tus ojos ven mi suerte

    y me llaman,

    seducidos llegan los amores del aire

    en pequeña serenata mortuoria

    a la trampa que el amor hilvana,

    el hambre amasa las palabras

    que tu sueño extraña

    y en tus plumas mi corazón descansa,

    escucha tu canto la noche enamorada

    sabiendo que la muerte acecha y ama,

    sucumbiendo ante tu encanto

    los pájaros del adiós su porvenir regalan.


    Rubén Callejas

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  2. Mi padre, que nació en Brasil, llevaba una plumita de caburé, conseguida del caburé del zoo de mi ciudad de Córdoba...

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  3. Donde ire llevaré tu imagen cabure y algún día voy ir a paraguay para llegar a tu nido y sacar una pluma cabure

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