Las Tekoas o aldeas guaraníes eran verdaderas
fortalezas rodeadas por empalizadas dobles y, a veces, fosos disimulados con el
interior erizado de estacas afiladas. Protegido por estas defensas, se
levantaban entre cuatro y ocho casas comunales o malocas, distribuida alrededor
de una amplia plaza donde transcurría la vida social y la ceremonia.
La maloca, de unos cincuenta metros de largo tenía armazón de tronco y
estaba techada con ramas y hojas de palmeras. Podía albergar hasta 200 personas
perteneciente a varias familias emparentadas entre sí que formaba un mismo
linaje o Tevy.
Las aldeas solían concentrar hasta 1000 persona y su cacique se denominaba Tuvichá. Para ganarse el derecho de representar a toda la Tekoa (Aldea), el tuvichá debía reunir tres condiciones: ser el más valiente, el más generoso y el más orador de la comunidad.
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