La historia más aceptada del dulce de leche sitúa su origen en 1829, en la estancia La Caledonia, durante un encuentro entre los generales Juan Manuel de Rosas y Juan Lavalle para firmar la paz. Según la leyenda, una criada de Rosas se distrajo y olvidó cocinar una mezcla de leche y azúcar, que se redujo hasta convertirse en la sustancia dulce y espesa que conocemos hoy. Aunque esta es la versión más difundida, existen otras teorías que sugieren orígenes más antiguos en Europa o Asia, o que su creación fue un proceso gradual y común a distintas culturas.
El encuentro y el descuido:
En 1829, Rosas y Lavalle se reunieron para firmar el Pacto de Cañuelas. Durante la preparación de la comida, una criada olvidó en el fuego la lechada (leche con azúcar) que se tomaba con los mates.
Al regresar, la criada encontró una crema espesa y de color marrón que se había formado por la caramelización.
Se dice que Rosas probó este nuevo dulce y le gustó tanto que lo compartió con Lavalle.
Otras teorías:
Aunque la leyenda es popular, se cree que preparaciones similares existían en otros lugares desde hace siglos. En Francia, existe el "confiture de lait" y en otras regiones de Asia y América Latina también se elaboraban dulces parecidos con leche y azúcar.
Un ícono argentino y latinoamericano:
Lo cierto es que el dulce de leche se consolidó como un ícono gastronómico en Argentina y Uruguay, donde se celebra el Día Mundial del Dulce de Leche el 11 de octubre. También se lo conoce con otros nombres en países como Colombia (arequipe) o Chile (manjar).
Industrialización:
La producción industrial comenzó en 1902 con empresas como La Martona, que adaptó las recetas tradicionales a un proceso industrial.

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