Si las tormentas no existieran,
no habría agua pura que beber.
Si las noches oscuras no fueran,
no habría amanecer que agradecer.
Si las hojas en otoño no murieran,
la primavera no podría florecer.
Si el Gran Espíritu existiera.
Debería serlo todo, sino
nada él podría ser.
Arnau de Tera
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