El Lakota era sabio. Sabía que el corazón del hombre lejos de la naturaleza, se vuelve duro. Sabía que la falta de respeto por el crecimiento de otros seres vivos, pronto lo llevaría también a una falta de respeto por los seres humanos.
Los ancianos llegaron literalmente a amar la tierra y se sentaron o se reclinaron en el suelo con la sensación de estar cerca de un poder maternal. Era bueno para la piel tocar la tierra y a los ancianos les gustaba quitarse los mocasines y caminar con los pies descalzos sobre la tierra sagrada.
Y aquí encuentro la gran distinción entre la fe del indio y el hombre blanco. La fe india siempre buscó la armonía del hombre con su entorno, en cambio la del hombre blanco siempre buscó el dominio del entorno.
Luther Standing Bear / Jefe Oso Erguido (1868 - 1939)
Compartido por Jorge Herreros
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