Puerto Gaboto es un pueblo emblema de la historia de la República Argentina que esconde un remoto pasado que quedó olvidado y maldito por leyendas de la conquista.
Historia
Puerto Gaboto es un pueblo ribereño de Santa Fe que está bañado por las aguas de dos ríos: el Coronda y el Carcarañá. Por sus calles de tierra y su tranquilidad pueblerina se esconde una de las historias más increíbles y olvidadas de nuestra tierra. Allí se guarda el comienzo de nuestra propia historia y la de todo el Sur de América.
“En nuestra tradición, en la que pesa más el suelo que la sangre, el primer hecho histórico ocurrido en nuestro territorio fue la fundación del Fuerte en 1527″, escribió Amadeo P. Soler en su libro Puerto Gaboto. Fue fundado el 9 de junio de 1527 por el genovés Sebastián Gaboto, enviado por el rey Carlos I de España, el nieto de los Reyes Católicos.
Sebastián Gaboto llevó adelante está expedición con tres barcos y con la promesa de encontrar un paso hacia el otro Océano, lo que descubriría años después Fernando de Magallanes.
La historia de este marinero genovés hubiera pasado desapercibida de no ser por Ruiz Días de Guzmán, quien en 1610 escribió un poema que se llama “Argentina” e intentó rescatar la historia de la conquista y del Virreinato. Allí incluye la historia del Fuerte Sancti Spiritu y la leyenda de Lucía Miranda.
La leyenda de la destrucción
Cuenta la historia que, en uno de los barcos de Sebastián Gaboto, venía una joven muy hermosa llamada Lucía Miranda, que estaba recientemente casada con Sebastián Hurtado, un soldado a las órdenes del genovés.
Al llegar a lo que hoy es Puerto Gaboto, los españoles arman una pequeña fortaleza y la bautizan con el nombre de Fuerte Sancti Spiritu, y allí se celebra la primera misa en estas tierras. Por primera vez se siembra trigo, casi como una premonición que sella el destino de lo que sería una de las provincias agrícola-ganaderas por excelencia de nuestro país.
La relación con los indios Coronda (nombre que da lugar al río del lugar) es muy buena y entablan una amistad de ayuda, cooperación y cordialidad. Esto se mantiene durante dos años, en los que la tribu de los Coronda colabora con alimentos, son guías en las expediciones españolas y hasta ofrecen hombres para defender el Fuerte.
La trama se complejiza cuando uno de los caciques se enamora perdidamente de Lucía Miranda y la quiere para él. Ella, una española de alta alcurnia y felizmente casada, le explica que, según su religión, ella podía estar casada solo con un hombre, que era el soldado Hurtado, y que a él pertenecía su corazón.
El cacique insiste con regalos y la llena de atenciones y agasajos, pero Lucía Miranda lo rechaza en reiteradas oportunidades, hasta que el cacique se siente ofendido y decide raptar a la mujer y tomarla como esposa.
El ataque
El 10 de diciembre de 1529, los caciques Siripo y Mangoré (quien cortejaba a la joven), con todos sus guerreros, asaltan el fuerte aprovechando la salida de muchos españoles que habían ido de caza, entre ellos Sebastián Hurtado, el esposo de Lucía.
El ataque toma a los españoles por sorpresa y son fácilmente destruidos y asesinados. En el fulgor de la batalla Siripo, hermano de Mangoré, al ver a la española, se enamora también de ella y decide en la confusión del asalto, matar a su hermano para quedar como único cacique y dueño de Lucía Miranda.
Ella es llevada con la tribu y obligada a casarse con Siripo. Cuando los españoles vuelven de cazar se encuentran con un panorama desolador y deciden regresar a España con Sebastián Gaboto a la cabeza. Sebastián Hurtado prefiere morir a dejar su mujer en manos de los originarios.
Hurtado rápidamente da con los Coronda que habitaban el lugar y se entera del terrible destino de su mujer. Siripo decide matarlo, pero Lucía intercede por él rogando clemencia. El cacique le perdona la vida a cambio de que quede prohibido, bajo pena de muerte, mantener encuentros conyugales entre ellos, ya que ahora Lucía pertenecía al cacique. Sebastián a cambio recibe tres indias con las que debe convivir.
Ante el miedo de la amenaza, la promesa se mantiene, pero la irresistible atracción que sentían los traiciona y vuelven a juntarse. Cuando el cacique se entera, decide a él matarlo a mazazos y a ella quemarla viva. Cuando Lucía Miranda está en la hoguera, maldice el lugar por 500 años.
La maldición de Lucia Miranda
El pueblo fue puerto y recibió ilustres visitantes como Charles Darwin, Urquiza, etc. Fue un lugar de prosperidad económica a principios del siglo XX, pero la maldición que pesa sobre este pueblo lo llevó una y otra vez a la ruina económica y a otra ruina aún más despiadada: el olvido. Hoy pocos conocen que fue en un pueblito pesquero de Santa Fe donde la historia comenzó a pocos años del descubrimiento de América y es, por lo tanto, un lugar hito de nuestra historia cultural. Nuestra historia iberoamericana tiene sus cimientos en esta historia y en el choque y encuentro de culturas es donde se forjó nuestra identidad cultural. Las tradiciones de ellos hoy son nuestras por ser sus descendientes directos.
Conocer Gaboto es conocernos a nosotros mismos, porque es aprender sobre el origen de esta tierra.
Fuente: Ser Argentino.com
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