jueves, 25 de enero de 2018

Cuerpo Ceremonial - Relación Palabra Alma Mbya Guaraní





En la concepción de los guaraní el alma está vinculada a la palabra, y esa alma de origen divina está destinada a desenvolverse hasta alcanzar la plenitud.

Cada persona es una encarnación de la palabra, el alma se hace con la historia de vida de la persona y las palabras forman la sinfonía de su vida. "El alma, como principio de individualidad que hace el cuerpo vivo a una persona, se confunde con el nombre propio: El Alma es el Nombre" (Clastres, p., 2004).

El nombre de la persona es el fundamento fuera del cual la persona no tendrá otro soporte válido.
Cada ser nace con un nombre que acompañara a la persona desde su nacimiento hasta su muerte. La concepción del ser humano es atribuida al sueño, sueño que genera una palabra. La persona será entonces una "palabra soñada", un acto de conocimiento soñado.

El mito de origen Mbyá Guarani, traducido por Hélène Clastres (2007), aclara que la Primera Tierra que existió, el Yvy Tenonde, fue creada por Ñande Ru Papa Tenonde, también llamado Ñamandu Ru Ete. El Padre Primero se levantó y creo el lenguaje, la Palabra-Alma, que circula en el esqueleto, que es la que mantiene erecto al guaraní; y es solamente cuando el niño puede permanecer de pie y comienza a caminar que se le atribuye un nombre guaraní que marca la procedencia (Este, Oeste, Norte, Sur o Cenit) de la Palabra Alma que se encarnó en ella.
 
Zelia Bonamigo (2008) recogió, en su investigación entre los Mbyá Guaraní de la Isla de la Cotinga en Tekoa Pindoty, en Paranaguá-Parana-Brasil, datos reveladores sobre los Ñee Ru Ete - "Padres de las Almas" - que transmiten los nombres dados a los niños haciéndolos sus parientes.

Son ellos: Jekupe y su esposa Yva, sinónimos de Jakaira e Ychapy (Primavera - cuidan de la fuente de la Niebla - habitan el Norte);

Kuaray y su esposa Jachuka o Ara (seres similares al Sol - habitan el Este);

Vera o Tupa su esposa Para (seres que recuerdan Agua, truenos, rayos y lluvias - habitan el Oeste);

Karai y Kerechu (seres guerreros relacionados con el fuego - habitan el Sur).

Estos seres se comunican y circulan constantemente entre sus dominios.

Cuando Ñamandu Ru Ete concibió estas divinidades, les confirió la carga de las Palabras-Almas de los futuros hombres. Son ellos los que el  chamán, opygua o rezador - invoca para saber de dónde viene el alma del niño y cuál es su nombre. Es esa palabra que le provee un lugar para si en el cuerpo del nuevo ser.

La transposición de los nombres ocurre durante el ritu   Ñemongarai-a, en el momento de la cosecha del maíz durante el mes de Enero - momento en que se revelados y se distribuyen los nombres en Lengua Guaraní a los niños de la aldea  que según los Mbya Guaranies representan sus verdaderas "almas" (Schaden, 1982).

Traducido probablemente por los misioneros y asimilado por los guaraní como " bautismo del maíz o bautizado", el Ñemongarai presenta características autóctonas que lo hace muy diferente del bautismo cristiano.

El Ñemongarai actúa en el fortalecimiento del cuerpo de cada individuo, en el círculo de relaciones sociales. Los niños nacen con un alma provisoria y sólo después del rito de nominación reciben a través de la palabra, un alma permanente, que debe ser cuidada.

Palabra y Alma se unen del mismo significado del prefijo Ñe que precede al término Mongarai – Palabra Alma de origen divino. Pissolato (2007) resalta que el cuerpo permanece erguido en la tierra "en la medida en que los humanos sean capaces de preservar el flujo de palabras" - nombres, cantos, capacidades -, las cuales se deben "hacer erguir" cuando enviados por los Padres y Madres divinos de los Mbyá o de sus Almas-Palabras".

Cuando el Opygua, Chaman o Rezador no descubre el nombre de la criatura, es señal de que ninguna palabra se encarnó en ella y que no sobrevivirá.

Tónico Benites (2009) cuenta que cuando la persona muere el alma vuelve al lugar de donde ella vino. Hasta los doce años de edad esa alma se encuentra en estado de inestabilidad pudiendo en cualquier momento, alejarse o ser atacada por los depredadores invisibles. El Cuerpo-Alma de los mayores tiene mayor estabilidad, pero necesita un desarrollo espiritual intenso, a través de rezos diarios, para mantener la etapa deseada.

La muerte es una pérdida de la palabra; el alma, el principio vital, que anima y mantiene erguido el cuerpo guaraní. Cuando son afligidos por alguna dolencia o enfermedad grave, los Guaraní consideran que el paciente ha recibido un Nombre-Alma que no conviene, sino que requiere una nueva búsqueda. Pierre Clastres explica: El Opygua parte entonces en un viaje para descubrir el verdadero nombre. Cuando este es comunicado por los Dioses, lo hace conocer al doliente-paciente y a sus parientes. La cura prueba que efectivamente descubrió el verdadero nombre del paciente. Mientras su espíritu está en la búsqueda del alma perdida (yendo a veces muy lejos, hasta el sol), el chamán baila y canta alrededor del paciente. (Clastres, p. 2004).

El viaje de descubrimiento del verdadero nombre del niño puede no dar lugar a un retorno breve, es decir, compatible con el tiempo estimado para realizar el ritual. En el momento de la nominación de la hija del jefe Darci Tupa, en Enero de 2010, la chamana Doña Lidia, encargada de realizar la nominación del niño, no recibió la comunicación de los dioses invocados. Doña Lidia argumentó que "se necesita mucha oración", según sus palabras, para la revelación del nombre del niño y que sólo en el próximo ciclo del ritual haría nuevo intento. El ciclo se refiere a la plantación del maíz (avachi), que se siembra en la primera Luna Menguante de Agosto y recogido en Enero, época de los "tiempos nuevos", marcada para la realización del Ñemongarai-Bautismo.

En Enero del año siguiente, la hija del cacique recibió su Palabra-Alma, adquiriendo así una mayor estabilidad para su Cuerpo-Espíritu.

En el ritual Ñemongarai, compuesto por varias ceremonias, los objetos rituales alcanzan más sentido en el espacio sagrado de la Casa de Oración  (Opy), adquiriendo en grado más elevado el valor de Ente, referencia a una dimensión espiritual compartida. En preparación y como agradecimiento por la revelación de los Nombres-Almas, los padres ofrecen la Ñande Ru  en la casa de reza algunos regalos.

El niño está representado por la oferta de un pequeño pote hecho de tacuara, con miel de abeja yetei o ei jatei y / o una pequeña flecha o uy, y / o un pequeño sonajero o mbaraka hecha con la calabaza o hya kua, semillas de kapi`i planta llamada lagrima de la virgen.

La niña está representada por un Takuapu, instrumento musical hecho de madera o tacuara, utilizado por las mujeres durante los cantos sagrados y por el mbojapé o pan de maíz, hecho con semillas de maíz, bautizadas previamente por el Opygua (chamán).

La flecha simboliza la fuerza y el coraje para una buena caza o éxito en todo lo que el Mbya-Guaraní hace.

La miel es alimento tradicional que acompaña al maíz, que fortalece el cuerpo y acoge las visitas.
El pastel de maíz simboliza el alimento que da fuerza y salud, y el takuapu significa que la niña siempre estará presente en los rituales de la casa de oración (Opy) (Bonamigo, 2008).

El agua depositada en el canal del cedro para ser rocíada en la cabeza del niño; el humo aspirado a través del petÿngua (pipa ritual ceremonial), provocando una niebla exorcizadora de las fuerzas negativas; los instrumentos musicales, el canto, la danza, el maíz y la miel crean e integran del sistema de pertenencia Mbyá-Guaraní.

Las diferentes habilidades y capacidades de desempeñar ciertas tareas que el cuerpo asume son un espacio de emergencia de las diferencias, una inmanencia de la multiplicidad del ser. Un modo por el cual los diferentes tipos de corporalidad experimentan naturalmente el mundo como multitud de afectos y afecciones, cuyas formas emanan el arte del cuerpo ceremonial de los Mbyas.

Así como no poseen un nombre como si fuera una "cosa" (Chamorro-Argüello, 1999), los Mbyá no perciben los objetos distantes de los del mundo animado, sino como formas humanizadas y humanizantes. "La humanidad emerge de un intercambio de intencionalidad, que se revela o se cristaliza progresivamente. (...) El pertenecer al género humano es elástico en su extensión y flotante en el tiempo " (Viveros de Castro, 2006). " Los objetos aportan necesariamente a un sujeto, son encarnaciones materiales de una intencionalidad humana " (Viveros de Castro, 2002).

El devenir mbyá-Guaraní, que se va  amalgamando y difiriendose en el tiempo, altera marcas, soportes, medios que, a su vez, generan nuevas producciones y nuevas subjetividad.

Los cestos confeccionados con la fibra de tacuara natural, los instrumentos musicales, el maíz y los bastones ceremoniales - elementos usados en los rituales- componen el escenario místico.

El canto y la danza dirigidos a los Dioses se celebran invocando el fortalecimiento de los participantes. La fuente de inspiración de los ceremoniales remite a las conquistas del mundo desconocido, de vecinos enemigos o seres naturales y sobrenaturales invasivos y amenazadores del bienestar Guaraní.

Basado en el texto de María Cristina Rezende de Campos - "El arte del cuerpo Mbyá-Guaraní: Procesos de negociación, patrimonializacion y circulación de la memoria"

Fuente > Blog Chakaruna
Original en lengua portuguesa
Traducida a la lengua española por el Profesor José Javier Rodas – Creador del Blog Crónicas de la Tierra sin Mal

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