el canal Beagle hasta
el cabo de Hornos.
La mujer tenía un papel protagonista en la cultura yámana
puesto que, además de ocuparse de la crianza de sus hijos, era la encargada de
la pesca de mariscos, esenciales para la dieta de este pueblo de
cazadores-recolectores, y de conservar el fuego que llevaban permanentemente
encendido en el fondo de su embarcación.
Si los yámanas sufrieron terriblemente
con la llegada de los colonizadores, especialmente debido al cambio de hábitos
que les impusieron los misioneros extranjeros, las mujeres de ese pueblo fueron
las principales víctimas, sufriendo violaciones de los loberos o siendo
obligadas a trabajar por los religiosos.
La bella fotografía fue tomada por
Grégoire Korganow en 2003, y refleja la sabiduría atesorada en ese rostro de
mujer curtido por el viento incesante de la Patagonia.
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