La palabra pozol
proviene del náhuatl: pozolli, que significa espumoso, sin embargo cada pueblo
tiene una forma de nombrarlo. En Tabasco también es llamado “pochotl”.
El pozol es una bebida
tradicional que se compone en su forma básica de maíz y cacao (base del chocolate),
pudiendo ser complementado con otros ingredientes. Es consumido primordialmente
por los pueblos chontales de Tabasco, choles, mayas, lacandones,
tzotziles, tzeltales, zoques, mames y zapotecos, habitantes del sureste
mexicano, aunque actualmente su consumo se encuentra ampliamente difundido.
Esta bebida se consume
desde la época prehispánica pues se decía que daba resistencia a los
viajeros indígenas, ya que alimentaba y quitaba la sed dándoles resistencia al
calor, además de que se conserva muy bien en climas cálidos. Se dice que su
carga alimentaria eran tortillas de maíz y el pozol, y que en viajes largos, la
masa del pozol combinada con agua fue sustituida por el “pinole”.
Mario Humberto Ruz
menciona que en 1579, en las “Relaciones Histórico-Geográficas de la Alcaldía
Mayor de Tabasco” se hace referencia al pochotl:
…”Tenían por
costumbre, especial los indios chontales, no comer sino sólo beber, y si comían
era muy poco, y bebían una bebida que se hace de la moneda suya, que es el
cacao, de suerte que se hace un brebaje algo espeso, el cual es grande
mantenimiento, y asimismo otro de maíz cocido que se dice pozol… hacen alguno
de esto acedo para beber con las calores, porque es fresco y esto es lo más
sano”.
Asimismo, menciona que
también los piratas holandeses, ingleses y franceses hacen referencia a esta
bebida a través del pirata inglés William Dampier quién hacia 1680
escribió acerca de los indios y el pozol:
…”Si viajan dos o tres
días cargan con un poco de este maíz molido, envuelto en una hoja de plátano, y
con guaje a la cintura para hacer su bebida; no se preocupan más por vituallas
hasta que vuelven a casa. Esto se llama posol; poorsoul para los ingleses. Es
de tanta estima {…} que nunca falta en sus casas”.
Heriberto Moreno
menciona sobre los usos del cacao en Oaxaca que por el año de 1763, en su “Diario
del viaje a la Nueva España”, Francisco de Ajofrín escribió:
“En esta provincia
usan los indios de una bebida que llaman pozol, compuesta de cacao y maíz con
algunos otros ingredientes, de que hacen una masa blanca que beben desleída en
agua fría y tiene un agrito no desapacible. Llevan esta masa en los caminos con
algunas tortillas de maíz, que es toda su prevención para viajar.
Debido al intercambio
comercial entre los diversos grupos mayas en la época prehispánica, la bebida
pasó a otros lugares como el sur de Veracruz, Chiapas, Oaxaca y
Yucatán, extendiéndose incluso a Centroamérica.
Pero el pozol no sólo
es una bebida refrescante, ya que desde tiempos prehispánicos, se le ha dado un
uso medicinal y ritual. Por ejemplo, en el caso de los mayas era usado como
cataplasma para prevenir o curar infecciones en las heridas. Los
Lacandones lo toman combinado con miel para bajar la fiebre y controlar la
diarrea.
Por la parte ritual,
ha formado parte de las ofrendas acostumbradas en las ceremonias para pedir
salud, lluvia y buena cosecha. Entre los chontales de Tabasco, aunque cada vez
en menor medida, es dado como ofrenda a los dueños de la naturaleza como parte
de su sistema de creencias ―lagunas y ríos, bosques, tierra y milpa, entre
otros―.
“En la antigüedad, la
preparación del pozol requería de las virtudes culturales y de la sabiduría de
las mujeres, quienes elaboraban el pozol en sus piedras de moler”.
En el estado
de Tabasco existen cinco variedades de pozol: el pozol con cacao,
pozol sin cacao, pozol de camote y pozol agrio.
Para preparar el
pozol, se pone a cocer el maíz en agua con cal (nixtamalización), después de
dejarlo hervir unos minutos, se saca un grano y se frota con los dedos para
saber si ya se le quita con facilidad el hollejo ―que es la piel del grano―;
cuando esto sucede, se retira de la lumbre y se lava varias veces hasta que los
granos queden completamente limpios. Se le vuelve a agregar agua al maíz y se
pone nuevamente al fuego hasta que los granos se ablandan.
El cacao se tuesta y
posteriormente se pela y se muele muy fino. A continuación se mezcla con el
maíz cocido hasta que quede de un color uniforme. De la masa que resulta, se
toma una porción y se bate a mano o se licúa con agua. En su forma
tradicional, antes de mezclarse con agua, la masa se deja fermentar en hojas de
plátano por un tiempo que puede ser de tres días, hasta un mes,
volviéndose así, embriagante y de sabor más agrio, algunas personas le agregan
azúcar, piloncillo, miel y leche o hacen variantes agregando flor de chorote,
piste (semillas de zapote tostadas) o camote.
Se sirve
preferentemente en jícaras, donde la bebida conservará su frescura y permitirá
el tradicional “meneadito del pozol“, que consiste en mover el pozol para
restituirle la consistencia espesa una vez que se asentaron los ingredientes,
estos residuos son conocidos como “shish” o “shishito”
(en Tabasco) o “musú” o “motzú” (en Chiapas). La tradición
en Tabasco dice que debe colarse y servirse en jícaras labradas en
Jalpa de Méndez, en Centla o Zapata.
“El visitante que toma
pozol y le gusta, se queda a vivir en Tabasco”
Dicho Popular
Fuente: Como en el
Tianguis
El pozol mezclado con cacao se llama chorote. En Oaxaca de donde soy originario es un poco distinta la elaboración del pozol. Se pone a hervir el maíz con la cal y cuando ya está cocido, se deja enfriar y se lava bien, se vuelve a poner al fuego solo con agua y se deja que los granos revienten. Luego se muele, pero dejándolo de una consistencia gruesa. La masa resultante se mezcla con agua y se le puede agregar azúcar, miel, piloncillo o miel de caña, las personas mayores generalmente lo toman sin ningún endulzante. Buenísimo.
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