Así se habría visto nuestro Machu Picchu en tiempos de Pachacútec
Estrellas y quinuas de colores que se riegan en tus andenes.
Estrellas y quinuas de colores que se riegan en tus andenes.
Piedras milenarias que oyen el canto de los colibríes.
Machu Picchu ombligo estelar del tiempo.
Ojo sideral de oro y plata.
Machu Picchu río universal de asombro.
Tus piedras escriben sus leyendas.
Los poetas te cantaron, te cantan y cantarán por una eternidad.
Machu Picchu seguirás despierto con tu latido de puma.
Apenas he dejado correr mi sombra por tu cuerpo y me he sentado alguna vez
en tu piel enorme sintiendo tu mágico silencio.
Hoy “robo” la voz de los poetas y los muestro desnudos de tiempo.
Fuente: Calandria
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