El camino espiritual es una senda que no se camina con los pies, sino con el corazón...
Entrar a recorrerlo muchas veces significa entrar en la noche oscura del alma, donde se derrumban nuestros prejuicios, creencias, conceptos y todo lo que creíamos ser...
A medida que nos vamos despojando de todo eso, quedamos con la mente desnuda ante la verdad que va surgiendo entre las brumas de la ilusión.
Y el camino se vuelve cada vez más claro, porque la luz del Ser lo comienza a iluminar.
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