Imagina una semilla que viaja kilómetros, envuelta en una suave cubierta de algodón, en busca del lugar perfecto para crecer. Esta semilla representa nuestras ideas y esfuerzos, buscando un terreno fértil donde puedan florecer. Al igual que la semilla, como seres humanos, debemos buscar entornos propicios que estén abiertos a nuestras ideas positivas y esfuerzos constructivos.
Cuando la semilla encuentra ese suelo fértil, se transforma en un arbusto vigoroso, adhiriéndose con sus raíces prodigiosas al suelo. Este proceso simboliza cómo nuestras ideas y acciones pueden arraigarse y crecer en un entorno receptivo. Al igual que el arbusto que busca la luz del sol, nosotros también buscamos la luz de los pensamientos positivos para nutrir y desarrollar nuestras ideas y proyectos.
A medida que el arbusto crece y se convierte en un árbol, se enfrenta a desafíos como las malas hierbas que intentan sofocarlo. Aquí, el árbol anhela un tutor, alguien que lo pode y le quite lo seco y negativo. Esto refleja la importancia de tener mentores y un apoyo constructivo en nuestras vidas para eliminar influencias negativas y obstáculos que impidan nuestro crecimiento.
El propósito final del árbol es dar buen fruto, que simboliza los resultados positivos de nuestras acciones y pensamientos. Como seres humanos, nuestro objetivo es crear impactos positivos en aquellos que nos rodean, ofreciendo el fruto de nuestro trabajo y sabiduría.
Esta historia nos recuerda la importancia de elegir sabiamente dónde plantamos nuestras 'semillas' - nuestras ideas, esfuerzos y sueños. Al hacerlo en terrenos fértiles y con una actitud positiva, podemos crecer y prosperar, beneficiándonos a nosotros mismos y a quienes nos rodean.
¿Qué tipo de semillas deseas plantar este año en los demás y a quienes vas a elegir para hacerlo? Esto es una excelente forma de iniciar tu año.
El Árbol de la Vida, un Coach positivo en la tuya.
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