Cuentan que antes de la llegada de Quetzalcóatl, los aztecas sólo comían raíces y animales que cazaban.
No tenían maíz, pues este cereal tan alimenticio para ellos, estaba escondido detrás de las montañas.
Los antiguos dioses intentaron separar las montañas con su colosal fuerza pero no lo lograron.
Los aztecas fueron a plantearle este problema a Quetzalcóatl.
-Yo se los traeré- les respondió el dios.
Quetzalcóatl, el poderoso dios, no se esforzó en vano en separar las montañas con su fuerza, sino que empleó su astucia.
Se transformó en una hormiga negra y acompañado de una hormiga roja, marchó a las montañas.
El camino estuvo lleno de dificultades, pero Quetzalcóatl las superó, pensando solamente en su pueblo y sus necesidades de alimentación. Hizo grandes esfuerzos y no se dio por vencido ante el cansancio y las dificultades.
Quetzalcóatl llegó hasta donde estaba el maíz, y como estaba trasformado en hormiga, tomó un grano maduro entre sus mandíbulas y emprendió el regreso. Al llegar entregó el prometido grano de maíz a los hambrientos indígenas.
Los aztecas plantaron la semilla. Obtuvieron así el maíz que desde entonces sembraron y cosecharon.
El preciado grano, aumentó sus riquezas, y se volvieron más fuertes, construyeron ciudades, palacios, templos...Y desde entonces vivieron felices.
Y a partir de ese momento, los aztecas veneraron al generoso Quetzalcóatl, el dios amigo de los hombres, el dios que les trajo el maíz.
Nota: El significado del nombre Quetzalcóatl es Serpiente Emplumada.
Fuente: Ciudades Virtuales Latinas
Hermoso, de gran mensaje. Nuestras culturas originarias encierran no solo tradición, también sabiduría. Ellos nos legaron y mantienen un inteligente y sostenible manejo de la naturaleza, que debemos aprender.
ResponderEliminarque cosa tan maravillosa ,hermosos cuentos
ResponderEliminarMientras leía recordé la historia del maíz de cómo nació en la cultura guaraní, no pude dejar de pensar en mí generación cuando nos narraba nuestro padre acerca de este grano y alimento que no solo es eso sino lo cultural , tampoco pude evitar pensar en las generaciones actuales , de cómo contestarían las tradiciones si la base de sus alimentos son cómodas chatarras y no existe vinculación con lo terrenal sino más bien con este sistema capitalista perverso llamado la globalización que solo llego como un monstruo que arrazo con nuestros orígenes con nuestras lenguas y nuestros mitos
ResponderEliminarQuiero que mis niños se deleiten este cuento
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