Escrito>
Laura Álvarez Chamale /lalvarez.eltribuno@gmail.com
Un monumento de ocho
metros de alto, de hierro y cemento, quiere reflejar a las sufridas pero
valerosas madres aborígenes y criollas del chaco salteño. Ya está en pie en la
plaza de Morillo, en Rivadavia Banda Norte, pero se inaugurará oficialmente a
mediados de abril. Fue Cristian Herrera, un hijo de Morillo que se convirtió en
la voz del grupo Matacos, quien tuvo esta iniciativa que contó con el apoyo y
el entusiasmo del intendente Ata Gerala. Casi cinco meses vivió en ese pueblo
el consagrado artista tucumano, oriundo de Simoca, Eduardo Romano, quien les
dio forma con sus manos y con su corazón a la madre y al hijo que contarán para
siempre, desde el concreto monumento, el silencioso sacrificio de ser madre en
un terruño intenso y hostil para la vida.
Cristian Herrera le dijo a El
Tribuno sobre su iniciativa: Son
proyectos de profundo significado social que mejoran y engrandecen a los
pueblos, aunque no siempre cuentan con el compromiso de los gobiernos. Por eso
hay que destacar la apuesta del intendente Ata Gerala que vio en esta idea un
patrimonio cultural para el pueblo, que podrán disfrutar quienes visiten
Morillo.
Agregó: Es una escultura gigante
de gran calidad artística que busca homenajear a la figura de la madre del
chaco salteño. Tiene 8 metros de altura y es de hierro y concreto. Trabajó
desde sus cimientos en el lugar, el artista Eduardo Romano, de Simoca, quien
vivió en Morillo desde el 4 de octubre hasta los primeros días de febrero
cuando quedó terminada la escultura. Lo dejó listo para inaugurar a mediados de
abril. Comentó que fue
emocionante ver el cariño de la gente por estas iniciativas. Colaboraron mucho.
Para Herrera, la madre del
chaco salteño tiene un inmenso valor. La mujer es el pilar del chaco salteño,
una zona donde el hombre es rústico, se convive con un clima intenso, soportan
muchas carencias, mucha hostilidad de la naturaleza. El hombre se tiene que
retirar de su casa lejos para llevar sustento a la familia, y la mujer es la
que sostiene toda la estructura social, en silencio y con un profundo amor, expresó, y acotó: La
madre chaqueña es una mujer fuerte como los algarrobos, lucha con las
desventajas de su propia desnutrición que se traslada a los hijos, pero no baja
los brazos, es paciente, silenciosa y siempre está con los hijos a cuestas,
acariciándolos, llorando sus miserias y celebrando la vida a pesar de todo.
La musa inspiradora del
cantante Cristian Herrera es su papá, Hugo. Mi papá fue el creador del proyecto
solidario cultural "Morillo canta por los niños'. El murió en 2008 y yo
tomé la posta del proyecto, por eso vamos tres veces al año a hacer festivales
solidarios al pueblo. Este monumento a la madre chaqueña era un sueño de mi
padre, que se hizo realidad.
A través de la música del
grupo Matacos, cada octubre en Morillo se da rienda suelta a los sueños. Tratamos
de llevar alegría y beneficios para la zona, el año pasado llevamos kit de útiles
escolares para 10 escuelas. Desde chico me acostumbré al trabajo social, mi
padre estaba muy comprometido con la gente, con los vecinos. Eso se hereda y no
se puede huir de la responsabilidad de ese legado, aseguró el artista.
Fuente
Diario El Tribuno
(Salta-Argentina) 22 de Febrero de 2.017
Gentileza
Morena Coria González
No hay comentarios:
Publicar un comentario