Johan
Eliasch, magnate sueco, estaba “harto de ver a los políticos hablar y no hacer
nada”. Entonces se fue a Brasil y adquirió una parcela de selva amázonica de
200 mil hectáreas, con la intención de protegerla. Al igual que Eliasch, otros
magnates decepcionados por las políticas medioambientales públicas han decidido
intervenir privadamente en defensa del planeta comprando tierra. Su ejemplo
está despertando un vivo debate, con aplausos y duras críticas procedentes
sobre todo de las comunidades locales afectadas.
Cada
año la Tierra pierde el equivalente al tamaño de Portugal de sus bosques.
El
mundo se desangra por sus bosques y hay quien para evitarlo se apunta a una ONG
y otros, como Johan Eliasch, se largan a Brasil a comprarse una parcela de
selva amazónica gigantezca. Son formas diferentes de lograr un mismo objetivo.
Y el sueco Eliasch, y tremendamente millonario, lo tiene claro: “Estaba harto
de ver a los políticos hablar y no hacer nada”.
Eliasch
es vice-tesorero del partido conservador británico, dueño de la marca deportiva
Head y miembro de una familia de potentes empresarios. Su perfil dista años luz
del estereotipo del activista conservacionista, pero los hechos dicen que se
trata del nuevo gran adepto a la que algunos definen la filosofía del colonialismo
verde. No es un club de masas, pero Eliasch está en buena y cada vez más amplia
compañía. Los miembros del imaginario club cuentan todos con dos atributos
fundamentales: conciencia verde y cartera envidiable. Piensan que ante el
fracaso de las políticas públicas, mejor actuar por su cuenta. Y donde
aterrizan, no se tala o urbaniza ni un metro cuadrado.
Así
es en las tierras adquiridas por Eliasch, ubicadas en el noroeste de Brasil,
cerca de la ciudad de Manicoré. El empresario no quiso contar cuánto pagó por
ellas. Pero, por una vez, el precio no importa. Lo que cuenta es el motivo: “La
lucha contra el cambio climático”, dice. La defensa de la Amazonia no es sólo
un asunto de biodiversidad.
“La
deforestación es una de las mayores fuentes de emisiones de CO2?, argumenta
Eliasch. Los árboles capturan CO2. Cuando se talan, dejan de hacerlo. Y cuando
se queman, sueltan a la atmósfera el carbono almacenado. Y se talan y queman
mucho. Pese a campañas y esfuerzos, la deforestación mantiene su salvaje ritmo
en África e incluso lo aumenta en América Latina con respecto a los noventa.
África perdió el 9% de sus selvas entre 1990 y 2005. América Latina, el 7%,
según datos ONU. La deforestación causa entre el 12% y el 14% de las emisiones
globales de CO2. “Comprar y proteger selva pluvial es el camino por el que un
particular puede tener un impacto directo y significativo en la lucha contra el
cambio climático”, dice. El magnate cuenta con un equipo de “unas cien
personas” para proteger su tierra.
La
llegada de Eliasch supuso que algunos perdieran su fuente de ingresos. Talar,
ya no se puede. Y no van a aparecer hoteles o resorts en la parcela del sueco.
Por ahí va una de las críticas que con frecuencia se hacen a los nuevos mecenas
verdes, a los que se ve como un obstáculo al desarrollo. ¿Por qué hay que
solucionar en los países en desarrollo problemas causados por los
desarrollados?, se pregunta en medios y foros de comunidades afectadas.
“Entiendo
el argumento”, contesta Eliasch. “Pero el punto es que yo, como ciudadano, no
voy a lograr que Volkswagen reduzca el nivel de emisiones de sus motores. Ésta
es la manera en que puedo conseguir resultados. Por ello actúo, e intento
colaborar con las comunidades locales para que conservar el bosque se convierta
en un interés superior a arrasarlo. Hay que encontrar la manera de hacer que
una selva tenga más valor de pie que talada”. ¿Cómo? “Yo he concedido a los
locales el derecho de cosechar frutos en mi tierra. Es sólo un paso. A nivel
mundial, hay que otorgar un valor apropiado a la conservación de las selvas”,
por ejemplo en los mercados de derechos de emisiones.
Ecoportal.net
Muy interesante! Por otro lado creo, que los " poderosos " ya están en condiciones de hacer reducir el uso de combustible y usar otras alternativas sin contaminar...Y por ahora hacen poco.
ResponderEliminarhttps://es.m.wikipedia.org/wiki/Johan_Eliasch
ResponderEliminarLa verdad detras de falsa cara . Ojala la multa le sirva para que deje de destruirlo.
Y se lo expropien .