La lucha de las
naciones indígenas de America latina contra los conquistadores españoles tiene
en el cacique mapuche Caupolicán a uno de sus grandes líderes. Cuando, en 1541,
los conquistadores españoles invadieron el actual territorio de Chile, no
imaginaban la poderosa resistencia que opondrían las naciones indígenas, en
especial la nación mapuche, llamada araucana por los invasores.
Uno de los
principales jefes mapuches en esta lucha fue Lautaro quien, luego de, asesinado
por los españoles en 1557, fue sucedido por Caupolicán.
Designado “toqui”,
es decir, gran jefe guerrero, por su imponente fortaleza física y por su
valentía, Caupolicán dirigió numerosos ataques contra fuertes y otros
asentamientos españoles, en la región centro y sur de Chile.
Pero a pesar de sus
esfuerzos, sus últimas grandes batallas terminaron en derrotas hasta que
Caupolicán fue capturado por los españoles.
Condenado a morir
por empalamiento, el 27 de junio de 1558, fue amarrado y sentado sobre un agudo
palo, que lentamente fue destrozando sus entrañas.
Pero el gran jefe
mapuche, durante su lenta y terrible agonía, no emitió una sola queja,
mostrando una vez más su valentía y el ejemplo a su pueblo, que continuó
luchando contra los invasores.
Las hazañas y el
heroísmo de Caupolicán fueron narrados pocos años después de su muerte por el
poeta español Alonso de Ercilla, que en su poema épico “La araucana”, clásico
de la literatura española, cuenta las historias de Lautaro y de Caupolicán.
Siglos después, a fines del 1800, el poeta nicaragüense Rubén Darío, en su
poema “Caupolicán”, también describe al famoso jefe mapuche. En la actualidad,
en Chile, calles, parques, plazas, estatuas y teatros llevan su nombre, en
recuerdo y homenaje a quien tanto luchó por la libertad de su pueblo.
Fuente: Radio
Nacional
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