La UNESCO entregó a los pobladores
de las Comunidades Andinas y Autoridades del Distrito de Quehue provincia de
Canas que renuevan anualmente el puente colgante Qeswachaka la resolución que
declara dicho ritual como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Desde hace mucho tiempo, los puentes
formaron parte de los caminos agrestes de nuestra serranía, bajo ese enorme
manto celeste y un imperioso sol.
En el tiempo del incanato, los incas
no descuidaron el desarrollo de sus técnicas en este campo, sobresalieron tanto
en comparación a las naciones vecinas. En el Tawuantinsuyo, caminos y puentes
impresionaron gratamente desde el primer momento a los españoles, y no era para
menos, gozaban de la comodidad de pasar por aquellos puentes, en casos, sin
apearse de sus cabalgaduras.
De acuerdo a la conformación de los
suelos, al ancho de los ríos y a los elementos ofrecidos por la naturaleza de
nuestra tierra, el trasladarse con comodidad, salvando el natural atajo que
constituyen las distancias y los ríos; en la actualidad esa cultura han dejado
a la posteridad peruana, el mensaje de su obra, la enseñanza de que con buena
organización social y el trabajo realizado con alegre emulación social, pueden
construirse extraordinarias obras.
El puente colgante Q’eswachaka,
que pertenece a la Provincia de Canas, para ser más exacto en el distrito
de Quehue. Es una de las más claras formas de apreciar de como una
cultura aún persiste con el pasar del tiempo, manteniendo viva una tradición a
través de lo implacable del tiempo, el clima y una sociedad pluricultural.
El puente Q’eswachaka se vuelve a reconstruir año a año, para así poder permitir su adecuado uso, dándole mantenimiento mes a mes durante todo el año. La fecha para la reconstrucción del puente es realizado en el mes de junio, acompañado con un colorido Festival de Danzas de la región, llevado a cabo por sus variadas comunidades. El mes de junio es la temporada en que las partes más altas de la región produce el Q’eswa (paja brava) con la cual hacen las cuerdas o lianas para la construcción del puente, y por el nombre de este material es que el puente es llamado Q’eswachaka.
Gracias a la tradición que aun
mantienen las comunidades de la provincia de Canas, como por ejemplo: Huinchiri,
Chaupibanda, Choccayhua, Ccollana y Quehue. Son las que nos muestran el arte de
toda una cultura, demostrando que se pueden alcanzar grandes cosas y enfrentar
las adversidades que presenta la naturaleza agreste de la región. El puente se
encuentra encima del río Apu Rímac, zona en la cual el río junto a
las formaciones rocosas forman cañones de gran altura, dejando una enorme
impresión a todas las personas que tenga la oportunidad de ver tan hermoso
paisaje.
El puente q'eswachaka o queshuachaca es
un puente colgante de fibra vegetal (ichu) que se sitúa sobre el río Apurímac en
el distrito de Quehue , en la región
Cusco-Perú . La existencia de este puente data desde la época incaica y su
mantenimiento y renovación se realiza mediante un rito ejecutado por las
comunidades de Winch'iri, Chaupibanda, Ccollana Quehue y Perqaro.
Mide 28 metros de largo y 1.20
metros de ancho, su estructura es hecha de «ichu» trenzado.
Historia
En tiempos incaicos estos puentes
eran realizados íntegramente de ichu y troncos atados a una estructura de
piedra que era elaborada especialmente para sostener el puente; cada uno o dos
años se renovaban las partes de ichu y madera asesorados por un especialista
incaico «mitmaq». Existen crónicas que indican que estos puentes eran reparados
con gran rapidez durante el periodo incaico.
Estas estructuras no perdieron
vigencia en el periodo colonial, puesto que eran más resistentes a terremotos
que las estructuras de piedra.
Ritual de renovación
El ritual de renovación del puente
Q'eswachaca se realiza mediante un modelo de trabajo que data de tiempos
incaicos denominado «Minka». Éste trabajo tiene diversas actividades rituales y
festivas que duran 4 días, y por lo general se inicia el segundo domingo de
junio.
El primer día se celebra un rito al
«apu Quinsallallawi», este rito se realiza durante el amanecer; mientras esto
sucede se acopia el «qoya ichu» que luego se trenza en soguillas denominadas
«q'eswas», la actividad del trenzado la realizan las mujeres bajo la
supervición de un «chakaruwak» o especialista.
Durante el segundo día se desarma la
estructura de ichu del puente viejo, se sacan los clavos de piedra que
sostienen el puente y se colocan 4 sogas que son la base de la estructura del
puente nuevo.
El tercer día se terminan los
pasamanos y la superficie por donde se caminará. Finalmente al cuarto día se
festeja con danzas y mucha comida típica, dado que el trabajo comunal siempre
fue considerado como día de fiesta por los ancestros peruanos.
Fuentes: Cusco Noticias
Wikipedia
Una maravilla aún vigente.
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