Un
día, hace mucho, mucho tiempo, un muchacho del Pueblo Qom salió al monte
chaqueño a cazar...
En
eso estaba, cuando, de pronto se encontró frente a un enorme Tamanduá (Oso
Hormiguero). El muchacho se asustó porque sabía que el oso tenía grandes y
fuertes garras con las que podía hacerle terribles heridas e incluso matarlo. Pero...el
Oso también se asustó, porque sabía que a los Humanos les gusta cazar animales
silvestres. El muchacho recogió una rama gruesa del suelo y la levanto amenazante.
El Oso se paró en sus patas traseras, con los brazos abiertos, poniéndose a la
defensiva. El muchacho comenzó a repartir golpes hacia ambos lados con el palo,
y el Oso, ágilmente, los esquivaba saltando de derecha a izquierda y de
izquierda a derecha. Después de un rato, el Oso se cansó de tanto saltar y huyó
al monte. El muchacho regresó al Pueblo y le contó a sus amigos el episodio,
haciendo la demostración de los saltos del Oso.
Todo
el Pueblo se rió muchísimo con la anécdota y con la explicación, entonces todos
comenzaron a imitarlos, unos al muchacho dando palazos, y otros al Oso pegando
saltos.
Y
así no más fué, dicen los Qom, cómo nació el Baile...
Del
blog: abuelacuentacuentos
Atrapantes, sencillos, esplendorosos, invaluables, y un sinfín de adjetivos que no vienen ahora a mí, para describir lo que significa cada muestra de la cultura aborigen, dueños reales de cada pedazo de tierra de este país. Son quienes realmente aman la tierra, la valoran, la cuidan, y a su cultura, sin tomar como mejor lo extranjero.Como utopía, pienso en la inserción, en este globalizado mundo, de la cultura aborígen, de los aborígenes compartiendo sus vidas junto a las nuestras, sin cambiar, siendo ellos mismos. el mundo podría empezar a cambiar, ........ todos somos UNO
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