Después de ocho años de
negociaciones se firmó un histórico acuerdo que por primera vez reconoce la
territorialidad indígena. Se trata del Lote 8 de la Reserva de la Biosfera de
Yabotí (RBY), en San Pedro.
Unas cuatro mil hectáreas que pertenecían a la familia
Laharrague -administradora de Moconá SA- y que ahora serán titularizadas a
favor de tres comunidades guaraníes que habitan en el lugar, tras la mediación
del Gobierno provincial y la Fundación Naturaleza para el Futuro, que compró la
propiedad para donarlas a sus habitantes originarios muy cerca de los saltos
del Moconá.
De este modo, la reserva del Parque Provincial Moconá se ampliará a una extensión mucho mayor: se sumarán como zona intangible cuatro mil hectáreas. “El acuerdo que sustenta esta gestión del lote 8 establece restricciones equivalentes a las de un área protegida en un territorio guaraní, independientemente de las subdivisiones. No se puede extraer madera, cazar, introducir especies, agroquímicos”, explicó Juan Pablo Cinto, coordinador de la Alianza Multicultural del Lote 8, negociador entre las partes, empresa, ONG, comunidades y Gobierno.
El viernes los caciques firmaron los
documentos pertinentes ante la escribanía de Gobierno tras la aprobación de
zona de Seguridad por parte del ministerio del Interior de la Nación.
“Por parte de la empresa se firmó todo, restaban los tiempos legales y de escribanía para inscribir y emitir los nuevos títulos para las comunidades. Lo importante es que se obtuvo las aprobaciones de zona de Seguridad”, señalaron desde la empresa.
De esta forma, las comunidades
guaraníes pasan a ser propietarias exclusivas del 82 por ciento de la
superficie bajo un título comunitario; un condominio entre Funafu y las tres
comunidades guaraníes se quedarán con el 12 por ciento y 200 hectáreas
permanecen a nombre de la empresa forestal, para el desarrollo de un proyecto
ecoturístico de bajo impacto.
En el acuerdo, las partes cedieron a
perpetuidad al Estado provincial un espacio para permitir la creación de un
sendero peatonal y un mirador, abiertos al público, para contemplar la belleza
de la selva y los saltos del Moconá.
La Selva Misionera o Bosque
Atlántico -compartido con Paraguay y Brasil- es uno de los ecosistemas más
amenazados del planeta, del cual subsiste menos del 10% de su cobertura
original y alberga el 7 por ciento de las especies del mundo.
Los signatarios del acuerdo
reconocieron la importancia de la conservación del área para la cultura y la
forma de vida del pueblo guaraní, y resolvieron elaborar, con el apoyo técnico
de la Fundación Biodiversidad, un Plan de Conservación para todo el Lote. Así,
ya no se explotará más el bosque por su madera; de este modo, se garantiza la
conservación de las especies que allí viven.
El acuerdo multicultural implica
ampliar el área de conservación del Parque Provincial Moconá, de
aproximadamente 1000 hectáreas, en un área de conservación de cinco mil
hectáreas, que transforma a este convenio en uno de los proyectos de
conservación más emblemáticos y ambiciosos de la región, especialmente por el
trabajo armónico con las comunidades originarias que dará lugar a actividades
conjuntas entre las partes.
De todos modos, sigue un debate abierto por el acceso a las comunidades y al emprendimiento turístico que pretende instalar la firma Moconá en el área que se reservó.
La alternativa de abrir un camino
terrado y de uso público en medio de la reserva es rechazada por ecologistas,
que exigen que primero se haga un estudio de impacto ambiental o, directamente,
se decida por un camino más extenso, pero por fuera del área reservada.
Los integrantes de la Alianza
Multicultural que involucra a Nicolás Laharrague, por la empresa Moconá SA, a
los caciques de tres comunidades Mbya Guaraní del Lote 8 (Tekoa Yma, Kapi`i
Ivate e Itao Miri) en la Reserva de Biosfera Yabotí, y a Luis Castelli,
director de la FUNAFU y representante de la organización ambiental
internacional (World Land Trust) se reunieron la semana pasada en la
Legislatura y expresaron su visión frente al polémico camino.
Llamativamente fueron los caciques
quienes más insistieron en contar con un acceso que corte la reserva. En
cambio, Nicolás Laharrague se mostró dispuesto a aceptar cualquier alternativa,
siempre y cuando el camino se haga realidad en el corto plazo.
Fuente: Misiones On Line 28 de
Octubre de 2.014
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