En toda Sudamérica trascienden las fronteras de las comunidades y
llegan a los ámbitos urbanos en ceremonias ecuménicas que suman a cada vez más
personas de distintos orígenes.
A partir de hoy, 21 de Junio y al menos hasta el día 24 se conmemora en
centenares de comunidades originarias del Hemisferio Sur de América un Nuevo
Ciclo Anual coincidente con el Solsticio de Invierno.
Quechuas y mapuches
La base de esta celebración la encontramos en el Intiq Raymin
(Intiq, Sol; Raymin, la Fiesta) del mundo andino, centrada el momento en que
los ciclos de la naturaleza y del cosmos recargaban su energía, para reiniciar
renovados, el Nuevo Tiempo.
Asentados en el hemisferio sur del planeta, los incas celebraron
con esta gran fiesta el momento en que el Tayta Inti, el Padre Sol iniciaba su
marcha hacia el Sur para calentar esta parte del mundo, entre el 21 y el 24 de
junio. La ciencia conoce a este fenómeno como el solsticio (Sol quieto) de
invierno, la noche más larga del año.
Desde entonces todos los pueblos andinos tributan respeto y
reconocimiento al Sol como principal fuente de la vida, celebrando al mismo
tiempo el comienzo de un nuevo año (Musoq Wata), coincidente con el solsticio.
Según su calendario, estos pueblos atraviesan hoy el año 5525, cronología que
se origina en el centro sagrado de Tiwanaku y con cada milenio que corresponde
a un Sol. A partir de la llegada de los conquistadores españoles transcurre el
Quinto Sol, o sea, los últimos quinientos veinticinco años.
Esta conmemoración del Año Nuevo se extiende a otros pueblos como el mapuche, para el cual el calendario gregoriano no alcanza a determinar con exactitud el momento preciso del cambio de ciclo que si sus Mayores indicaron: el Wiñoy Xipantv (en mapudungun “nueva salida del Sol y la Luna”), momento en que las señales de la naturaleza indican que el Ciclo de la Vida se renueva.
“Como organización, hemos tomado el día 24 de Junio, para anteponerlo
al santoral impuesto sobre esa fecha. Lo hemos declarado Día Nacional Mapuche e
invitamos a la sociedad criolla a reivindicarlo como una celebración de la
naturaleza que convoca a mapuce y no mapuce” afirman desde la Confederación
Mapuche del Neuquén.
Guaraníes y günün ä küna
La celebración del 21 al 24 de junio se ha difundido muchísimo
entre los pueblos indígenas de la Argentina, de manera tal que pueblos
trashumantes y cazadores recolectores también la han tomado aunque poco tengan
que ver con su cosmovisión y su caminar al lado de la Naturaleza.
Otros pueblos en cambio han comenzado a celebrar otro ciclo vital
distinto a los quechuas y mapuches. Así, los horticultores, cazadores y
pescadores guaraníes celebran el Año Nuevo (Ara Pyau) en la Primavera
que es cuando florecen los lapachos, mientras que los cazadores günün ä küna
festejan durante la misma estación, cuando nacen los primeros chulengos (crías
de los guanacos), entre septiembre y noviembre en Pampa y Patagonia.
Podríamos sumar a estos pueblos muchos otros de la zona selvática
que sabemos celebran la Primavera con ritos, danzas y canciones pero que
todavía dicha conmemoración no ha tomado el suficiente cuerpo ni difusión.
El Año Nuevo en los ámbitos urbanos
Lo cierto es que desde hace ya varios años, tanto el Intiq Raymin
como el Wiñoy Xipantv han atravesado las fronteras étnico-culturales y han
llegado también a las ciudades, en celebraciones ecuménicas que reúnen a gentes
provenientes de distintos sectores sociales, edades e identidades étnicas.
Así, las cada vez más numerosas ceremonias parecen alumbrar este
momento de cambio -el Pachakuti del cual hablan los andinos- y de
transformación interior por el que cada vez más personas, como parece indicar
el signo de los tiempos, ya estamos atravesando.
En gran cantidad de centros urbanos a lo largo y ancho de la
Argentina, se celebra el Año Nuevo Indígena, teniendo en cuenta además que
actualmente, la mitad de la población indígena del continente vive en las
ciudades.
“De allí” –agregan los paisanos mapuche- “que planteamos que sea un
feriado general, para que cada familia de este lugar del hemisferio sur podamos
celebrarlo y no sea una fiesta excluyente de la gran población criolla. La
manifestación de vida que expresa la naturaleza y el conjunto de todas las
vidas (Ixofijmogen), no es hacia los mapuce en particular. Es un llamado para
todos aquellos que creen que hay un orden y leyes naturales que deben conducir
la conducta humana y se deben respetar y defender ante los patrones
antropocéntricos, consumistas e individualistas de un sistema que devasta todo
a su paso”.
Por ElOrejiverde
Fecha: 21 de Junio de 2.017
Se agradece a Guillermo E. Bahamonde Paillalef el envío de esta
documentación
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