El
"Yvyraro", Myrsine laetevirens (Mez) Arechav. (Myrsinaceae)
es un árbol de 15 metros de altura y hasta 30 cm de diámetro, crece en el
interior o en el borde de la selva primaria o secundaria, así como también en
ambientes abiertos. Sus ramas de anteúltimo orden, menores de 4 mm de diámetro;
su ápice glabro o ligeramente piloso; sus hojas con margen entero y cavidades
secretoras elipsoidales no traslúcidas y los ejes de sus inflorescencias
mayores de 3 mm de longitud son caracteres que permiten distinguir a esta
especies de sus otros congéneres nativos del Cono Sur de América del Sur
(Otegui, 1998).
El aprovechamiento
de Myrsine laetevirens por parte de los Guaraníes se efectúa en
temporada estival cuando los cursos de agua se hallan con bajo caudal y poco
oxigenados. La extracción de la corteza se realiza mediante raspado, usando
para ello la hoja afilada de un machete (Fig. 1G).
Generalmente se obtiene material de corteza en un tramo que va desde la base
del tronco hasta la altura que resulte cómoda para el operario (Fig. 1H).
Sin embargo, para aprovechar la máxima cantidad de material posible en ciertas
ocasiones se apean los ejemplares, especialmente si son pequeños o si el curso
de agua es importante en caudal. Durante el procedimiento de extracción, los
operarios tratan de evitar que las gotas del abundante fluido que contiene la
corteza ("tykue") entren en contacto con los ojos, pues causan una
gran irritación ("añopi ramo yvyraro pire cherecha ko'õ": cuando
raspo la corteza del "Yvyraro" se me irritan los ojos). Para atenuar
este inconveniente recomiendan no efectuar el raspado al mediodía o durante las
horas de intenso calor.
Los fragmentos laminares de corteza obtenidos por raspado ("ikure"),
se introducen en recipientes permeables, ya sean cestas tradicionales de bambú
confeccionadas en las comunidades o más frecuentemente bolsas de hilo de
arpillera o polietileno que obtienen en el mercado. El recipiente con la
corteza que se obtiene del raspado es enjuagado dentro del sitio escogido en un
curso de agua (Fig. 1I)
hasta conseguir la concentración adecuada; puesto que la superficie del agua se
torna espumosa se utiliza el verbo "mboju'i" (espumar) para indicar
este procedimiento. En cambio el verbo utilizado para definir la pesca con
lianas ictiotóxicas es "pira nupã" (golpear peces), pues la toxicidad
menos intensa de estas lianas maceradas exige ultimar los peces mediante
certeros machetazos o con saetas. Todos los informantes coinciden en que
el "Yvyraro" supera ampliamente a otros ictiotóxicos en cuanto a
rendimiento y efectividad en tiempo y en especies de peces ("irundy vórcha
aty a'evema yy guachu peñuara": cuatro bolsas de corteza son suficientes
para un gran curso de agua). Dicen que esta cantidad se obtiene a partir de dos
árboles de porte medio a pequeño.
De acuerdo con un
informante de dicha aldea, es preferible usar el "Yvyraro" en los
tramos medios y bajos de los cursos de agua; evitando aplicar este material en
las proximidades de nacientes, esta regla busca no ofender al espíritu del agua
"Yy ja", lo cual trae consecuencias negativas como afirman los
pobladores, tales como el agotamiento de las vertientes y enfermedades, entre
otras. Esta creencia tiene probablemente un efecto benéfico sobre la población
de peces, ya que el desove y los primeros estadios del desarrollo de muchos de
ellos ocurre aguas arriba.
El nombre "Yvyraro" se traduce literalmente cómo "Árbol-amargo", sin embargo ni la corteza, ni el leño, ni las hojas tienen tal sabor. Ocurre que el término "ro" o "yro" es a veces usado por los "Mby'a" para indicar un principio amargo asociado a ciertos niveles de toxicidad ("poã yro reve añua jajukapa tacho'i": mediante medicina con contenido amargo/tóxico eliminamos las lombrices intestinales), por lo cual una traducción más aproximada y acorde a sus propiedades es: el Árbol tóxico".
Fuente: http://www.scielo.org.ar/scielo.php?pid=S0011-67932009000100002&script=sci_arttext&tlng=pt
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