Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

sábado, 7 de diciembre de 2019

Los Hijos de Colón de Marcos Ybañez, una obra de lectura imprescindible


La neocolonización en América es con la espada, la pluma y la cruz

El reloj cultural de la humanidad parece detenerse en 1492, en épocas de la conquista y colonización de América. Más de cinco siglos después les seguimos llamando “indios” y ellos “hombres blancos”. El Año Internacional de las Lenguas Indígenas, que se celebra este 2019, sirvió para dar mayor visibilidad a la civilización nativa, pero no encontró un eco favorable en las políticas públicas de los Gobiernos y Estados, para promover el respeto y promoción de las lenguas, sus territorios,el reconocimiento de los derechos culturales, lo cual condena a varias lenguas y culturas a sufrir un peligro de desaparición, señaló el escritor Marcos Ybáñez, autor del libro “Los Hijos de Colón”, presentado con buen impacto de público su nueva obra literaria, que llegó a la Argentina en la Primera Convención de la Lengua Guaraní, organizado por la Sociedad Argentina de Escritores SADE Corrientes y el Ateneo de la Lengua Guaraní, Regional Corrientes. 

“Historicidio” 

Han pasado 527 años de la conquista y colonización de América y las culturas originarias siguen siendo víctimas de genocidio y un nuevo proceso civilizatorio “neocolonizador”, agresivo y violento, combinando para el mestizaje el uso de la espada (de la fuerza y la violencia para desplazar a los últimos nativos de sus territorios), la pluma (crónicas colonialistas en medios, libros, la enseñanza de la historia oficial, que encubre la realidad de los pueblos originarios y niega el genocidio) y la cruz (la conquista espiritual, con la invasión religiosa de sectas fundamentalistas, tratando de suprimir sus creencias ancestrales), dijo Ybáñez. 

El objetivo es adueñarse de las riquezas naturales de los pueblos nativos. Hay un “historicidio”, porque pese a los cinco siglos pasados sigue sin reconocerse en los libros de historia oficial el etnocidio contra los pueblos originarios, no se da un pedido de perdón y reparación de la gran deuda que tiene Europa, específicamente España, Portugal, la Iglesia Católica. 

Dentro del modelo de desarrollo actual, donde el capital está por encima de la vida humana, no hay cabida para el buen vivir de los pueblos originarios. La expansión del capital desplaza a las comunidades indígenas de sus territorios ancestrales. Es una guerra por el control de sus riquezas naturales, que busca hacer desaparecer la civilización nativa, las culturas originarias y lenguas. 

Los últimos guardianes de la selva, los pueblos originarios, están siendo exterminados, con sus territorios, culturas, lenguas, sin que los Gobiernos y Estados hagan algo para parar el genocidio. Los gobiernos guardan un silencio sospechoso y complicidad en el exterminio de lenguas y culturas, para destinar los territorios a la cría de vacas, las plantaciones de soja transgénica y la minería. Al desaparecer los protectores de los bosques, van despareciendo las diferentes especies, que pone en peligro la vida en el planeta. 

“Los incendios en la Amazonía, el Chaco Sudamericano, y otras zonas, no fueron fenómenos meramente naturales, sino provocados, al flexibilizar sus controles los Estados con el objetivo de eliminar bosques, especies y la vida nativa, en connivencia con empresas extractivistas, para sustituirlos por selvas de cemento, vacas y plantaciones de soja transgénica”.

Marcos Ybáñez, autor del "Los Hijos de Colón"

Descolonizar la historia 

En el libro Los Hijos de Colón, Ybáñez, relata de forma desencarnada, en lengua guaraní y castellano, un viaje por la otra América, llamada desde el origen de los tiempos AbyaYala, tierra de sangre vital, fecunda, madura término utilizado por el pueblo kuna de Panamá y Colombia para nombrar a nuestro continente. Se redescubre y relata desde la mirada crítica de los caciques, chamanes, lideres nativos, la otra historia no contada de América.

En el prólogo, el escritor Aníbal Silvero, presidente de la Sociedad Argentina de Escritores - Filial Misiones (SADEM), afirma sobre la obra: “en toda bibliografía de un país, hay libros recomendados, y libros necesarios. Esta obra, indudablemente, tiene las dos características. Recomendado, porque su lectura puede ilustrarnos un poco más sobre el etnocidio que sufrió la gran raza guaraní de manos de la cruel invasión occidental, destruyendo su cultura y ultimando a una inmensa cantidad de sus hombres y de sus mujeres. Y necesario, porque debería estar en la biblioteca de todo latinoamericano que tenga el mínimo vestigio de interés por su pasado”. 

Discriminación y racismo.

De acuerdo a la consulta por redes sociales que se hizo a diferentes sectores de la sociedad como: intelectuales, profesionales, docentes, estudiantes, gente de la calle en diversos países de América que se incluye en el libro sobre la mirada hacia los pueblos originarios, sus lenguas y culturas, de parte de la sociedad “blanca”, como ellos denominan a los no indígenas. Muestra la discriminación y el racismo que sufren los pueblos originarios. 

Resumen

En resumen "Los hijos de Colón" de Marcos Ybañez es una novela histórica que reescribe la verdadera historia de los originarios nativos Abya Yala, verdadero nombre nativo de América. 

Describe la invasión, la depredación, la violencia, el asesinato, el genocidio que el hombre blanco causó a las diversas naciones o pueblos nativos con la llegada de Colón. 

Los "civilizadores europeos" con la espada y la cruz no solo masacraron a los guardianes de los bosques, de las selvas, de las aguas, de estas tierras milenarias, sino, no contento con eso, la civilización europea buscó matar la espiritualidad, las costumbres, el idioma de los nativos, porque sabían que si mataban su idioma que estaba íntimamente ligada a su ser , estaban matando su Alma.

Cinco siglos igual.




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