Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

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jueves, 29 de agosto de 2024

La batalla del Cacique Chanel.


Otra de las batallas entre los mal llamados “Indios” y el hombre blanco con sed colonizadora, se registró sobre las márgenes del Río Sauce Grande, en las proximidades de la actual Sierra de la Ventana.
A continuación, un relato del libro “El Fortín” por María C. Torelli:
En 1785, una expedición comandada por Juan de la Piedra, junto a Basilio Villarino, salen de Patagones con rumbo hacia las Sierras de la Ventana.
Cuando atraviesan el Río Colorado, sin argumento, matan a unos aborígenes que encontraron, entre ellos a uno de los hermanos del Cacique Chanel, el cual los había recibido diciéndoles “amigos”. Muchos murieron y otros escaparon.
Este era el cuarto hermano del Cacique Chanel que de la Piedra mataba.
Las noticias llegaron a Chanel ubicado en Sierra de la Ventana, por lo que convocó a otros Caciques en su auxilio, entre ellos a Lorenzo Calpìsquis.
El 22 de enero de 1785, llega y acampa la expedición, que provenía desde Patagones, en la zona de Sierras de la Ventana al mando de Juan De la Piedra y secundado por Basilio Villarino.
Una patrulla de exploración adelantada regresó al campamento un día después informando que a 25 km. adelante había 6 toldos. El 24 antes del alba, De la Piedra ordena “…y ataca las tolderías más cercanas, pero lejos de sorprender a los indios, es sorprendido por éstos, que caen como una avalancha sobre su campo, y después de arrebatarle el ganado, lo cercan obligándole a retroceder, ante cuyo inesperado contraste se rompen las fibras de su corazón y cae muerto como fulminado por un rayo” (citado por María C. Torelli en su libro El Fortín).
Envía una partida de 98 jinetes para atacarlos. Los tehuelches septentrionales, venían siguiendo y observando ocultos a la expedición de De la Piedra.
A la mañana del 24, luego de que los jinetes se fueran a buscar a los toldos que habían sido identificados, los serranos sorprenden a las fuerzas que se habían quedado en el campamento principal, robándoles todo el ganado e inmovilizando a las tropas.
Tal fue la sorpresa, que le produzco un infarto a De la Piedra. Los serranos sitian el campamento todo el día y en la mañana del 25, reclaman parlamentar con Villarino. Cuando éste se encontraba parlamentando, vuelve la expedición que había salido el día anterior a atacar las tolderías, que es atacada por los serranos a campo abierto sobre los márgenes del Río Sauce Grande, en dirección a Saldungaray. En esta acción muere Villarino.
El Cacique Lorenzo, aliado del Cacique Chanel, les perdona la vida a los 157 sobrevivientes e insiste en volver a los tratados de paz firmados con el Virrey. A pesar de todo lo que habían hecho, le ofrece caballos a los sobrevivientes para que puedan llegar a Patagones.” … fín del relato de Maria C. Torelli en su libro “El Fortín”.
Poco tiempo después, Pablo Zizur un ex piloto de la Real Armada, es el encomendado a viajar por tierra entre Buenos Aires y el fuerte del Carmen, a orilla del Río Negro en el norte de la Patagonia. Su misión consiste en reconocer y de marcar el camino y realizar tratativas de paz con el cacique Lorenzo Calpisqui que tenía sus tolderías en Sierra de la Ventana, hoy Saldugaray.

Fuente: Enrique Hopman - Efemérides Sociales, Históricas, Políticas y Culturales https://www.sierrasdelaventana.com.ar/.../la-batalla-del.../

Comentari

martes, 16 de julio de 2024

Artigas, Karai Guasu y los Guaraníes


“Owerawa Karaí como los indios vecinos de Artigas lo llamaban en la selva paraguaya de Curuguaty.”

“Ese mismo día sentí mucha emoción cuando Caula contó a Awaju que en un viaje al Paraguay a algunos delegados del gobierno uruguayo, que estaban investigando sobre la vida de Artigas allí, al preguntarles a los guaraníes por Artigas estos les hablaron sobre el Owerawa Karaí.

Al conocer que así llamaban a Artigas, Awaju hizo la explicación del nombre y coincidía con los criterios del Ñande rekó sobre el nombre alma, ya que el sabio guerrero nació el 19 de junio de 1764, Gua'an.

Fue un honor estar presente en ese momento mágico e histórico a la vez, en que nos acercamos a la comprensión de Artigas como un iniciado guaraní.

Varias confirmaciones hemos recibido después de esta historia.”

OWERAWA KARAI
Venido desnudo
En un poncho estrellado
Silencio de piedra
Corazón destrozado
Owerawa Karaí
Leyó las amenazas de la noche
Descifró el espiral hilo de humo
Fue cazador
Entre las espinas
Owerawa Karaí
Se quemó en las gargantas infernales
Entretuvo los pétalos del fuego
Se hizo velocidad
Luz repentina
Rayo Blanco en las tinieblas
Awaju Poty Joao.

En Wikipedia .... " Karaí-Guasu también escrito karay-guazú (palabra compuesta en guaraní cuya traducción más frecuente es Gran Señor), nombre por el que se conoce en la cultura guaraní al más grande señor o profeta. Este nombre y título se le otorgó a dos líderes carismáticos del siglo XIX: José Gaspar Rodríguez de Francia y José Gervasio Artigas como una expresión de las poblaciones con linajes guaraníes para identificarles como sus "caudillos", aunque también fue utilizado para referirse a Francisco Solano López.

Durante su exilio en el Paraguay, José Gervasio Artigas recibió este nombre guaraní y además es reconocido por los indígenas como el "Padre de los Indios".

Investigación de María Eugenia Maru Rodriguez.


miércoles, 29 de diciembre de 2021

Un estudio reveló que los vikingos llegaron a América mucho antes que Cristóbal Colón

Un estudio publicado en Nature confirma que el primer encuentro entre los vikingos y los nativos americanos se dio en el siglo XI.

Que Cristóbal Colón no fue el primero en poner un pie en tierras americanas es un hecho historiográfico más o menos conocido y aceptado, pero el crédito por el ‘descubrimiento’ del nuevo continente nunca le ha sido realmente arrebatado.


Ya para el año 1874, Rasmus B. Anderson, profesor de la Universidad de Wisconsin, fue el primero en declarar que “América no fue descubierta por Colón”, y en señalar a los Vikingos como los reales descubridores de estas tierras, específicamente la parte norte del continente. Su afirmación estaba basada en las revisiones historiográficas y lingüísticas de las antiguas sagas vikingas, como la “Saga de los groenlandeses” y la “Saga de Erik el Rojo”, escritas en los siglos XIII y XIV.

Esta teoría de Anderson fue finalmente comprobada en octubre de este año, gracias a una investigación que, utilizando tecnología de punta, logró establecer la fecha exacta de la primera visita vikinga a América del Norte: tuvo lugar en 1021.

Para hacerlo, analizaron la edad de los restos de madera recuperados en las excavaciones arqueológicas en la isla de Terranova (actualmente una provincia de Canadá), un sitio llamado L’Anse aux Meadows, en el que en 1960 fueron descubiertos ocho estructuras que se asemejaban a ruinas vikingas de Islandia y Groenlandia.


La excavación posterior arrojó varios objetos, entre ellos una aguja de hueso, una piedra de afilar y un verticilo de esteatita, que demostraron que el sitio pertenecía a los nórdicos. Si bien la mayor parte de la evidencia sugirió que L’Anse aux Meadows se estableció a fines del siglo X o principios del XI, las técnicas de datación disponibles en ese entonces seguían siendo imprecisas.

Pero el artículo publicado en Nature logró establecer una fecha más precisa. El estudio se centró en tres piezas de madera obtenidas de L’Aanse aux Meadows. Cada una había sido cortado con una herramienta de metal, tal vez un hacha, una tecnología que no era utilizada por los grupos indígenas de la zona en el siglo XI.



Los científicos que lideraron el estudio luego centraron su atención en la dendrocronología, o datación de anillos de árboles, un campo cuya precisión ha avanzado considerablemente en los últimos años. Tras la identificación de un evento inusual llamado Miyake en 993 y 994, en el que los picos del isótopo carbono-14 en la atmósfera cambiaron la forma en que aparecen los anillos de los árboles de ese momento, los científicos buscaron esta firma de radiocarbono distintiva en los anillos de sus tres especímenes. Usando este método, calcularon que los árboles fueron talados 28 años después de 993: exactamente hace un milenio, en 1021.

Los científicos han reconocido que este lugar es el legendario Vinland descrito en las sagas nórdicas, un territorio que fue el epicentro del encuentro de los vikingos con los pueblos originarios que ya habitaban esas tierras, por lo menos 500 años antes de la llegada de Colón y de que el cartografista alemán Matthias Ringmann bautizara el continente cómo América, en honor al italiano Américo Vespucio.



Tanto las sagas como la evidencia arqueológica subrayan la naturaleza tentativa y de pequeña escala de la actividad vikinga en América del Norte. L’Anse aux Meadows no acogió a más de 100 personas. Con toda probabilidad, el sitio funcionó menos como una colonia permanente y más como un campamento que sirvió como base para futuras exploraciones. Las sagas describen sucesivas expediciones a Vinland que no lograron establecerse. Según los autores, esto se debió en parte a la hostilidad de los pueblos nativos que ocupaban estas tierras y en parte a disputas internas entre los grupos exploradores que emprendieron los viajes.

Estas historias comunicaron el mensaje de que Vinland, a pesar de todos sus abundantes recursos naturales, era un lugar peligroso para visitar. A pesar de estas advertencias, la evidencia de las crónicas y otras fuentes dejan claro que, a lo largo de la Edad Media, los miembros de las colonias nórdicas en Groenlandia, descendientes de los colonos vikingos originales, continuaron viajando con cierta regularidad hacia los confines de lo que hoy es América del Norte. Lo hicieron en busca de madera y para cazar las morsas cuyos colmillos eran preciados en toda Europa en ese momento.

Para Joel D. Anderson, profesor asistente de historia en la Universidad de Maine, este encuentro de dos culturas demuestran cómo los vikingos ayudaron a expandir el mundo de formas hasta entonces inimaginables. Destaca el profesor que los seres humanos comenzaron a emigrar de África hace 80.000 años y que con la reciente confirmación del encuentro entre americanos nativos y vikingos en 1021, ahora sabemos a ciencia cierta cuánto tiempo le tomó a la humanidad para rondar toda la Tierra.
Uno de los trozos de madera recuperados de L’Anse Aux Meadows que se uso para datar la llegada de los vikingos a América (Foto: Nature)

“El encuentro entre los vikingos y los pueblos indígenas de América del Norte fue una especie de reencuentro familiar, un encuentro de dos ramas de la especie humana, una migrando por Europa y la otra por Asia, que habían estado separadas durante miles de años”, destaca el científico.

Este trascendental evento, destaca Anderson, pasó entonces desapercibido y pasaron mil años para que entendiéramos su magnitud y significancia, por eso pregunta: “Si la tala de tres árboles en 1021 puede arrojar luz sobre un pasado que nos ayuda a dar sentido al mundo en 2021, ¿qué pequeño evento, apenas notado hoy, podría proporcionar una idea de la historia mundial en 3021?”

Fuente: INFOBAE - 29 de Diciembre de 2021
https://www.infobae.com/america/mundo/2021/12/29/un-estudio-revelo-que-los-vikingos-llegaron-a-america-mucho-antes-que-cristobal-colon/?utm_medium=Social&utm_source=Twitter#Echobox=1640814197-1

miércoles, 1 de diciembre de 2021

Andresito y el proyecto de mercado de la yerba en manos de los guaraníes - Pablo Camogli


Andrés Guacurarí, “Andresito”, el único gobernador indígena de la historia argentina, proyectó un mercado y circuito comercial para la yerba mate con los guaraníes como principales actores y beneficiarios directos de la transacción.

En las siguientes líneas dedicadas al Día Nacional del Mate que se celebra hoy, el historiador misionero Pablo Camogli nos relata sobre la gestión de Andresito, acercándonos un poco más al héroe que luchó por la independencia de estas tierras y en cuyo marco la yerba mate ocupó un importante lugar:

Andrés Guacurarí tuvo formación de la mano del general José Gervasio Artigas, su padre adoptivo, líder independentista, quién luchó por un proyecto alternativo al centralismo impulsado por Buenos Aires para encauzar el proceso revolucionario. Ese proyecto era la organización federal del país, con autonomías provinciales.

Si bien no hay documentación que especifique claramente cuándo fue el encuentro entre ambos, los historiadores coincidimos en que se produjo a fines del Siglo XVIII, cuando Andresito abandonó su pueblo natal, que pudo haber sido Santo Tomé o San Borja, y se fue a buscar mejores posibilidades de trabajo en esa zona fronteriza que había entre la Banda Oriental y el imperio de Brasil, donde los guaraníes –que sabían distintos oficios, escribir y leer, herencia de la etapa jesuítico guaraní- eran mano de obra en las estancias.

En ese lugar, Artigas se encontró con Andresito, lo adoptó y le dio una formación política militar, que es la que después Andrés va a traer a estas tierras cuando sea designado por el propio Artigas como Comandante General de Misiones, en 1815.

Como gobernador, Andresito tenía tres objetivos fundamentales:

· Por un lado, pacificar y reorganizar los pueblos que venían en decadencia desde la expulsión de los jesuitas, en 1769.

· En segundo lugar, recuperar la mayor cantidad posible de los pueblos que estaban ocupados tanto por el Paraguay como por Brasil. De hecho, recupera el Departamento de Concepción, en abril de 1815, y el Departamento Candelaria, en septiembre de ese año, y así forma una provincia integrada por los departamentos de Yapeyú, Concepción, y parte del de Candelaria. En 1816 intenta recuperar los 7 pueblos orientales, que estaban en manos de Brasil desde 1801, pero va a ser derrotado en el sitio de San Borja.

Esto va a tener como repercusión tres ataques luso brasileños, dos durante 1817 y otro en 1818, que va a ser una campaña de quema de los campos y edificios, de arreo del ganado, que busca capturar a Andresito y exterminar a los guaraníes federales que seguían el ideario de José Gervasio Artigas.

· El tercer objetivo fue la recomposición y puesta en funcionamiento del aparato productivo, que estaba totalmente destruido por la decadencia de la etapa pos jesuítica, más la situación de guerra permanente a partir del proceso revolucionario. Entonces, Artigas envía cabezas de ganado para apuntalar la ganadería; semillas para que puedan cultivar tabaco y maíz; e incentiva a Andresito para que los guaraníes exploten y comercien yerba mate, y otros productos, a través del río Uruguay, que era la vía de comunicación y de intercambio, la columna vertebral del sistema artiguista, por donde transitaba toda la mercadería.

Uno de los elementos centrales del aparato productivo es la yerba mate y va a ser un factor determinante en todos los conflictos que va a haber en Misiones. Lo que hacen Artigas y Andresito es establecer una especie de monopolio de la explotación de los yerbales naturales por parte de los guaraníes y de la comercialización, prohibiendo su ingreso desde Paraguay, de forma tal de garantizar a Misiones un acceso a recursos económicos a través de este producto.

Todo esto está registrado en un intercambio de cartas entre Artigas y Andresito, donde hay un incentivo a que los guaraníes comercien y exploten la yerba mate.

Dicho de otro modo, en el contexto de lo proyectado por Artigas para Misiones, ¿qué pensaba, qué se intentó hacer con la yerba como principal producto?

Artigas prohibió el comercio de yerba mate proveniente de Paraguay, o sea, que la yerba comercializada tenía que ser la misionera y lo que uno puede inferir, porque no hay documentación específica y abundante sobre el comercio en esos años, es que probablemente mandaran algunos cargamentos de yerba a Uruguay y, como contraprestación, Artigas les mandara ganado, armas, ropa y otros recursos que se necesitaban.

Hubo una intensión de establecer un mercado y un circuito comercial para la yerba mate, donde la explotación y la comercialización estuvieran en manos de los guaraníes que habitaban la provincia de Misiones. Ese ideario fue incipiente, nunca se logró desarrollar y consolidar debido a la situación de guerra que se vivió en forma permanente, por las invasiones luso brasileña y paraguaya, más el conflicto con Corrientes, en 1818, y, finalmente, por la captura de Andresito, en 1819.

Por último, y en honor al Día del Nacional del Mate, cabe indicar que ya para comienzos del Siglo XIX el consumo de mate era muy general en toda la zona, sobre todo en Buenos Aires y el litoral, así que es lógico pensar que Andresito y sus tropas tomaran mate; y destacar que hay dibujos y referencias de Artigas disfrutando de la infusión nacional.

Fuente: Misiones On Line - 30 de Noviembre de 2021

https://misionesonline.net/2021/11/30/andresito-y-el-proyecto-de-mercado-de-la-yerba-en-manos-de-los-guaranies/

martes, 30 de noviembre de 2021

Abya Yala



Abya Yala es la denominación indígena para el continente americano empleado como contraste con el nombre impuesto por los conquistadores de “Latinoamérica”, para utilizar un nombre endógeno. Abya Yala significa "tierra en plena madurez", "tierra fértil", "tierra floreciente" y proviene de la etnia Kuna de Panamá. El término “Latinoamérica” es doblemente eurocéntrico y colonial: por un lado evoca la impresión de que el continente tuviera una identidad “latina-romana” (en el sentido de las lenguas “románicas”: castellano y portugués), por el otro se tiene el término “América” en el que el navegante genovés Amérigo Vespucci pretendió eternizarse. Desde 1992, quinto centenario de la conquista, colonización y saqueo, los indígenas prefieren usar este término, que fue sugerido por el aimara boliviano, Takir Mamani (Constantino Lima) ya en 1977, después de su visita a los Kuna en Panamá.

Compartiendo con amor y respeto

Sol Kin 

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domingo, 28 de noviembre de 2021

La masacre de Napalpí bajo la perspectiva global


Un juzgado federal de Resistencia realizará un juicio por la verdad de la matanza de indígenas qom y moqoit, en 1924, calificada como un crimen de lesa humanidad, el primero contra el Estado argentino por la agresión a los pueblos originarios.


Hace algunos días, una joven fue detenida en el barrio porteño de Colegiales, al grito de “no me gustan las negras”, “pobres de mierda” y “ojotas de indio”. Algunas semanas antes, tuvieron lugar serios conflictos en la pequeña localidad de Miraflores, en el norte chaqueño, provocados por la ocupación de tierras indígenas. Ambos casos enseñan un profundo racismo y son sintomáticos de una vieja herida que todavía respira en nuestra sociedad. Una herida que actualmente conmueve también a la conciencia pública con noticias sobre lo que cierta prensa llama las “tomas” y “violencia mapuche” del sur del país y que dará que hablar pronto cuando se realice el “Juicio por la Verdad” por la masacre de personas qom y moqoit ocurrida en la Reducción Indígena de Napalpí, al sur del Chaco, en 1924, bajo la presidencia constitucional de Marcelo Torcuato de Alvear, que fue calificada recientemente por una jueza federal como crímenes de lesa humanidad.

Este juicio les parecerá una excentricidad a quienes todavía reivindican, de forma más o menos explícita, el genocidio producido por los conquistadores españoles y por los estados nacionales en sus épocas de expansión y consolidación, como es el caso emblemático de la llamada “Conquista del Desierto” encabezada por Julio Argentino Roca como ministro y luego como presidente al promediar la segunda mitad de siglo XIX. Sin embargo, no sólo cuenta con algún antecedente histórico, que siempre es conveniente recordar, sino que talla en una huella que se vislumbra en clave global.

Disquisiciones históricas al margen, en 1857, podemos encontrar un extravagante antecedente de condena al estado bonaerense, encarnado en Juan Manuel de Rosas, por la masacre de un centenar de indígenas ocurrida en 1837 en la Plaza del Retiro.

Por el mundo. Pero más importante para entender lo que, técnicamente, será el primer proceso judicial por crímenes contra la humanidad contra el estado argentino por su agresión contra población indígena, es observar cómo se comunica esta búsqueda de memoria, verdad y justicia con otras experiencias que tienen lugar contemporáneamente en países de todos los continentes, como Australia, Canadá, Estados Unidos, Alemania, Namibia y México. En todos los casos, la lupa se posa sobre la formación de los estados nacionales y/o imperiales y la captura de recursos naturales y brazos para movilizar productivamente bajo el signo de las relaciones capitalistas en expansión por todo el mundo.

En México, recientemente, al cumplirse cinco siglos de la feroz conquista de Tenochtitlan y en el bicentenario de la independencia respecto de España, el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo oficial la devolución al pueblo Yaqui de tres mil hectáreas de tierras en Sonora y prometió la restitución de otras 20 mil. Además, anunció acciones legales y obras de infraestructura -como el acceso a agua corriente y potable- y ofreció perdón a estos pueblos por la marginación, los abusos e injusticias cometidos durante la vida republicana, en especial durante los treinta años de gobierno de Porfirio Díaz, previos a la revolución mexicana de comienzos del siglo XX. El eco de esta iniciativa llegó a España, provocando la declaración de la gobernadora de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que revalorizó el legado español en el continente americano como un signo de “civilización y libertad.”

En Canadá, también en el último mes, se celebró por primera vez el “Día para la Verdad y la Reconciliación”, con marchas y actos televisados en todo el país. Esta política de memoria tuvo como foco a las víctimas indígenas del centenar de internados escolares -en su mayoría gestionados por la Iglesia católica- que funcionaron entre fines de siglo XIX y la década de 1970, y que fueron parte de una política sistemática de “genocidio cultural” contra los indígenas. En el último tiempo, gracias al uso de geo radares, se encontraron en algunos de estos lugares, más de mil tumbas con restos que no han sido identificados. Se calcula que alrededor de 150 mil chicos y chicas indígenas pasaron por allí.

La instalación de un día especial de memoria en Canadá es un punto de llegada de un largo camino. En 2008, el gobierno canadiense se disculpó formalmente por este sistema de internados y creó una Comisión para la Verdad y la Reconciliación que, luego de algunos años de investigación y debate, realizó casi cien recomendaciones de políticas reparatorias. En las últimas semanas, la Corte Federal ratificó una decisión del Tribunal de Derechos Humanos de 2016 que dictaminó la culpabilidad del gobierno canadiense en un pleito relacionado con la discriminación de niños y niñas indígenas, y obligó al estado a pagar una indemnización que calculó en 40 mil dólares canadienses por persona afectada. El primer ministro Justin Trudeau calificó los hechos como un “capítulo vergonzoso de la historia de nuestro país” y los pueblos tk”emlúps te secwépemc del oeste canadiense, demandan más excavaciones y una acción real para recuperarse del trauma sufrido durante generaciones.

Por un sistema muy similar y, justamente a raíz de los descubrimientos hechos en Canadá, el gobierno de Estados Unidos anunció una investigación por un sistema implementado en su país a espejo del canadiense. La secretaria del Interior del gobierno presidido por Joe Biden, Deb Haaland, de origen nativo, llamó a “descubrir la verdad” y echar luz a los “traumas tácitos del pasado, por muy duro que sea”, sobre la pérdida de vidas humanas y consecuencias duraderas de políticas de separación de niños y niñas nativas de sus familias.

En Europa y en relación con el colonialismo sobre África, los gobiernos de Alemania, Namibia y los referentes de las etnias herero y nara, alcanzaron hace poco un acuerdo por el que Alemania reconoce el “genocidio” cometido sobre miles de personas de pueblos nativos del suroeste africano, ocurridas entre 1904 y 1908, cuando estas poblaciones se levantaron contra el imperio colonial. El acuerdo incluyó el reconocimiento de culpa, el pedido de perdón y un programa de financiamiento por 1100 millones de euros, que no se aplicará como indemnizaciones individuales como reclamaban los representantes de los pueblos víctimas. La iniciativa en Alemania incluye la revisión del patrimonio museológico alemán -donde se conservan objetos robados- y la inclusión de estos hechos en la currícula escolar.

En el hemisferio sur, en Australia, el gobierno anunció recientemente indemnizaciones para miles de indígenas que durante su infancia fueron quitados a sus familias y confinados en casas “blancas”. La llamada “generación robada” -calculada en unas 100 mil personas- fue el resultado de las políticas de “integración” de los pueblos indígenas al sistema dominante de la Australia blanca, llevadas adelante durante la mayor parte del siglo XX. Como en Canadá, en 2008 el gobierno laborista pidió perdón por estos crímenes de estado, escogiendo términos como “sanación” y “reconciliación”, que incluye la posibilidad para las víctimas de contar su historia públicamente y recibir una disculpa directa de las autoridades gubernamentales.

Complejidad argentina. Volviendo a la Argentina, donde se vivió un proceso de exterminio y/o sometimiento de las poblaciones indígenas, todavía hoy en gran medida invisibilizadas y marginadas, el juicio por la masacre de Napalpí descubrirá un escenario de gran complejidad. Recordemos que, no hace mucho, un ministro de Educación reivindicó la “Conquista del Desierto”, un analista como Rosendo Fraga asimiló la crítica al genocidio indígena como una campaña contra la creación del estado argentino y un presidente asumió el falso sentido común de que todos los argentinos bajamos de los barcos. En este país, donde está en vilo la ley 26.160 de emergencia de la propiedad comunitaria indígena y donde desde el estado nacional jamás se pidió perdón por el exterminio indígena, trabajadores del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas llevan adelante una sistemática política de recuperación de restos óseos de indígenas asesinados, que eran guardados como “trofeos” y “objetos exóticos” en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata y que hoy son devueltos a sus descendientes.

Los hechos de Napalpí que se juzgarán tuvieron como víctimas a población qom, moqoit y también algunos criollos, que protestaban por sus condiciones de vida y trabajo, sometidos en su mayoría en reducciones estatales de “indios”, controlados por las fuerzas de seguridad y militares y forzados a entregar su fuerza de trabajo en la producción algodonera y quebrachera local. El 19 de julio de 1924, las balas de policías, gendarmes y algunos colonos arreciaron sobre casi un millar de personas que se habían concentrado en una zona de la reducción. Más de doscientas fallecieron en el momento o fueron degolladas y quemadas por los agresores, que luego se lanzaron al escarmiento de los sobrevivientes.

El proceso judicial permitirá que se crucen una gran cantidad de variables históricas, que agravan aquella herida. En primer lugar, porque los hechos se vinculan a la violencia estatal de la llamada “Conquista del Desierto”, que se extendió hacia el sur y hacia el entonces indómito Chaco. También porque pone la lupa sobre la violencia en tiempos de la república democrática, que no fue solo racista, sino también clasista: esta masacre indígena está encadenada a un amplio proceso represivo contra las clases trabajadoras, que reconoce como episodios más significativos las masacres de Buenos Aires en 1919 y 1921, La Forestal (Santa Fe), Las Palmas (Chaco) y Gualeguaychú (Entre Ríos) en 1921 y La Patagonia en 1922. Por último, porque transparenta responsabilidades combinadas del estado y de civiles poderosos y sus motivos económicos y productivos, como lo hizo el reciente juicio por delitos de lesa humanidad contra ex directivos de Ford, por crímenes contra trabajadores cometidos durante la última dictadura.

Como ha ocurrido en Australia y Canadá, los latidos de Napalpí tienen una pequeña historia. En 2008, el gobernador del Chaco, Jorge Capitanich, pidió perdón a las comunidades en nombre del estado provincial. En 2014, la fiscalía federal empujó la investigación judicial y alcanzó a tomar testimonio a sobrevivientes y descendientes de víctimas de la masacre. Este año, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación señalizó el lugar de los hechos (actualmente Colonia Aborigen) como Sitio de Memoria. En paralelo, un juicio civil reconoció esta masacre como delito de lesa humanidad (y otro hizo lo propio con la masacre cometida en Rincón Bomba, Formosa, en 1947). En este camino se inscribe el proyecto que se presentó hace un mes para declarar el 12 de junio día de la Memoria, la Verdad y la Justicia de los Pueblos Originarios, asociando la fecha conmemorativa al día en que falleció por Covid Juan Chico, profesor de historia qom, que empujó tenazmente durante años la causa por Napalpí, así como luchó por la memoria de los combatientes indígenas que sobrevivieron y que cayeron en la Guerra de Malvinas.

Abrazados a la jurisprudencia humanitaria internacional, atravesados por las coyunturas políticas y por intereses económicos en distintos órdenes, en distintas partes del mundo, se abren paso los reclamos de comunidades indígenas por verdad, perdón y reparación.

Este es el camino de Napalpí, que tanto mejor nos permitirá comprender la brutal exclusión, el racismo y genocidio indígena en nuestro país.

*Doctor en Historia (UBA).

Fotografía: Algunos de los participantes de la masacre posan junto a un avión desde donde se disparó a las víctimas.

Fuente: Diario Perfil - 27 de Noviembre de 2021.

https://www.perfil.com/noticias/opinion/la-masacre-de-napalpi-bajo-la-perspectiva-global.phtml

sábado, 20 de noviembre de 2021

Los indígenas en las Invasiones Inglesas y las Malvinas



Pampas, Ranqueles y Tehuelches dispuestos a defender la patria.

Cuando se acerca el 180 aniversario de la ocupación de las Islas Malvinas por Inglaterra y cumpliéndose algo más de los dos siglos de las Invasiones Inglesas al Río de la Plata, cabe recordar unos episodios acaecidos inmediatamente después de la Reconquista, que injustamente no figuran en los textos escolares de Historia Argentina.

Dichos episodios fueron rescatados en 1934 por el doctor Wellington F. Zerda, en un libro de 93 páginas con el título de “Los indios y las invasiones inglesas” que para este breve artículo he modificado ligeramente para incorporar la cuestión de las Malvinas y para utilizar el término indígena (el que tiene los genes del lugar), más apropiado que el de indio que tiene que ver con la India. En el libro de Zerda se sintetiza y comenta lo siguiente.

Hubo algo más, aparte del batallón “Naturales”, compuesto por cuatro compañías de 60 hombres cada una, sumando un total de 240 soldados aborígenes, cantidad de relevancia si tenemos en cuenta que por ejemplo los “Montañeses” contaban con 200 efectivos y los “Húsares de Pueyrredón” con 204, lo cual es ampliamente conocido.

Felipe y Catetmilla y la representación aborigen:

Lo que es ampliamente ignorado es que el 17 de agosto de 1806, a los escasos cinco días de la Reconquista, se presentó en el Cabildo de Buenos Aires un indígena pampa llamado Felipe, en compañía de Manuel Martín de la Calleja, quien ofició de intérprete. El aborigen expuso que venía en representación de 16 caciques pampas y tehuelches, manifestando: “…que estaban prontos a franquear gente, caballos y cuantos auxilios dependiesen de su arbitrio para que ese I.C. (insigne cabildo) echase mano de ellos contra los colorados (ingleses), cuyo nombre dio a los ingleses…” y “…que tendrían mucho gusto que se les ocupase contra hombres tan malos como los colorados…”.
El 15 de septiembre de 1806, el Cacique Catetmilla junto con el ya nombrado intérprete o lenguaraz, y con Felipe a su lado, ratificó el ofrecimiento de gente y caballos en nombre de 16 caciques pampas para proteger a los cristianos contra los ”colorados” y que habían hecho la paz con los ranqueles para enfrentar juntos a los “colorados”…

A fines de diciembre de 1806 se insistió en ofrecer al Cabildo un total de 20.000 guerreros y 100.000 caballos (acta del 22 de diciembre) ocasión en la que ingresaron en la Sala Capitular 10 caciques pampas, insatisfechos de que no se les hubiera utilizado, informando que cada uno de sus guerreros contaba con cinco caballos y manifestando: “…queremos ser los primeros en embestir a esos colorados que parece que aún os quieren incomodar…”.

El turno de Epugner, Errepuento y Turruñamquii:

El 29 de diciembre se apersonaron los caciques pampas: Epugner; Errepuento y Turruñamquii representando a los caciques capitanes pampas Chuli Laguini; Paylaguan; Catetmilla; Negro; Marciuus; Lorenzo; Guaycolam; Peñascal; Luna, y Quintuy.
El cacique Epugner ofreció 2862 lanzas”…gente de guerra bien armada de chuza, espada, bolas y honda…”. Los otros, Errepuento y Turruñamquii tenían dispuestos 7000 hombres, que estaban apostados en Tapalquen, bien armados como los anteriores. Justo es de señalar que ninguno de estos ofrecimientos fue hecho a cambio de algún tipo de demanda o pedido de retribución.

Estos gestos aliviaron a las autoridades que esperaban una segunda invasión, La que se concretó con éxito en la Banda Oriental, como primer paso, y que después fracasó en Buenos Aires, ciudad que le impuso al invasor como condición de rendición, que abandonasen Montevideo y el resto la Banda Oriental que tenían bajo su dominio. Pero antes de ello, las autoridades (ya en semi rebeldía puesto que habían defenestrado a su Virrey), no sabían por dónde podrían llegar a desembarcar los “colorados” y la extensas costas Atlánticas del Virreinato estaban totalmente desprotegidas, a excepción de Carmen de Patagones. La oferta de colaboración de los pueblos originarios cuidaba las espaldas de la Ciudad, no sólo por la vigilancia que efectuarían en todo el litoral oceánico, sino que también por su disposición de enfrentar a los “colorados”, contando con fuerzas suficientes para ello, y con la ventaja de ser conocedores del territorio patagónico.

Es tiempo de un homenaje:

Cabe algún homenaje oficial, aunque tardío, a estos hombres corajudos, en sus descendiente, hoy mayoritariamente en mestizaje, de reconocimiento por la gesta de sus antecesores, quienes quisieron luchar en contra de los “colorados” en 1806, y que mestizados criollos, cruzaron Los Andes libertando medio Continente; que después de cruentas guerras civiles, organizaron la Nación y abrieron sus puertas a la inmigración que llegaba paupérrima, no produciéndose los rechazos con la magnitud que se manifestó en otras latitudes, (aparentemente más civilizadas) rechazo que hoy sufren ellos por parte de muchos nietos de los que “vinieron de los barcos”, quienes si vivieran en Europa serían hoy “sudacas”.

Hoy sufren nuestros aborígenes de un insano racismo a pesar de ser la base histórico social y fundadora del país, presentes mayoritariamente dentro de las clases más pobres de nuestra sociedad, y que hacen más viable la Integración americana (a la que entre otros, aspiraban Simón Bolívar, José Gervasio de Artigas y José Francisco de San Martín) ya que constituyen socialmente un puente natural con el resto de nuestra la América mestiza y morena, blanca y negra, a la que pertenecemos.

A pesar de la frívola afirmación de algunos “periodistas” quienes pontifican que "los argentinos venimos de los barcos” ya que los argentinos también venimos de la tierra, de la “Pacha Mama”, y de los que sí vinieron de los barcos como esclavos, y de los criollos, de los “cabecitas negras”, quienes juntos y en gran mezcla social, con la descendencia inmigratoria, unidos, debiéramos decidirnos de una buena vez a ser Americanos del Sur, asumiendo nuestra real identidad.

Debiéramos aceptar que transcurridos los tiempos desde la sanción del Día de la Raza, el 12 de Octubre, (día que siguen conmemorando algunos de nuestros países hermanos siguiendo la inspiración de don Hipólito Yrigoyen), que en la Argentina se ha revertido en “Día de la Diversidad”, que se tendría que revisar el tema en toda América actualizando la intención que compartimos, ya que se ha tornado indiscutible el hecho que raza hay una sola, que es la humana, y que no caben festejos, aunque sí conmemoraciones, ya que somos la resultante de todo lo bueno y de todo lo malo de nuestra historia, y como afirmaba un Santo: “…lo que no se asume, no se redime…”.

Por lo cual, somos lo que somos y “a mucha honra”, proponemos una idea que consideramos superadora: que el 12 de Octubre se transforme en el Día de la Patria Grande, ya que ella también es fuente integradora de la diversidad, y proclamemos un justo reconocimiento a “…nuestros paisanos los indios…”, según la conocida proclama del general San Martín. Y en este 180 aniversario de la usurpación de las Malvinas no podemos olvidar que del total de los ocho hombres, incluido su líder, “el gaucho” Antonio Rivero, más de la mitad, cinco, fueron aborígenes.

Juan Carlos Espeche Gil

Fuente: Revisionismo Històrico Argentino 

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miércoles, 27 de octubre de 2021

Apellidos quechuas convertidos al español



¿Alguna vez te haz preguntado si en la época del Tahuantinsuyo o sus antecesores usaban apellidos para distinguirse como lo hacemos ahora?

Pues bien, nuestros ancestros no usaban apellidos, usaban dos nombres, en algunos casos solo uno y con el pasar del tiempo adoptaba el adicional hasta un tercer nombre de acuerdo a las características personales que adoptaba, es el caso de Sumaq Huayta (Hermosa Flor), Túpac Amaru (Señor Serpiente), Rumi Maki (Mano de piedra), Yma Sumaq (Qué Hermosa), Achiq Killa (Radiante Luna), etc. Es uno de los relatos importantes de Titu Cusi dictado a un escribano durante la última etapa de la resistencia de Vilcabamba.

Con la invasión de los españoles, siendo la finalidad de adoctrinar y extirpar la cultura, en consecuencia el "Runa Simi" estos nombres ancestrales pasaron a ser apellidos además de darles una traducción al español o una similitud y en otros casos ni eso.

En una revista “Tradición”, 1958, Cusco, el sacerdote Jorge A. Lira escribe sobre “Los apellidos indígenas”, y da cuenta lo siguiente:

Kkallo a Lengua,
Wassi a Casas,
Willka a Santos,
Punku a Puerta,
Aukka a Guerra,
Killa a Luna,
Tikka a Flores o De la Flor,
Mayu a Ríos,
Wayllas a Prado o Del Prado,
Kkocha a Laguna.

Mientras que se asimilaron al español por su fonética, los:

Muya a Moya,
Willka a Vilca,
Taphya a Tapia,
Ch’akun a Chacón,
Haramillu a Jaramillo,
Kiruka a Quiroga,
Kamachu a Camacho,
Kkollantis a Collantes,
Kkalle a Calle,
Muntuya a Montoya,
Missa a Meza,
Mat’u a Matto,
Yahuar a Yabar,
Pachicu a Pacheco,
Siwayllus a Zevallos o Ceballos,
Tamayu a Tamayo,
Uchuwa a Ochoa,
Xespe a Quispe.
Etc...

Fuente mapa: Urteaga, Horacio H. 1926. Mapa del Tahuantinsuyo (Imperio de los Incas) según los relatos de los antiguos cronistas, los asertos de los arqueólogos y las cartas de los historiadores y geógrafos.
Imagen tomada de la red.

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domingo, 3 de octubre de 2021

Títulos de Propiedad...





Solicitud de Títulos de Propiedad a los Pueblos Originarios.?

Creado para quitar territorios a los habitantes milenarios de las tierras..



ENCUBRIMIENTO DE AMÈRICA