Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

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domingo, 3 de marzo de 2019

Sangre en la tierra

Sangre en la tierra

sangre caliente como lava, 
sangre de la tierra desteñida
de este sur -nunca norte- siempre herido.

Sangra el pozo profundo del ojo de la tierra
en el humeante viento y en la desnuda meseta,
sangra abierta de piernas para parir la vida
pero la vida queda a media vida 
envenenada.

Sangra mi gente
desbordando su pena por los ríos oscuros,
por las hierbas malditas
por el aire asfixiante,
sangra el sur 
se desangra de a poco
entre tanta codicia 
entre tanto miseria
entre tanta injusticia. 

Avanza la marea
negra 
como la noche 
en la que van quedando mis hermanxs
desde hace tantos siglos.

Horror y descontento
y el despojo 
disfrazado de civilización.

Kiki Cacho


Fotografía del Negro Ramirez


sábado, 21 de abril de 2018

Alumnos con luz!


"No podéis preparar a vuestros alumnos para que construyan mañana el mundo de sus sueños, si vosotros ya no creéis en esos sueños; no podéis prepararlos para la vida, si no creéis en ella; no podríais mostrar el camino, si os habéis sentado, cansados y desalentados en la encrucijada de los caminos."


Celestin Freinet


Compartido por Kiki Cacho

viernes, 23 de marzo de 2018

Que no se diga de mí

Que no se diga de mí
que no lo he intentado.

Que no se diga
que he levantado la mano
contra el humilde
que no se diga que he bajado los brazos frente a lo adverso
o que las luces me han cegado
hasta hacerme olvidar
quien soy.

Que no se diga que no lo he intentado
que he desoído mi tambor interior
que he doblegado mi voluntad
o que acaso la memoria
me ha jugado una mala pasada.

Que no se diga de mí
que me he dejado estar
a la buena de Dios
o que he tomado el camino más corto
o me he dejado mecer por la brisa de la comodidad
que he callado mi voz frente a los poderosos
o que he sido servil
obsecuente
comedida
al extremo de la humillación.

Que no se diga de mí
que me he olvidado del dolor ajeno
(que siempre ha sido mío)
que he descartado a las personas como cosas
o que las cosas han sido mi altar
que no se diga
que he cerrado los ojos frente a las injusticias
o que me he hecho la desentendida
que he tapado mis oídos
o he seguido caminando en línea recta
en un mundo de curvas y remolinos.

Después
que se diga cualquier cosa de mí
fuera de todo aquello
que se diga cualquier cosa.

Pero
que
bajo ningún punto de vista
se diga de mí
que he tenido la llave
la cerradura intacta
el llamador colmado de señales

y no he abierto la puerta.

Kiki Cacho



viernes, 23 de febrero de 2018

En este mundo in-civilizado...


Este mundo in-civilizado, nos lleva de las narices todo el tiempo, nos cubre con ropas, remedos de incipientes armaduras, nos perfuma, quitándonos el rastro de la piel, nos empuja a la calle donde centenares de ruidos desparejos quiebran el canto de los grillos, las luciérnagas, las palomas, el ladrido de los perros. Comenzamos a girar incesantemente en una calesita donde estamos todos impelidos asubir. Pero yo, yo me quiero bajar.
Hoy en una sesión de masaje, sentí el contacto de las manos y me pregunté acerca del sentir, me pregunté sobre el contacto, sobre la presencia en el contacto, sobre la atención en el contacto. Y vi infinidad de imágenes desfilar ante mí: el beso apurado, los labios apenas descansando en la mejilla, el maletín, los bolsos, las camperas, el taconeo de los pasos, la rapidez, la alienación, la falta de mirada –no sólo la mirada de los ojos: la mirada de la piel, de la lengua, del olfato- y percibí una imperiosa necesidad de conectarme con mi propio interior. Y desde allí poder conectar con todo lo que me rodea.
Hago el ejercicio de aquietar mi mente, la de fuego, que parlotea como loro y salta como mono de rama en rama. Me centro en la otra, la de agua, y con ella me dejo fluir. Enciendo un fósforo, escucho el chasquido en la madera de la caja, el chisporroteo que estalla y se transforma en pequeña llama, roja, azul, amarilla, me entibia su calor, la acerco a un sahumerio y el perfume se esparce en la habitación iluminada por el sol del mediodía que entra por la ventana. Gestos que no registramos, que ensayamos de manera automática, desluciéndolos, ajándolos, quitándoles la magia de lo inesperado, de lo acontecido por primera vez.
Me siento frente a mi computadora y dejo que las palabras traduzcan, que se hagan blanditas para poder expresar las sensaciones. Las aspas del ventilador de techo giran con lentitud, arrastran una brisa chiquita, fresca, que va redondeándose, internándose en mi pecho, mis brazos, mi vientre, mi nariz, llegando a mis pulmones para luego volver a dejarme vacía.
Oigo una puerta que se cierra, los autos que circulan por la calle, alguna voz saludando a lo lejos, las cotorras gritando en los árboles, mi propia respiración, el teclear de mis dedos en la máquina. Percibo la tela de la manta sobre la que estoy sentada, rugosa, áspera, cálida, estiro los dedos de los pies y se enervan mis piernas, mis glúteos, alzo los brazos, hundo el ombligo, respiro lento, pausado, inhalando la energía circundante y voy exhalando suavemente dejando caer mis manos. Y creo, me parece, no sé, sospecho que lo que registro se asemeja bastante a la felicidad.
No busco grandes cosas en la vida, no quiero la gloria de puestos detrás de enormes escritorios, ni la batalla del poder, ni las marquesinas, ni los autos caros, ni las casas de fines de semana.
Quiero abrirme como semilla que germina, quiero ojos que vean más allá de lo visible, la desnudez de la lluvia, la piel porosa, los sentidos atentos, ser una con el universo y verme en cada rostro que miro. Y tener el corazón tan grande que quepa dentro de él toda la inmensidad.
Ser como el aire, estar abierta como el espacio infinito.
Mantener la presencia en cada instante de diáfana quietud o de asombrado movimiento.
Sé que dentro de mí, algo sonríe.

Kiki Cacho



Fotografía Sonja Stich

viernes, 2 de febrero de 2018

Los justos



Un hombre que cultiva un jardín, como quería Voltaire.

El que agradece que en la tierra haya música.

El que descubre con placer una etimología.

Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.

El ceramista que premedita un color y una forma.

Un tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada.

Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto.

El que acaricia a un animal dormido.

El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.

El que agradece que en la tierra haya Stevenson.

El que prefiere que los otros tengan razón.

Esas personas, que se ignoran, están salvando el 
mundo.

Jorge Luis Borges


Fotografía: Victor Bezrukov
Compartido por Kiki Cacho


viernes, 13 de octubre de 2017

Se llevaron y no pudieron…


“. . . A mí, sólo me mataréis, pero mañana volveré y seré millones.”

Túpac Katari




Se llevaron casi todo
en este circo deshumano
el mantel en la mesa
el pan tibio
y las tardes de sol

la memoria de otros tiempos posibles

se llevaron los rastros de las flores
el abrazo fraterno
y la tierra sembrada

t a n t a s c o s a s l l e v a r o n
en las olas de sus aguas estériles

ya no
el sabor del mar
ya no
la tierra fértil de semillas

los rostros de los antiguos invocando la lluvia
sus selvas aromadas de capullos

dónde la arena loca de los ríos
dónde las máscaras
dónde sus brujos
sus hombres y mujeres medicina

dónde el amor

yermos bosques sombríos

se llevaron el aire
arrastraron con todo
como tormentas enfurecidas
como volcanes incendiados

se llevaron el valor de la vida
se llevaron los niños
y las niñas

y las luciérnagas y el gusto de las frutas

y la palabra dada
y la digna comida
y el trabajo fecundo
y las pequeñas risas cotidianas

pero no se llevaron la rebelde canción

no pudieron con ella

ni se llevaron la desobediencia
ni la anarquía para sus leyes falsas
ni las voces que se suman una a una
una a una

ni los corajes que se multiplican

no se llevaron nuestra alegre canción
no pudieron con ella
p o r q u e b r o t a v i o l e n t a c o m o t e m p e s t a d

porque brota segura como manantial
porque brota desnuda como animal salvaje

y ya sabemos lo que haremos con ella.

Kiki Cacho


Fotografía: Negro Ramirez


12 de Octubre


"El discurso se fue modernizando y se adoptaron otros modos más sutiles de escamotear la realidad. Así, se habla de “expansión europea” (como si fuese un fenómeno tan natural como la expansión del universo), “encuentro de culturas” (dando la idea de un simposio entre conquistados y conquistadores) o, a lo sumo, “choque de culturas” (asimilando algo tan complejo a un accidente automovilístico). Lo cierto es que ninguno de esos eufemismos logra tapar uno de los mayores genocidios y etnocidios de la historia universal, sólo comparable al que, por esos mismos tiempos, comenzaban a aplicar en África aquellos nacientes Estados europeos que en el período que va desde fines del siglo XV y los finales del XVIII concretarían la consolidación del capitalismo, algo que hubiera sido imposible sin la explotación intensiva y salvaje de las colonias de América, África y Asia. Carlo Cipolla fija en más de 16.000 toneladas de plata el “aporte” americano a Europa durante el siglo XVI, en el XVII otras 26.000 y en el XVIII, más de 39.000 toneladas."

Del libro "Mujeres tenían que ser" - Felipe Pigna


Compartido por Kiki Cacho

sábado, 2 de septiembre de 2017

Cambiar


Si cambia el corazón, cambia la acción;
si cambia la acción, cambia el medio ambiente,
si cambia el medio ambiente, cambia la personalidad;
si cambia la personalidad, cambia la vida cotidiana.

Si hay rectitud, habrá belleza en el corazón;
si hay belleza en el corazón, habrá armonía de hogar;
si hay armonía de hogar, habrá orden en la nación;
 si hay orden en la nación, habrá paz en el mundo.

Depende de mí.


Compartido por Kiki Cacho

miércoles, 23 de agosto de 2017

Escucha el sonido de tu tambor


Ahora es tiempo de desplegar las alas y cantar tu propia canción, sabrás qué hacer, sabrás cómo obrar, sabrás que elegir en el momento oportuno.
No desoigas el llamado de tu corazón, sea lo que sea, es allí donde tenés que ir.
No hay tacha, no hay riesgo, si el corazón es puro.
El alma es sabia.
Escuchá el sonido de tu tambor.

Kiki Cacho



martes, 25 de julio de 2017

Libertad



"Por libertad entiendo:
ser libres de aflicciones,
de enojo,
de desesperación."

Thich Nhat Hanh


Fotografía: Shawn Reeder

Compartido por Kiki Cacho

viernes, 21 de julio de 2017

Ética


El Día de la Resurrección, Dios preguntará:
“Durante esta estancia que te di en la tierra,
¿qué has producido para Mí?
¿Con qué trabajo llegaste al fin de tu vida?
¿En aras de qué comida consumiste tu fuerza?
¿En qué gastaste el brillo de tus ojos?
¿En qué disipaste tus cinco sentidos?
Usaste tus ojos, tus oídos y tu intelecto
y las sustancias celestiales sin adulterar,
¿y qué compraste de la tierra?
Te di manos y pies como pala y pico
para arar el campo de las obras buenas,
¿cuándo comenzaron a actuar por si mismos?”

Rumi


Fotografía: Pedro Luis Raota
Compartido por Kiki Cacho

jueves, 13 de julio de 2017

Puentes



Acaso seamos eso:
puentes

Puentes para los otros
puentes para llegar
puentes para partir.

Inocentes murallas que sostienen
caminos hacia
¿dónde?
quién lo sabe.

Acaso seamos puentes como manos
como brazos tendidos en mitad de la noche,
como fantasmas quietos
cuidando de los otros,
como testigos claves
rememorando sueños.

Acaso seamos puentes
como encuentros,
como espacios pequeños
diminutos
donde caben innumerables seres
y se miran
se palpan
se acarician
se enamoran
se duelen
se repliegan
se abrazan otra vez y no se olvidan.

Puentes para el amor
de mil maneras,
puentes para la lucha y la memoria,
puentes para la vida
y la alegría.

Jamás para el destierro
jamás para el olvido
jamás para el acaso.

Puentes que desesperen orfandades,
puentes que descascaren desencuentros
puentes que sanen penas y dolores.

Acaso seamos puentes
sólo eso.

Sólo eso
y tan tanto.

Kiki Cacho



Fotografía: Elena Shumilova

domingo, 18 de junio de 2017

Quitapenas



"Te voy a regalar un quitapenas si consigo,

le dijo,

para que le cuentes todas esas cosas feas y se las lleve bien 

lejos,

y puedas sonreír y mirar el sol

y dejar atrás las noches de vigilia

y las mañanas desnudas

y el viento frío del otoño.


Para que puedas encontrarte con vos

le dijo

con ese espacio limpio

al que nada lo toca

ni el terror

ni el espanto

ni la furia.


Para que puedas

abrir las manos y mirarlas

como si fuera la primera vez

y las encuentres llenas de pájaros

y de mariposas y de flores


y no te importe más que el aire

entrando por tu boca

mareándote de vida


y no te importe más que el agua

lavando tus heridas

y no te importe más que el cielo

que un día abandonaste

y regresó por vos."


Kiki Cacho




sábado, 10 de junio de 2017

¿Qué guía a un rebelde?



¿Qué guía a un rebelde?
"El rebelde es el verdadero ser espiritual.
No pertenece a ningún rebaño,
a ningún sistema,
a ninguna organización,
a ninguna filosofía.
En pocas palabras:
no toma prestado de nadie;
cava profundamente dentro de sí
y llega a su propia savia,
a su propia fuente de vida.

Preguntas: "¿Qué guía a un rebelde?"
Esa es la belleza del rebelde,
que no necesita un guía.
Es su propio guía,
su propio camino,
su propia filosofía
y su propio futuro.
Es una declaración
"Soy todo lo que necesito
y mi hogar es la existencia.
No soy un extraño aquí".

Osho, El rebelde


Compartido por Kiki Cacho



Fotografía: Jacob Holdt

jueves, 8 de junio de 2017

Salir...

Miraba a través de la ventana

la vida que fluía como miel en la vasija

pero salí a la calle

salí al campo

a la montaña

al mar

al cielo inmenso

y vi la vida latir

sentí la vida vibrar

como un tambor de luz

como un vientre de sol

como un fuego de paz.


Kiki Cacho



Me hablas del tiempo


Me hablas del tiempo
me dices
cómo se escurre entre los dedos
como si fuese arena,
me hablas del tiempo
encerrado en un reloj de sol
bebiéndose la vida
poco a poco.
Me hablas del aire devorando las horas
como profundas bocas
desorbitadas
y ya es tarde
me dices,
ya has agotado todos los caminos
ya has comido los frutos más sabrosos
ya has construido un imperio de metal,
y has cimentado la familia
la propiedad
y las buenas costumbres,
sin preguntarte ni una bendita vez
en que momento fue que lo elegiste.
Me hablas del tiempo
me dices
cómo se escurre entre los dedos
como si fuese arena,
y llevas tantos años sin jugar,
sin mirarte en el espejo
y sin reconocerte,
sin percibir el cielo
sin tocar la madera de los árboles
sin saborear la sal de la marea
y sin estar a solas
ni siquiera un instante
en el silencio de tu corazón.
Kiki Cacho
Fotografía: Kapler Magda

jueves, 25 de mayo de 2017

25 de Mayo, la voz de Mariano Moreno


No está de más, recordar las palabras de uno de los hombres que cerca de la revolución de mayo, alzaron su voz, Mariano Moreno:

“Desde el descubrimiento empezó la malicia a perseguir unos hombres que no tuvieron otro delito que haber nacido en unas tierras que la naturaleza enriqueció con opulencia y que prefieren dejar sus pueblos que sujetarse a las opresiones y servicios de sus amos, jueces y curas. Se ve continuamente sacarse violentamente a estos infelices de sus hogares y patrias, para venir a ser víctimas de una disimulada inmolación. Se ven precisados a entrar por conductos estrechos y subterráneos cargando sobre sus hombros los alimentos y herramientas necesarias para su labor, a estar encerrados por muchos días, a sacar después los metales que han excavado sobre sus propias espaldas, con notoria infracción de las leyes, que prohíben que aun voluntariamente puedan llevar cargas sobre sus hombros, padecimientos que, unidos al mal trato que les es consiguiente, ocasionan que de las cuatro partes de indios que salen de la mita, rara vez regresen a sus patrias las tres enteras” (tesis doctoral, año 1801).

“El pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus representantes, y el honor de éstos se interesa en que todos conozcan la execración con que miran aquellas reservas y misterios inventados por el poder para cubrir sus delitos. El pueblo no debe contentarse con que sus jefes obren bien, debe aspirar a que nunca puedan obrar mal."
“Si los pueblos no se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si cada hombre no conoce, lo que vale, lo que puede y lo que sabe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas y después de vacilar algún tiempo entre mil incertidumbres, será tal vez nuestra suerte, mudar de tiranos, sin destruir la tiranía”

Mariano Moreno


Compartido por Kiki Cacho