No está de más, recordar las palabras de uno de los hombres que cerca
de la revolución de mayo, alzaron su voz, Mariano Moreno:
“Desde el descubrimiento empezó la malicia a perseguir unos hombres que no
tuvieron otro delito que haber nacido en unas tierras que la naturaleza
enriqueció con opulencia y que prefieren dejar sus pueblos que sujetarse a las
opresiones y servicios de sus amos, jueces y curas. Se ve continuamente sacarse
violentamente a estos infelices de sus hogares y patrias, para venir a ser
víctimas de una disimulada inmolación. Se ven precisados a entrar por conductos
estrechos y subterráneos cargando sobre sus hombros los alimentos y
herramientas necesarias para su labor, a estar encerrados por muchos días, a
sacar después los metales que han excavado sobre sus propias espaldas, con
notoria infracción de las leyes, que prohíben que aun voluntariamente puedan
llevar cargas sobre sus hombros, padecimientos que, unidos al mal trato que les
es consiguiente, ocasionan que de las cuatro partes de indios que salen de la
mita, rara vez regresen a sus patrias las tres enteras” (tesis doctoral, año
1801).
“El pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus representantes, y el honor
de éstos se interesa en que todos conozcan la execración con que miran aquellas
reservas y misterios inventados por el poder para cubrir sus delitos. El pueblo
no debe contentarse con que sus jefes obren bien, debe aspirar a que nunca
puedan obrar mal."
“Si
los pueblos no se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si cada hombre no
conoce, lo que vale, lo que puede y lo que sabe, nuevas ilusiones sucederán a
las antiguas y después de vacilar algún tiempo entre mil incertidumbres, será
tal vez nuestra suerte, mudar de tiranos, sin destruir la tiranía”
Compartido por Kiki Cacho