Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

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martes, 28 de enero de 2025

La Danza Cósmica de los Aztecas: ¿Rituales Celestiales o visitantes universales ?



La Sofisticada Astronomía Azteca:

Los aztecas poseían un profundo conocimiento astronómico. Observaban meticulosamente el cielo, registrando los movimientos del Sol, la Luna, los planetas y las estrellas. Este conocimiento no era simplemente una curiosidad científica, sino que estaba intrínsecamente ligado a su religión, agricultura y organización social. Su calendario, basado en ciclos solares y lunares, es un testimonio de su precisión astronómica.

La "Danza de los Planetas": Imitando los Movimientos Celestiales:

Numerosas fuentes describen rituales aztecas que parecen imitar los movimientos de los planetas. Se cree que algunas danzas y ceremonias representaban el curso de los astros, posiblemente con el fin de influir en los ciclos agrícolas o apaciguar a las deidades relacionadas con los cuerpos celestes. La precisión de estas representaciones sugiere un conocimiento detallado de la mecánica celeste.

El Calendario Azteca: Un Reloj Cósmica:

El calendario azteca, con sus dos ciclos principales (el ciclo solar de 365 días y el ciclo ritual de 260 días), es una obra maestra de la astronomía. Su complejidad y precisión sugieren una comprensión avanzada de los ciclos cósmicos. Algunos investigadores creen que este calendario podría haber sido influenciado por conocimientos externos, más allá de las observaciones terrestres.

La Hipótesis Extraterrestre: Una Perspectiva Controvertida:

Aquí es donde la especulación entra en juego. Algunos autores proponen la hipótesis de que el conocimiento astronómico avanzado de los aztecas podría haber sido enseñado por visitantes extraterrestres. Esta teoría se basa en la idea de que la complejidad de sus observaciones y rituales es demasiado avanzada para haber sido desarrollada de forma independiente.

Evidencia y Contraargumentos:

Es importante destacar que la hipótesis extraterrestre carece de evidencia concluyente. Si bien el conocimiento astronómico azteca es impresionante, también es posible explicarlo a través de la observación paciente y la transmisión de conocimientos a lo largo de generaciones. La complejidad del calendario azteca, por ejemplo, podría ser el resultado de un proceso evolutivo de siglos de observaciones y refinamiento.

Una Perspectiva Multifacética:

En lugar de buscar una explicación única y definitiva, es más enriquecedor considerar la perspectiva multifacética de la astronomía azteca. Su conocimiento del cielo era una combinación de observación, interpretación religiosa y práctica social. La "danza de los planetas" podría haber sido una forma de conectar con el cosmos, de entender su funcionamiento y de influir en su curso, según su cosmovisión.

En Conclusión:

La "danza de los planetas" azteca, y su sofisticado conocimiento astronómico, siguen siendo un enigma fascinante. Si bien la hipótesis extraterrestre es atractiva para algunos, es fundamental basar nuestras conclusiones en evidencia sólida. El estudio de la astronomía azteca nos ofrece una valiosa oportunidad para explorar la interacción entre la humanidad, la naturaleza y el cosmos, independientemente del origen de su conocimiento. La riqueza cultural y la complejidad de sus prácticas siguen siendo un testimonio de su brillante civilización.

Fuente: FB Lo que no sabías

jueves, 19 de diciembre de 2024

Renacimiento Solar: Festividades y Rituales en el Corazón del Invierno Azteca



El solsticio de invierno, alrededor del 21 de diciembre, ocupaba un lugar central en el calendario ritual azteca, no como una equivalente a la Navidad cristiana, sino como un momento de profunda significancia cosmológica y agrícola que reflejaba la compleja cosmovisión de esta civilización prehispánica. A diferencia de la Navidad, que conmemora el nacimiento de Jesús, las festividades aztecas en esta época se centraban en la renovación cíclica de la vida, la fertilidad y el retorno del sol tras su aparente "muerte" en el solsticio. Esta celebración no era un simple festejo, sino un complejo ritual que aseguraba la continuidad del orden cósmico y la prosperidad de la comunidad.
Un ciclo de muerte y renacimiento:
Para los aztecas, el universo operaba bajo un principio de ciclos constantes de creación y destrucción, muerte y renacimiento. El solsticio de invierno representaba el punto más bajo del sol en el año, un momento simbólico de muerte y oscuridad, el nadir del poder solar. Sin embargo, este punto también marcaba el inicio del renacimiento, el regreso gradual de la luz y el comienzo de un nuevo ciclo agrícola, un renacer vital que se reflejaba en la naturaleza y en la sociedad azteca. Esta visión cíclica de la vida y la muerte permeaba todos los aspectos de su cultura, desde la agricultura hasta la guerra y la religión.
Festividades y rituales: Descifrando las evidencias:
Desafortunadamente, la documentación de las festividades aztecas es fragmentaria, dejando espacio para la interpretación. Sin embargo, las fuentes disponibles, incluyendo códices y relatos de cronistas, nos permiten reconstruir un panorama general de las celebraciones del solsticio de invierno:
- Ofrendas a las deidades: Se ofrecían ofrendas a diversas deidades relacionadas con la agricultura, la fertilidad, el sol, y el inframundo, buscando asegurar una buena cosecha en el año venidero y mantener el equilibrio cósmico. Las ofrendas variaban según la deidad y la región, pero podían incluir alimentos, objetos de valor, sacrificios animales, e incluso sacrificios humanos en algunos casos, aunque no era una práctica universal en todas las festividades. Deidades como Tonatiuh (el sol), Tlaloc (dios de la lluvia), y posiblemente Huitzilopochtli (dios de la guerra y el sol) podrían haber tenido un papel central en estas ceremonias, dependiendo de la región y la interpretación.
-Ceremonias y danzas: Las festividades incluían complejas ceremonias y danzas rituales, ejecutadas por sacerdotes y miembros de la comunidad. Estas ceremonias tenían como objetivo honrar a los dioses, celebrar el renacimiento solar, y asegurar la fertilidad de la tierra. Las danzas y los cantos probablemente representaban la lucha entre la oscuridad y la luz, la muerte y el renacimiento, reflejando el ciclo cósmico.
-Ayuno y purificación: El ayuno y la purificación eran prácticas comunes antes de las festividades, como una forma de prepararse espiritualmente para el nuevo ciclo. Se buscaba una limpieza física y espiritual para recibir con mayor pureza el renacimiento solar.
-Simbolismo del Fuego: El fuego jugaba un papel fundamental en las festividades, representando la energía vital del sol y la renovación. Es probable que se realizaran rituales con fuego, como encender hogueras o quemar ofrendas.
Importancia agrícola y social:
El solsticio de invierno tenía una gran importancia para la agricultura azteca. El ciclo de las cosechas estaba intrínsecamente ligado al ciclo solar, y el solsticio marcaba el inicio de un nuevo ciclo de siembra y crecimiento. Las festividades estaban orientadas a asegurar la fertilidad de la tierra y una abundante cosecha, garantizando la subsistencia de la comunidad. Además, estas festividades reforzaban la cohesión social, reafirmando la identidad cultural y la conexión con el cosmos.
Conclusión:
Las festividades aztecas en el solsticio de invierno eran una expresión profunda de su cosmovisión, un complejo sistema de creencias que integraba la naturaleza, la sociedad y el mundo espiritual. Si bien podemos encontrar algunas analogías superficiales con la Navidad en cuanto a la celebración de un nuevo ciclo, es crucial evitar la simplificación y la apropiación cultural al comparar ambas festividades. Sus significados religiosos y culturales son fundamentalmente diferentes. La comprensión de estas festividades requiere un enfoque respetuoso y preciso, basado en las evidencias arqueológicas e históricas disponibles.

Fuente:
Lo que no sabías.

domingo, 15 de diciembre de 2024

La "Estrella de la Mañana": Un Misterio en el Cielo Prehispánico




Más que Venus: Un Símbolo con Múltiples Interpretaciones

La "Estrella de la Mañana", un cuerpo celeste que aparece en el horizonte al amanecer, ocupaba un lugar destacado en la cosmovisión de las culturas prehispánicas. Si bien se cree que se refiere a Venus, es probable que también se haya asociado a otros cuerpos celestes que se veían al inicio del día.

Un Ejemplo Azteca: En la mitología azteca, la "Estrella de la Mañana" se relacionaba con el dios Quetzalcóatl, asociado con el conocimiento, la sabiduría y la creación. Se creía que su aparición en el cielo anunciaba la llegada de una nueva era, un nuevo ciclo de vida.

Un Símbolo de Esperanza y Renacimiento

La aparición de la "Estrella de la Mañana" en el horizonte, anunciando el fin de la oscuridad y el inicio de un nuevo día, la convertía en un símbolo de esperanza y renacimiento. Este significado se reflejaba en sus mitos, ceremonias y cosmovisión.

Ceremonias de Amanecer: Muchas culturas prehispánicas celebraban ceremonias al amanecer, en las que se rendía homenaje a la "Estrella de la Mañana" y se pedía protección y buena fortuna para el día que comenzaba.

Un Enigma Sin Resolver

La interpretación exacta de la "Estrella de la Mañana" en las culturas prehispánicas sigue siendo un misterio. Es probable que haya tenido diferentes significados para cada cultura, y que su interpretación haya variado a lo largo del tiempo.

La Influencia del Ciclo Lunar: La "Estrella de la Mañana" también podría haber estado relacionada con el ciclo lunar, ya que su aparición en el cielo coincidía con las fases lunares.

Un Legado Astronómico

El estudio de la "Estrella de la Mañana" en la mitología prehispánica nos recuerda la importancia de la observación del cielo y la interpretación de los fenómenos celestes en las culturas antiguas. Su legado astronómico nos invita a seguir explorando los misterios del cosmos y a comprender las ideas que las culturas del pasado tenían sobre el universo.

Fuente:
FB  Lo que no sabías

jueves, 31 de octubre de 2024

Miccailhuitl: Un Viaje al Corazón de la Muerte en la Cultura Azteca



Miccailhuitl, también conocido como "Día de los Muertos", era una festividad profundamente arraigada en la cosmovisión azteca, un momento para honrar a los difuntos y celebrar la vida misma. Se celebraba durante el mes de agosto, coincidiendo con el inicio de la temporada de lluvias y la cosecha de maíz, un periodo de abundancia y renacimiento que resonaba con el ciclo de la vida y la muerte.

Un Encuentro con el Más Allá:

La celebración se extendía por cuatro días, un tiempo para recordar y honrar a los fallecidos. Se creía que durante Miccailhuitl, los espíritus de los difuntos regresaban a la tierra para visitar a sus seres queridos. Para recibirlos, las familias preparaban altares especiales, adornados con flores de cempasúchil, cuyo aroma se creía que guiaba a los espíritus de regreso a la tierra. Estos altares se llenaban de ofrendas como comida, bebidas, flores, incienso y objetos de valor que habían pertenecido al difunto, un gesto de amor y respeto hacia su memoria.

Ritos y Ceremonias:

Las familias se reunían en los templos y en sus hogares para participar en ceremonias y rituales que honraran a los difuntos. Se bailaba al ritmo de tambores y flautas, con movimientos que representaban la alegría y el dolor de la muerte, un reflejo del ciclo natural de la vida. Se entonaban cantos y poemas en honor a los fallecidos, recordando sus vidas y virtudes, una forma de mantener viva su memoria y su legado.

Más que un Lamento, una Celebración:

Miccailhuitl no era una época de luto o tristeza, sino una celebración de la vida y la muerte. Los aztecas veían la muerte como un ciclo natural, una transición a otro plano de existencia, no como un fin. La festividad era una oportunidad para reflexionar sobre la fragilidad de la vida y la importancia de vivirla al máximo, de honrar a aquellos que habían partido y de fortalecer los lazos familiares.

La Muerte como un Puente:

La celebración de Miccailhuitl tenía un profundo significado religioso. Se creía que los dioses del inframundo, como Mictlantecuhtli y Mictecacihuatl, también estaban presentes durante la festividad. Se realizaban sacrificios de animales o incluso humanos, como forma de propiciar el favor de los dioses y asegurar una buena cosecha.

Un Legado Perdurable:

La celebración de Miccailhuitl ha dejado una profunda huella en la cultura mexicana moderna. La tradición del Día de los Muertos, que se celebra el 1 y 2 de noviembre, es una herencia directa de esta festividad azteca. Aunque las formas de celebrar han evolucionado, la esencia de honrar a los difuntos y celebrar la vida sigue viva en el corazón de la cultura mexicana.

Detalles Adicionales:

- El papel de las flores: Las flores de cempasúchil eran esenciales en la celebración. Su aroma se creía que guiaba a los espíritus de regreso a la tierra, y su color amarillo representaba el sol y la vida.
- La comida como ofrenda: Las familias preparaban platillos especiales para los difuntos, como tamales, mole, pozole y pan de muerto. Se creía que estos alimentos les proporcionaban energía y sustento en su viaje al más allá.
- La importancia de la familia: Miccailhuitl era una oportunidad para reunir a la familia y recordar a los ancestros. Se compartían historias y anécdotas de los difuntos, manteniendo viva su memoria.
- El papel de los dioses: Los aztecas creían que los dioses del inframundo jugaban un papel importante en Miccailhuitl. Se les ofrecían sacrificios para asegurar su favor y protección.
- El ciclo de la vida y la muerte: Miccailhuitl celebraba la conexión entre la vida y la muerte, reconociendo que la muerte no era un fin, sino una transición a otro plano de existencia.
- La importancia de la memoria: La festividad era una oportunidad para recordar a los que habían partido, mantener viva su memoria y honrar su legado.
- La unión de la comunidad: Miccailhuitl era una celebración comunitaria, donde las familias se unían para recordar y honrar a los difuntos.

La celebración de Miccailhuitl nos recuerda la importancia de honrar a nuestros antepasados, de celebrar la vida y la muerte como parte de un ciclo natural, y de mantener viva la memoria de aquellos que nos han precedido.

Fuente: FB Lo que no sabías
https://www.facebook.com/photo/?fbid=845132614402036&set=a.420952643486704

jueves, 10 de octubre de 2024

El Guerrero Águila Azteca


El Guerrero Águila era uno de los rangos militares más altos y respetados en la civilización azteca, junto con el Guerrero Jaguar. Estos guerreros formaban una élite dedicada a la protección del imperio y a la captura de prisioneros para los sacrificios rituales, un aspecto central de la cosmovisión azteca.

Entrenamiento y Vida en el Telpochcalli

Desde jóvenes, los futuros guerreros águila se entrenaban en el telpochcalli, la escuela militar donde se forjaba el carácter y la disciplina a través de ejercicios rigurosos, prácticas de combate y enseñanzas espirituales. La educación en el telpochcalli incluía el dominio del macuahuitl y el arco, así como tácticas de batalla, resistencia física y el valor necesario para enfrentarse al enemigo. Su misión no solo era vencer, sino capturar enemigos vivos, lo cual demostraba su habilidad y coraje.

Vestimenta y Simbolismo

La vestimenta de los guerreros águila era tan imponente como significativa. Llevaban un traje adornado con plumas y un casco con forma de cabeza de águila que simbolizaba el espíritu del animal, un emblema de fuerza, agilidad y visión superior. El águila era considerada un símbolo sagrado asociado con el sol y el cielo, representando la protección divina y la capacidad de ver más allá. Al vestirse como águilas, estos guerreros no solo intimidaban a sus enemigos, sino que también invocaban las cualidades del águila para su misión en el campo de batalla.

Rol en la Guerra y en la Sociedad

Los guerreros águila desempeñaban un papel crucial en las guerras de conquista y en las llamadas guerras floridas, combates rituales organizados para capturar prisioneros que serían ofrecidos en sacrificio a los dioses. Este aspecto era fundamental en la sociedad azteca, ya que los sacrificios eran una forma de mantener el equilibrio del cosmos y honrar a los dioses, especialmente a Huitzilopochtli, el dios del sol y la guerra.

Dentro de la sociedad azteca, los guerreros
águila gozaban de un gran estatus y privilegios: podían llevar ciertos colores, poseer tierras, beber pulque y participar en ceremonias exclusivas. Eran vistos como ejemplos de valentía y dedicación a su pueblo y sus dioses, y su habilidad en combate era profundamente respetada.

Simbolismo y Mito

El guerrero águila representaba la conexión entre el mundo terrenal y lo divino. Su imagen se asocia con la fuerza y la nobleza, pero también con la espiritualidad, ya que los aztecas creían que la guerra tenía un propósito sagrado. Estos guerreros no luchaban solo por el imperio, sino por la perpetuación de la vida y el honor a los dioses. En las representaciones artísticas y los códices, el guerrero águila sigue siendo un símbolo de valentía y lealtad.

Legado y Significado Cultural

Con la llegada de los conquistadores españoles, la tradición del guerrero águila llegó a su fin, pero su imagen perdura como un ícono del espíritu indomable de los aztecas. En la actualidad, el guerrero águila representa el valor, la fuerza y la identidad de un pueblo que se resistió hasta el final. A través de su figura, se honra la rica herencia cultural de Mesoamérica y su legado de coraje y devoción.

Fuente: Hombre Estoico

jueves, 29 de agosto de 2024

La Piedra de Tizoc - Cultura Azteca



La Piedra de Tizoc, un fascinante monolito de basalto del Imperio Azteca, es una verdadera maravilla de la artesanía antigua. Este impresionante artefacto, que data de finales del siglo XV, mide aproximadamente 8,8 pies de diámetro y aproximadamente 3 pies de alto (2,67 metros de diámetro y 92,5 centímetros de altura). La piedra está adornada con intrincados grabados que representan el cosmos azteca, incluidos el sol, las estrellas y la tierra, con un friso central que muestra a los guerreros aztecas capturando a los dioses de las civilizaciones conquistadas. Se cree que la piedra tiene alrededor de 500 años y puede haber sido utilizada como plataforma para combates ceremoniales o como cuauhxicalli, un recipiente para contener corazones de sacrificio. Esta notable pieza ofrece una ventana a las ricas prácticas culturales y religiosas de los aztecas. 

martes, 20 de agosto de 2024

El Cacao


El cacao tuvo un simbolismo profundo y multifacético en las culturas prehispánicas de Mesoamérica, especialmente entre los mayas y aztecas. Aquí algunos de los principales aspectos de su simbolismo:

1. El Cacao como Alimento de los Dioses.

-El nombre científico del cacao,"Theobroma cacao", significa "alimento de los dioses". En la mitología mesoamericana, el cacao era considerado un regalo divino. Para los mayas, el dios Kukulkán (o Gucumatz en otros relatos) les había enseñado a cultivar el cacao. Los aztecas, por su parte, creían que Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, les había otorgado este conocimiento. Consumir cacao en sus ceremonias era una forma de conectar con lo divino y de recibir la energía y sabiduría de los dioses.

2. Símbolo de Vida y Fertilidad.

-El árbol del cacao estaba estrechamente relacionado con la fertilidad y la vida. En la cosmología maya, el cacao simbolizaba la abundancia y la capacidad de la tierra para nutrir a sus habitantes. Su forma de fruto, que contiene muchas semillas, se asociaba con la reproducción y la continuidad de la vida.

3.Elemento Ritual y Sagrado.
-El cacao era un componente esencial en las ceremonias religiosas. Se utilizaba en ofrendas a los dioses, y su consumo estaba reservado para ocasiones especiales y para las élites sociales. En las ceremonias, el cacao se mezclaba con ingredientes como chile, miel, o flores, y se bebía como una forma de honrar a los dioses y pedir sus bendiciones.

4.Simbolismo en la Muerte y el Renacimiento.

-En algunas culturas, el cacao también tenía un papel en los rituales relacionados con la muerte y el renacimiento. Se colocaban semillas de cacao en las tumbas como ofrenda para acompañar al difunto en su viaje al inframundo. Este acto reflejaba la creencia en la vida después de la muerte y la importancia del cacao en la transición de una vida a otra.

5.Símbolo de Poder y Riqueza.

-El cacao también era un símbolo de estatus y poder. Solo las clases altas podían consumirlo regularmente, y su uso estaba asociado con la realeza, los sacerdotes y los guerreros. Además, los granos de cacao se utilizaban como moneda, lo que subrayaba su valor tanto económico como simbólico.

6.Conexión con la Naturaleza y el Cosmos.

-El cacao estaba intrínsecamente vinculado con la naturaleza y el cosmos. Su cultivo y cosecha seguían los ciclos naturales, y el árbol mismo era visto como un símbolo de la conexión entre la tierra y el cielo. Los rituales que involucraban cacao eran a menudo celebraciones de la naturaleza y formas de mantener el equilibrio y la armonía entre los humanos y el mundo natural.

7.El Cacao en la Creación del Mundo.

-En algunas narrativas, el cacao juega un rol en la creación del mundo. Se cree que los dioses lo plantaron como uno de los árboles sagrados, y su fruto era parte de los elementos necesarios para dar forma a la vida humana y a la civilización.

8.Representación del Corazón y la Sangre.

-El cacao, por su color oscuro y el uso en bebidas espesas, estaba a veces asociado con la sangre, un líquido sagrado en muchas culturas mesoamericanas. En este sentido, podía simbolizar el corazón, el centro vital del ser humano, y se usaba en ceremonias para simbolizar la vida y el sacrificio.

El cacao, por tanto, no solo era una planta alimenticia, sino un elemento central en la cosmovisión prehispánica, cargado de significados espirituales, sociales y económicos.

sábado, 10 de agosto de 2024

Los aztecas recibían con incienso y ramos de flores a los españoles porque olían mal


El Incienso y el Olor: Una Anécdota Desconocida del Encuentro entre Aztecas y Españoles.

Una de las anécdotas menos conocidas sobre la intrusión española en lo que ahora se conoce como América, es la forma en que los aztecas recibieron a los españoles: con ramos de flores fragantes y fumigándolos con incienso, contrario a lo que muchos piensan, en la época prehispánica sí existía el incienso, el árbol de copal era conocido como copalquáhuitl, mientras que la resina olorosa era conocida como copalli, cuyo significado literal es incienso. En aquel tiempo era altamente apreciado por sus propiedades terapéuticas y su uso religioso. Aunque el incienso, utilizado ahora en las misas catolicas y es considerado como uno de los regalos de los reyes magos, y para los españoles era percibido como un honor, en realidad, los aztecas intentaban ocultar el fuerte hedor de los invasores.

Imaginemos por un momento cómo viajaban los mercenarios españoles hace cinco siglos: durante dos meses, un puñado de hombres estaba confinado en una carabela sin ningún tipo de higiene. Aquello era comparable a la peor pocilga imaginable.

En contraste, los aztecas eran todo lo contrario. Todos se bañaban al menos una vez al día, y el emperador, incluso dos. Disponían de casas de baños en casi cada edificio y también de una especie de saunas con hierbas aromáticas, el temazcal, que les ayudaban a transpirar y eliminar toxinas. Además, ya usaban algunas plantas para exfoliarse y lavarse.

Esta diferencia en los hábitos de higiene ilustra no solo el choque cultural entre los dos mundos, sino también cómo los aztecas intentaron, de manera sutil, adaptarse a la llegada de los españoles. 

Fuente: Los Testigos de Mendoza.


jueves, 18 de julio de 2024

Escuelas Mayas y Azteca. Las Calmecac y Telpochcalli.


Los Mayas y Aztecas ya tenían universidad y escuelas antes de la llegada de los españoles, dichas instituciones educativas funcionaban de la siguiente manera.

Aztecas: Escuelas llamadas Calmecac eran destinada a los hijos de la nobleza o pipiltin. En el calmecac se enseñaban diversas disciplinas, incluyendo historia, astronomía, teología, y escritura. También se preparaba a los estudiantes para roles religiosos, militares y administrativos.
El Telpochcalli era otra escuela para los hijos de los plebeyos o macehualtin. Aquí se enseñaban habilidades prácticas y militares, así como valores y costumbres aztecas.

Los Mayas también tenían Centros de enseñanza en ciudades-estado en las que aunque no tenían una estructura educativa formal similar a la de los aztecas, los mayas tenían centros de aprendizaje en sus ciudades, donde se enseñaban matemáticas, astronomía, escritura jeroglífica y otros conocimientos avanzados.

Fuente Contenido conspiratorio.
Colaboración Maria Florencia.
#efemerides #cultura

Compartido por Enrique Hopman

sábado, 10 de febrero de 2024

Noche y Alba - Proverbio Azteca


viernes, 19 de junio de 2020

Sabiduría Azteca


sábado, 3 de agosto de 2019

El guerrero prehispánico que aterrorizó a los españoles y nunca fue conquistado






























  
Su garrote golpeaba los cráneos, los vientres y las extremidades de los enemigos pensando sólo en preservar la gloria de los dioses y el pueblo azteca.


Hubo una gran confusión en la gran Tenochtitlán cuando los hombres blancos –alojados en las casas de los mexicas desde hacía meses– atacaron al pueblo el 20 de mayo de 1520. Era plena festividad de Tóxcatl en el Templo Mayor cuando las huestes de Pedro de Alvarado (quien se había quedado al frente de los españoles mientras Cortés estaba fuera de la ciudad) atacaron a traición a los aztecas. La historia dice que los llegados de una tierra lejana del otro lado del mar, alertados por los actos que vieron, creyeron que se trataba de una trampa planeada por el Tlatoani Moctezuma y tomaron sus armas. 


Ni las oraciones y ritos que se estaban haciendo hacia los dioses Tezcatlipoca y Huitzilopochtli lograron que éstos salvaran a los mexicas de la matanza: las flechas y espadas de los invasores tiñeron de sangre el suelo frente al Templo Mayor. El pueblo se levantó en contra de su emperador al ver que éste se negaba a atacar a sus huéspedes y según la versión oficial, una piedra en su cabeza lo hirió de muerte (otras fuentes aseguran que fue asesinado por los mismos españoles). 

Hasta la vecina Tlatelolco llegaron las noticias de la revuelta. Presurosos, los capitanes al mando de sus ejércitos se lanzaron hacia el centro de la capital del Imperio Mexica para hacer frente a los futuros conquistadores. Sobre todo, hubo tres valientes hombres que con su determinación y bravura dieron ejemplo de cómo hacer frente al enemigo. El historiador Miguel León Portilla narra en su libro Visión de los vencidos: 

«Sólo hubo tres capitanes que nunca retrocedieron. Nada les importaban los enemigos; ningún aprecio tenían de sus propios cuerpos. El nombre de uno es Tzoyectzin, el del segundo es Temoctzin y el del tercero es el del mentado Tzilacatzin».

La pelea fue salvaje: los mexicas arremetieron con valor –usando sus garrotes, lanzas y escudos– contra los españoles, quienes también sabían mucho del arte de la guerra. Sin embargo, se vieron sorprendidos y atemorizados ante la sombra del recién llegado Tzilacatzin, un guerrero y capitán de origen otomí que era temido entre los aztecas mismos y los pueblos vecinos por su fuerza e invencible destreza en el uso de armas. 


Tzilacatzin, de musculatura fuerte y de pensamiento salvaje pero honorable en la guerra, destrozó con garrote y manos las armaduras y huesos de los soldados españoles que se atrevían a desafiarlo. De su garganta emergían gritos de guerra y palabras que juraban apartar de su camino a cuanto hombre blanco se le pusiera enfrente. Pensando en que su deber como guerrero era salvaguardar a su gente, logró repeler a los españoles y provocar su agotamiento. 
«Pero cuando los españoles se cansaron, cuando nada podían hacer a los mexicanos, ya no podían romper las filas de los mexicanos, luego se fueron, se metieron a sus cuarteles, fueron a tomar reposo».


Pedro de Alvarado, impresionado por lo que acababa de ver de este gran guerrero, sintió muy en su interior un gran respeto, pero a la vez un agudo odio hacia este hombre que parecía indestructible. Alvarado no se enfrentó de manera directa ante él, pero le bastó ver su coraje de lejos para saber que todos los días rezaría a Dios y su hijo Jesús para nunca tener que medirse ante aquel coloso. Fue así que ordenó que uno de los navíos surcara el lago para ir en búsqueda de este hombre a Tlatelolco.

«El capitán mexica Tzilacatzin Tzilacatzin gran capitán, muy macho, llega luego. Trae consigo bien sostenidas tres piedras: tres grandes piedras, redondas, piedras con que se hacen muros o sea piedras de blanca roca. Una en la mano la lleva, las otras dos en sus escudos. Luego con ellas ataca, las lanza a los españoles: ellos iban en el agua, estaban dentro del agua y luego se repliegan».


No fue la primera vez que el feroz Tzilacatzin lograba un repliegue de las tropas españolas. Muy en su interior yacía el deseo de que la gloriosa Tenochtitlán y sus zonas aledañas se mantuvieran en pie libres del asedio español. «Lucharemos como sea necesario para que estos hombres, que han derramado sangre sobre nuestro suelo, caigan derrotados. ¡Nuestros dioses y nuestros antepasados nos ayudarán en esta tarea!», gritó el guerrero en uno de tantos discursos que clamó antes de las sucesivas batallas contra los españoles. 

En los meses posteriores a la matanza del Templo Mayor, incluyendo aquel mítico enfrentamiento en los caminos hacia Tenochtitlán en que se logró la expulsión momentánea de los españoles en la madrugada del 30 de junio y el 1 de julio de 1521, el otomí se distinguió como uno de los grandes líderes mexicas. Era capaz de pelear contra tres españoles al mismo tiempo y asesinarlos de manera hábil y feroz. Su garrote no tenía misericordia: golpeaba los cráneos, los vientres y las extremidades de los enemigos pensando sólo en vencer y en preservar la gloria de los dioses y el pueblo azteca. 


Los españoles planeaban la mejor manera de someterlo, pero no existía estrategia alguna que funcionara contra la ferocidad de este hombre, que incluso osó pedir un enfrentamiento directo contra el mismo Cortés en una lucha mano a mano. El capitán, por supuesto, jamás atendió el reto lanzado por el otomí. 

«Por eso no tenía en cuenta al enemigo, quien bien fuera, aunque fueran españoles: en nada los estimaba sino que a todos llenaba de pavor. Cuando veían a Tzilacatzin nuestros enemigos luego se amedrentaban y procuraban con esfuerzo ver en qué forma lo mataban, ya fuera con una espada, o ya fuera con tiro de arcabuz».

En cada batalla, Tzilacatzin se hacía consciente del terrible miedo que infundía en los españoles y sus aliados, pero también de que ya era considerado el rival a vencer. Por ello es que en cada enfrentamiento se vestía de diferente manera para evitar ser reconocido por quienes querían terminar con su vida. «Nunca dejaré atraparme. Y si un día ellos lo consiguen, pediré morir sacrificado o con un golpe del arma que contra ellos he usado», decía a sus compañeros de batalla. 


«Otras veces se disfrazaba en esta forma: se ponía un casco de plumas, con un rapacejo abajo, con su colgajo del Águila que le colgaba al cogote. Era el atavío con que se aderezaba el que iba a echar víctimas al fuego».

Este indómito guerrero soportó de pie, con heridas y sin ellas, enfermo o sano, hambriento o saciado, los largos meses de batallas que siguieron hasta la inevitable caída de los mexicas el 13 de agosto de 1521. Su corazón se llenaba de profunda tristeza cuando veía que los tlaxcaltecas y otros pueblos –que debieron aliarse en una misma causa, pensaba– hicieron frente común con los conquistadores debido al rencor que tenían hacia los mexicas. «¡Hoy, ellos y nosotros, y todos los que vivimos en este territorio sagrado, deberíamos luchar contra los que han querido someternos!», gritaba Tzilacatzin.


Así como sus diferentes vestimentas surtieron efecto en el campo de batalla, donde sus mortíferos golpes destrozaron varias veces al orgullo español y su dios crucificado, también lo hicieron en la Historia, ya que se desconoce cuál fue el destino del gran guerrero Tzilacatzin. Su desprecio por los que llegaron a someter a su gente fue tan legendario como el de aquellos temibles guerreros aztecas que se inspiraban en el águila y el jaguar para entrar en combate. Las leyendas a veces dejan un rastro desconocido a sus espaldas, por ello es que Tzilacatzin fue el hombre al que la Conquista jamás alcanzó. 

Bibliografía:

León-Portilla, Miguel. Visión de los vencidos. Editorial UNAM. 2007. Vigésima edición.

Fuente: Cultura Colectiva - 27 de Febrero de 2018.
Escrito por Rodrigo Ayala Cárdenas



lunes, 18 de febrero de 2019

Medicina Azteca


viernes, 2 de marzo de 2018

A 493 AÑOS DEL FINAL AZTECA Honor al héroe Cuauhtémoc, deshonra al maldito Cortés


Los mexicas, también conocidos como aztecas, fueron el pueblo de mayor desarrollo político, económico y militar del México prehispánico, y uno de los pueblos originarios más importantes de, mínimamente, toda América. Este Imperio nació como una serie de alianzas de diversos pueblos pertenecientes a América central y persistió por casi 200 años. Cuauhtémoc fue asesinado el 28/02/1525.

Hernán Cortés entra en Tenochtitlán.
Cuando los españoles llegaron a la región, el territorio azteca abarcaba unos 200.000 km2 y tenían una población de 7 millones de habitantes, realmente sorprendente.
Se cree que los aztecas descendieron del norte de México, recordemos que por ese entonces el territorio mexicano incluía gran parte de lo que hoy conocemos como USA, hasta llegar a la actual Ciudad de México, que por ese entonces era un inmenso lago con una isla en el medio. La isla fue convertida en la capital de su imperio, en la ciudad de Tenochtitlán. Desde allí fueron absorbiéndose a otros pueblos a los que, por la fuerza, se les impuso un sistema de tributación anual, su religión y su lengua, el náhuatl.
Cristóbal Colón llegó a América en 1492, y esto no sólo significó un enorme avance para la abolición de la teoría del mundo cuadrado, sino una gran ventaja para la corona española, otra de las consecuencias de este gran acontecimiento fue la envidia e interés que generó en los demás. Convirtió a América en el nuevo mundo a conquistar.
Uno de los conquistadores españoles más famosos fue Hernán Cortés, conocido por liderar la expedición que inició la conquista de México. Cortés, nacido el 18 de febrero de 1485, había llegado a América algunos años después que Colón para desempeñarse como alcalde de Cuba.
Siguiendo los pasos de Francisco Hernández de Córdoba, descubridor de la Península de Yucatán; y de Juan de Grijalva, descubridor y conquistador, junto a Diego Velázquez de Cuéllar, de Cuba. En 1519, Hernán Cortés inició su expedición para conquistar lo que más tarde se llamaría el virreinato de Nueva España y cuya capital sería la Ciudad de México.
Hernán Cortés llega al gran lago de Texcoco.

Fuente
Urgente 24
https://www.urgente24.com/274586-honor-al-heroe-cuauhtemoc-deshonra-al-maldito-cortes

jueves, 18 de enero de 2018

Descubierto el misterio del "cocoliztli", la epidemia que mató a millones de aztecas en México y cuyo origen se ha debatido durante un siglo


Ni el sarampión, ni la viruela ni el tifus causaron tantas muertes entre los indígenas americanos como el "cocoliztli".

A mediados del siglo XVI, la población de indígenas de los territorios que hoy forman parte de Guatemala y México se redujo en 15 millones en un periodo de 5 años.

Además de los estragos que causaron las guerras y la explotación por parte de los españoles, una enfermedad desconocida acabó con la vida de entre un 50 y 80% de los habitantes autóctonos en dos grandes epidemias surgidas en 1545 y 1576.

Los brotes de esta dolencia se denominaron cocoliztli, una palabra de la antigua lengua indígena náhuatl que puede traducirse como enfermedad o mal.

Ahora, un equipo internacional de científicos estima que ese misterioso mal fue en realidad la salmonela.



La población azteca se redujo hasta en un 80% por un mal que no podían explicar. Fuente Getty Images

Enigma
La investigación, publicada el lunes en el diario científico Nature, Ecology and Evolution, identificó el agente patógeno de los restos mortales de decenas de personas enterradas bajo el yacimiento de Yucundaa-Teposcolula, en Oaxaca.

Los científicos a cargo del texto son del Instituto para la Ciencia de la Historia Humana Max Planck (MPI-SHH, por sus siglas en alemán), en Alemania, de la Universidad de Harvard (EE.UU.) y del Instituto Nacional Mexicano de Antropología e Historia (INAH).

En los dientes de los cadáveres de hace más de 500 años se pudieron identificar restos de la bacteria salmonella enterica.

La de Yacundaa-Teposcolula es la única fosa de la que se tenía constancia histórica de que estaban enterrados indios muertos por causa del cocoliztli.

Es la primera vez que este tipo de bacteria se considera como causa de una epidemia de estas magnitudes.



Un método innovador de análisis de ADN antiguo permitió identificar el patógeno en los dientes de cadáveres de más de 500 años.- Fotografia Reuters

Considerada como una de las primeras plagas del mundo, los escritos de la época dicen que la enfermedad provocaba fiebres altas, dolores en el estómago, diarreas y hasta sangrado, lo que provocaba que sus víctimas fallecieran en cuestión de días.

Ninguno de los síntomas se correspondían con las enfermedades conocidas en la época como el sarampión o la malaria.

¿Culpa de los españoles?
La salmonela se descubrió en Europa en la Edad Media, tiempo antes de la llegada de los españoles al territorio americano.

El patógeno se contagia normalmente a través de agua y comida contaminada y los científicos creen que podría haber llegado a México con los animales que traían los españoles en sus barcos, aunque no pueden asegurarlo.



No se tiene la certeza de que hayan sido los españoles quienes hayan llevado el patógeno a América. (Foto: Instituto Nacional de Antropología e Historia).

"Con los datos que tenemos ahora no podemos saber genéticamente si nuestra S. enterica Paratyphi C vino de Europa o si ya existía en México antes de la llegada de los europeos", dice la principal autora del estudio, Åshild Vågene.

Sí existen pruebas circunstanciales, señala, porque no se han encontrado restos de esta bacteria en los indios fallecidos antes de la llegada de los colonizadores.

Lo cierto es que las cartas y documentos del siglo XVI que se conservan hablan incluso de una especie de maldición divina, ya que los indígenas eran los únicos que morían por cocoliztli pero no los españoles.

Fuente
BBC Mundo -  16 de Enero de 2.018