Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

viernes, 27 de marzo de 2015

Mujeres Mbya Guaraníes en Misiones (Argentina): Tres cacicas al frente de sus aldeas.

Las mujeres mbya, de a poco, también van ocupando espacios sociales desde los que pueden plantear cambios.

La comunidad mbya guaraní de Yacutinga, en el municipio de General Roca, está emplazada en varias hectáreas desde hace 30 años. Es una de las tres comunidades de Misiones cuyos integrantes eligieron mujeres para ocupar el cacicazgo. 

Ruperta Morínigo es la líder de Yacutinga. Las otras son Eva Borja, la primera mujer mbya cacica en la comunidad de Santiago de Liniers. Años después de ser la única en acceder a ese liderazgo, predominio del varón en la Nación Mbya Guaraní, sucedió lo mismo con Alicia Cabrera, de la comunidad El Chapá, ubicada en el municipio de Colonia Alberdi, y finalmente con Ruperta, hija de Severo Morínigo, a quien reemplazó en el cacicazgo. 

Ruperta Morínigo no cumplió aún los 40 años y es una mujer con una gran fortaleza, de sonrisa generosa, que impone respeto entre los guaraníes de Yacutinga. Tiene un compañero de origen criollo y cuatro hijos de los que está orgullosa: tres varones y una mujer que estudian, los más grandes en la secundaria y la chiquita en la primaria. 

En Yacutinga habitan unas quince familias que, si bien tienen agua potable y energía eléctrica, reclaman que el Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional (Iprodha) -que ya realizó un relevamiento en el lugar- construya las casas que les permitirán vivir más cómodamente, sin estar hacinados en unas pocas viviendas. “No estamos mejor que antes, aunque tenemos huertas y gallinas, las artesanías se venden poco, y nos cuesta tener que pagarle la luz a EMSA porque en la comunidad hay dos medidores y todos los meses es un problema pagar la luz, que es muy cara”, expresó. 

Para algunos sectores de la sociedad, esta es una cuestión que habría que revisar, pues consideran que los pueblos originarios deberían estar exceptuados de pagar la energía eléctrica en Misiones, teniendo en cuenta que es una de las más caras del país.

La otra gran preocupación de Ruperta es la falta de casas: “Las que tenemos son de madera y están casi destruidas; además quedaron chicas a medida que la comunidad fue creciendo. Hace un tiempo la gente del Iprodha vino a hacer un censo, pero hasta ahora no tuvimos más novedades”, señaló.


Ruperta es hija de Severo y Elena Villalba, la partera de Yacutinga, una mujer sabia que habla poco en español, pero que a través de su hija -que traduce la lengua mbya guaraní- puede explicar detalladamente cómo es un parto en la aldea. 

Ella lo sabe por su propia experiencia: tuvo quince hijos, uno de los cuales venía complicado y prácticamente sola logró hacerlo nacer ayudándose con sus propias manos. 
Además de cacica, Ruperta y su hermano Silverio son promotores de salud del Ministerio de Salud Pública.

Defensora del medio ambiente 
La cacica es una defensora del medio ambiente y ante la pregunta sobre qué cosas de su cultura fueron perdiendo en estos años de la tan mentada integración que pregonan algunos blancos, no duda en la respuesta: “Fuimos perdiendo el monte, que es parte de nuestra cultura porque nos permite cazar, tener árboles para nuestras medicinas; la tierra, el agua de los arroyos. Pedimos al Gobierno de la provincia que no tumbe más los árboles que quedan, ya no pedimos por nosotros sino para los que vienen y los que quedarán para preservar nuestra lengua, nuestra cultura, los hijos y los nietos nuestros”, reclama.

Ruperta sostuvo que estar viviendo tan cerca de las rutas y de los yuruá (blancos) “hace que se vayan perdiendo nuestra cultura, los alimentos. Ya no comemos más las comidas afines a nuestras costumbres”. Sin embargo, rescata como positivo que todos en la aldea están documentados, no hay patologías graves, las madres con niños menores de 18 años cobran la Asignación Universal por Hijo (AUH) y los mayores de 70 años -entre ellos sus padres- perciben la jubilación. 

Yacutinga tiene una escuela bilingüe primaria y secundaria que funciona en un lugar pequeño donde asisten unos cien estudiantes, no sólo de ahí, también de El Chapá y otras comunidades. 

Pero en el corazón de la aldea, el Ministerio de Educación está construyendo una gran escuela de material cuya inauguración es esperada ansiosamente. 

Fuente: Primera Edición (Posadas) 11 de Noviembre de 2.014


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