Ululato (del latín “Ululatus”) cuyo significado quiere decir: clamor, grito, lamento o alarido. Son utilizados durante siglos por múltiples culturas alrededor del mundo, en ceremonias religiosas o espirituales, festividades, especialmente por las mujeres, a modo de expresar alegría. Aunque también como expresión de dolor y furia ante situaciones dramáticas o desastrosas.
El nombre hebreo para el alarido o grito de alegría es el
"tsahalulim".
En Marruecos es barwalá o youyou.
En Oriente Medio, Zagharit o Zaghareet.
En África del Este, ililta.
En hausa se le llama guda.
En swahili es udhalili, sigalagala en el dialecto Luo, en Zulu lilizela,
en Tsonga nkulungwani y en Shona kupururudza.
En Galicia, aturuxo.
En vasco, irrintzi.
En tamil, Sri Lanka, kulavai.
En kerala, es kurava.
En bengali se llama ulu-uli.
En shona, Zimbabwe, es mhururu.
Y en shona, el lenguaje silbado que utilizan se llama mheterwa.
El lenguaje silbado es otra genialidad del ser humano
para comunicarse a través de abruptos cañones y altas montañas. No son lenguas,
sino conversiones de los fonemas de una lengua ya existente en silbidos con
unos tonos, longitudes e intensidades determinadas. Se puede realizar a grandes
distancias: a veces alcanza los 5 km. No solo trasciende el terreno
inaccesible, sino también las fronteras, ya que se usa en lugares tan alejados
entre sí como:
Los raizales del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa
Catalina en Colombia, tienen como lengua el Creole, pero también están orgullosos
de otra forma de comunicarse.
La “llamada del caracol” es un llamado que alertaba y emocionaba a la población, pues significaba la llegada de los pescadores y su pesca. “¡Sail Ahoy!, literalmente, “viene la vela”, es una exclamación de júbilo empleada en San Andrés al divisar un velero. El sonido del caracol eran tres toques largos. Aunque también se utilizaba cuando había algún peligro, un incendio o cualquier otra urgencia. Cada canoa, barco o casa, tenía su caracol.
En la India es conocida como el shankha. En la civilización Tamil se utiliza para iniciar y detener una reunión como la guerra, viaje, reunión, etc. y es un sagrado emblema del dios hindú Vishnu. En el Tíbet se le conoce como "dung-dkar".
La cáscara de Tritón, también conocido como "trompeta de Tritón", se utiliza en la cultura de Melanesia y Polinesia, y también en Corea y Japón. En Japón este tipo de trompeta se conoce como el horagai. En Corea se conoce como la nagak. En algunas islas de la Polinesia se conoce como "pu".
En Malta el instrumento se denomina Bronja, coloquialmente conocido como tronga, y se utiliza generalmente para informar a la gente que los molinos de viento en las islas están funcionando.
Iltyem-Iltyem, que significa "señas con las manos" en los idiomas de los aborigen anmatyerr de Australia, es el nombre del proyecto que lucha por preservar las lenguas de signos tradicionales de cuatro comunidades aborígenes en Australia. Estas lenguas de signos se han utilizado durante generaciones para comunicarse en la distancia, para conversar en secreto (para los secretos comerciales, por ejemplo) o para no asustar a los animales durante las cacerías. O también en situaciones cotidianas cuando hablar es considerado un gesto de mala educación o tabú (por ejemplo, en el duelo, o en relación a los tabúes sobre las madrastras y las viudas.)
Para reconocer esta práctica forma de comunicación, el productor Willi
Lempert se asoció con un grupo de entusiastas aborígenes mayores de la
comunidad de Balgo. Las señales manuales que utilizan, "Marumpu
Wangka", han servido tradicionalmente como forma de comunicación entre los
aborígenes del Gran Desierto Arenoso de Australia Occidental. Juntos crearon un
video que cuenta la historia de 40 signos manuales.
"El problema más grande de una persona sorda no es simplemente que él o ella no puedan oír, sino el hecho de que la carencia del oído es socialmente aislante." Nora Ellen Groce, "Everyone Here Spoke Sign Language"
Una elevada tasa de sordera hereditaria está documentada en Martha's
Vineyard, una isla situada alejada de la costa este de los Estados Unidos,
durante casi dos siglos. Uno de cada cuatro niños era sordo al nacer, aunque
según el neurólogo Oliver Sacks "a los sordos del lugar no se les
veía como sordos; eran simplemente granjeros, eruditos, profesores, hermanos,
hermanas, tíos, tías" Asi fue como la mayoría de los residentes de
este lugar desarrollaron la lengua de señas, la MVSL, la lengua de señas de
Martha Vineyard, hasta mediados del siglo XX. Esto permitió a los residentes
con discapacidades auditivas a integrarse sin problemas dentro de la sociedad.
"Cuando visité la Universidad Gallaudet de Washington y hablé de
"deficiencias auditivas"", cuenta Oliver Sacks, "uno
de los alumnos sordos me dijo por signos:
-"¿Por qué no considera que usted padece una deficiencia de
signos?"
Oliver Sacks. En movimiento. Una vida.
Fuente
Una antropóloga en la luna – 21 de Junio de 2016
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