“El argentino siempre piensa que el indígena era cazador, recolector, nómade,
parece como un vagabundo que no tiene un lugar fijo pero nosotros no somos
vagabundos ni nómades, somos seres indígenas que rotamos para mantener los
recursos naturales en equilibrio con todas las especies que lo rodean. Por eso
decimos que tiene que haber una decisión política de poder revertir esta
realidad a través de un acercamiento de ambas partes (indígenas y la llamada
‘sociedad envolvente’ por los indigenistas) que no nos convirtamos en figuras
de interés partidario sino resaltar el valor que tenemos como seres humanos”.
“Según mi propia forma
de pensar y mirar las cosas, los que fueron manipulados por la evangelización
son los entregadores de hoy ¿por qué? porque tuvieron mínimo conocimiento de la
escritura del español por eso creen que la única manera de desarrollar
capacidad del ser humano es a través del trabajo como lo conciben los blancos.
Vender una madera cuesta tanto, vender un pedazo de tierra cuesta tanto,
alquilar el campo cuesta tanto. Ese no es pensamiento indígena sino pensamiento
occidental, el indígena empieza a creer que la solución, el bienestar social
pasa por ahí. Termina vendiendo su dignidad a cambio de nada”.
“Y a los líderes y no
líderes indígenas que no piensan así los tratan como hijos del demonio, que les
gusta el atraso que no les gusta la modernidad de la vida. La misma comunidad
indígena mata muchas veces a su propia gente cuando piensa como indígena. No lo
deja pensar y actuar como indígena, lo convierte en un enemigo, en un peligro
para la sociedad, lo convierte en un salvaje. Es esa mirada negativa desde
nosotros mismos lo que genera esta división en los pueblos indígenas”.
Félix Díaz
Fuente: Diario de las
Américas
No hay comentarios:
Publicar un comentario