Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

lunes, 10 de octubre de 2016

Oración por América, Oración por la paz – Alfredo Vivero


América, América India, Quinientos años que el acelerado garfio,
hirió tu juventud, tu carne Virgen.
Hombres de hierro, puñales homicidas, cruz arcabuz
Caballos, perros, botones, armaduras
abrieron tus venas oro y tumbaga
en el nombre del padre y del rey Fernando
Río de púrpura sagrada brotó de tus heridas
tiñendo la escalera de los Andes, las selvas, la llanura
de un solo tajo cortaron los brujos sin linaje
raíces milenarias.
Y el hombre antiguo de rostro iluminado.
Fue cántaro roto, corazón sacrificado
¡quinientos años, quinientos olvidados.
!Serpentea aún el eco de los cascos
como antaño sonaba el Caracol de vida,
de mortales gritos y gemidos¡.
Tierra del Cóndor.
Tierra del Quetzal y al Anaconda.
Tierra del Jaguar, tierra del mito
América mestiza
quinientos años han pasado
y vuelven galopando jinetes de agonía
hombres de hierro, metrallas homicidas.
Fusiles, bombas, engaños y mentiras;
hermano contra hermano, desangran lentamente
manchando los sagrados símbolos anudados
y el hombre nuevo, el hombre americano.
Es cántaro roto, corazón sacrificado
quinientos años, quinientos olvidados
¡Tierra del cóndor!.
Tierra del Quetzal y la Anaconda,
tierra del jaguar, tierra del mito.
No dejes ahora penetrar tu cuerpo.
Ni fecundar tu vientre,
hasta que no soñemos la paz y la armonía,
virgen del sol, no olvides el eco de los Andes.
Y como el Cóndor ancestral, comienza el vuelo.
Alfredo Vivero


Oración por America.
Esta obra ha sido una de las más representativas del trabajo de mi padre y con ella queremos agradecerles a todos por el inmenso apoyo y respecto que le han brindado a el y a su obra. Mi padre no ha muerto, él se encargó de inmortalizarse en forma de óleo, lienzo, barro, memorias, enseñanzas, amor y sobre todo ARTE. 

Mi padre nos dejó la tarea a todos y a todas de seguir difundiendo su trabajo, que su mensaje continúe a través del espacio y del tiempo. El poema lo escribió junto con la obra.

Alfredo Vivero


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