Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

miércoles, 12 de agosto de 2020

Nacì en el ocaso. Canté con la luna.



Nací en el ocaso.
Canté con la luna.
Me enamoré del amanecer.
Nací a las seis de la tarde, la luna menguante era un riesgo en el cielo, guardo recuerdos del calor del seno de mi madre.
Me fui desarrollando, cambiando con la luna, mi nombre era cara de luna llena.
Ella me enseñó a rocío, sangrar, morir y renacer.
La Luna cuenta muchas historias, en mi infancia subía a los árboles y los tejados, quería subir a las nubes para poder darle un abrazo.
Me gusta hablar con ella, preguntar de la familia, de los amigos, enviar abrazos.
Es fácil enamorarse de la luna, ella se revela y nos revela, desvela, atraviesa el tiempo, tiene su tiempo, su ritmo.
Mi amor es luna llena, mi entrega es luna nueva, esa luna que deja que las estrellas respiren.
Luna llena de grasa en el lago, camina por la tierra, luna nueva abre el cielo para pasear.
Ali ya nadé, volé, navegué mucho, creé alas visité bosques y ciudades, volé como golondrina, planeé como Hawkeye, aterricé como un gorrión.
Soy novia de la noche hasta que me robaron en el amanecer.
Cuando la luna va a dormir también cierro el ojo y voy a soñar, entonces llega él, suave, tibio, con su cariño ligero, primer rayo de sol, mi amor del amanecer.
Mi nombre es la flor del amanecer.
Soy hija del crepúsculo, para mí no hay mejor momento que poder mirar el sol.
Muy temprano me grasa de luz dorada, baño de flores, dame rocío para beber como miel de agua. Me da escalofríos, voy a embalar maritacas.
Si hace calor o tiene compromiso me alargo hecho gato y salto. Si hace frío me acurruco como gato y me pongo una siesta.
Sol me hace lagartija, me convierte en pescado, me deja árbol, me llama a galope.
Enfrento el sol con los ojos cerrados y lo dejo besar mi frente mientras pendiente de acariciar sus mejillas.
Puedo pasar horas leyendo las nubes y los brillos en los pétalos de las flores. Paseando por los contrastes, brillos y reflejos.
Así que él se va echando todo encantador, me encantando con sus rosas, amarillos, naranjas y lila, es un apaga tú que luego apago, vuelve tan pronto como estaré aquí, ve libre y sueña conmigo, que voy a soñar contigo, sol...
Voy a cantar tus canciones para la luna.
Nací del ocaso

Texto: Daiara

1 comentario:

  1. Un poema bellisimo ..el mejor homenaje a nuestra amiga ..siempre brillante junto a..las estrellas que la esperan cada noche que ella vuelva salir !!!

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