En el reino animal, la selección es implacable… y algunas ranas la llevan a un nivel extremo. Investigaciones científicas han revelado que las hembras de ciertas especies utilizan una estrategia tan insólita como efectiva: simulan estar muertas para escapar del acoso de machos no deseados.
Este comportamiento, conocido como inmovilidad tónica, consiste en quedarse completamente rígidas, boca arriba y sin responder a ningún estímulo. Ante lo que parece ser un cadáver, el macho se desconcierta, pierde el interés y finalmente se aleja.
Lejos de tratarse de una simple curiosidad, esta reacción dramática es una refinada adaptación evolutiva. Al evitar aparearse con machos débiles o poco aptos, las hembras aumentan las probabilidades de que su descendencia sea más fuerte y tenga mayores posibilidades de sobrevivir.
Una prueba más de que, incluso entre los anfibios, la búsqueda de la mejor genética puede llevar a decisiones tan radicales como fingir la muerte para no ceder ante lo que no conviene.
Fuente
FB Misterios Ocultos
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