El propósito de la vida no es simplemente ser feliz.
Se trata de ser útil, honorable y compasivo, también de contribuir de alguna manera a hacer el mundo mejor. Es dejar un legado que demuestra que viviste y viviste bien. Ya sea cuidando a un niño, cultivando un jardín o mejorando las condiciones sociales.
El verdadero éxito radica en saber que, gracias a tu existencia, al menos una vida ha respirado más tranquila.
Eso, efectivamente, es haber alcanzado la esencia de la vida.

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