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Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

lunes, 23 de julio de 2018

La abuela tenía razón: el chañar sirve para la tos



Arrope y Fruto del Chañar 

Su uso es conocido desde antaño, en especial por los lugareños del norte del país. Científicos tucumanos comprobaron, por primera vez en laboratorio, sus propiedades.

Desde las últimas décadas existe una TENDENCIA mundial por volver a lo natural, a lo casero, a lo que llamamos "los remedios de la abuela". Los investigadores empezaron a poner la lupa en plantas que fueron usadas ancestralmente por los pueblos originarios o por poblaciones rurales, debido a sus propiedades. Muchos de sus trabajos terminaron por corroborar usos medicinales y atributos nutritivos, que ayudaron luego a potenciar las economías regionales.

Los curiosos o naturistas que compran remedios, cremas y comidas en las ferias regionales o herboristerías, al menos con el arrope de chañar pueden estar tranquilos. Investigadores tucumanos certificaron en el laboratorio cuatro propiedades de la fruta del chañar (efecto expectorante, antitusivo, antiinflamatorio y analgésico), y tres para su arrope (todas las anteriores menos la propiedad antiinflamatoria, que se perdería durante la cocción de la fruta).

Adrián Reynoso, Nancy Vera, María Eugenia Aristimuño, Adriana Daud y AliciaSánchez Riera desarrollan esta línea de investigación en la cátedra de Farmacoquímica de la Facultad de Bioquímica, Química y Farmacia (FBQF) de la UNT. El equipo publicó su trabajo sobre el chañar en dos reconocidas revistas científicas: Journal of Ethnopharmacology y Journal of Nutrition & Food Sciences. En la INVESTIGACIÓN suministraron extractos de chañar a un grupo de ratas, y de su arrope a otro, y verificaron, en etapa preclínica de experimentación, las propiedades farmacéuticas de esa planta, que eran atribuidas por los pueblos originarios.

El tratamiento de estos animales consistió en suministrarles mil miligramos de extracto de chañar por kilogramo de peso corporal, una vez al día. El procedimiento podía durar de tres a siete días, según los casos, hasta que aparecían los primeros resultados y mejoraban los síntomas de dolor, inflamación, tos y podían expectorar.

El chañar, cuyo nombre científico es Geoffroeadecorticans, es un árbol mediano, que puede medir hasta 10 metros de altura cuando crece aislado, pero que es mucho más pequeño cuando crece en bosquecillos. A su fruto también se le denomina chañar y es carnoso, de forma redondeada, tiene en su interior una única semilla, es de color anaranjado, y tiene la forma y el tamaño de una aceituna. Es comestible, dulce, de agradable sabor, y uno de los principales alimentos de los PUEBLOS ORIGINARIOS del Gran Chaco.

Con el fruto del chañar se prepara una bebida fermentada, conocida como aloja de chañar, que es una suerte de aguardiente, a la cual se le reputan propiedades antiasmáticas. También se prepara el arrope de chañar, dulcísimo, espeso, negro, que sirve como reemplazo de mermeladas. Es una especie de miel vegetal, y se le atribuyen popularmente propiedades para aliviar la tos y el dolor de garganta.

Reynoso es el principal autor de esta investigación y actualmente busca aislar la molécula con el principio activo de las propiedades medicinales del chañar. Su idea es conseguir nuevas formas farmacéuticas que contengan los atributos de la fruta, si es necesario uniéndose a otros grupos de investigación o al sector privado. "Queremos estandarizar el método de obtención del arrope variando las condiciones de la temperatura, ya que los arropes analizados anteriormente perdían la propiedad antiinflamatoria a causa del calor", precisó.

Colaboración: Daniela Orlandi (Universidad Nacional de Tucumán)

Foto: Luis Ferrando

Fuente: El Tribuno (Salta – Argentina) – 10 de Agosto de 2016


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