Que seas tú, no seas copia de nadie
... que vivas.
Que no te digan que tus sueños son pequeños, o
quizá, demasiado grandes.
Que no juzguen de quien te enamoras.
Que jamás olvides que el amor es libre.
Que no te venzan las decepciones.
Que no te falles a ti mismo.
Que incluso si lo haces, te perdones.
Que no te peguen una etiqueta social que no dice
nada de ti mismo.
Que no te nieguen el derecho a equivocarte, a arrepentirte, a pedir perdon,
Que no
olvides que ningún tiempo pasado es mejor que el presente.
Que tengas
en cuenta que nadie sabe cuánto dura el inmenso privilegio de estar vivo.
Que lo
aproveches cada segundo.
Que des
las gracias, pero que jamás te quedes con alguien simplemente por
agradecimiento.
Que llores
un par de horas, un par de días o un par de meses.
Que llores
cuanto necesites, y si puede ser, mejor de alegría.
Que no
reniegues ni mutiles tu propia pena.
Que la
dejes salir para que florezca y no se enquiste.
Que te
enamores mucho, como se enamoran los locos, pero que mantengas siempre la
cordura de no olvidarte de quererte a ti mismo.
Que grites
libertad, que hables de paz, que prediques la alegría.
Que te
tachen de feliz, de idealista, de optimista, de utópica.
Que te
abracen mucho, muy fuerte, hasta que te exploten los miedos que guardas en las
costuras de tu piel.
Que te
cosan las heridas con besos.
Que bailes
y descubras la pasión en un tango, la conquista en una bachata, el desamor en
el tema de un cantautor.
Que la
música siempre te acompañe porque es melodía para la vida.
Que te
plantees todo cuanto crees saber y te estrelles contra tus propios prejuicios,
hasta descubrir que crecer es plantearse constantemente las dudas y descubrirse
a uno mismo.
Que lo vivas todo, lo bueno y lo malo, los fracasos y el éxito.
Que jamás dejes de intentarlo.
Que vivas y que te sientas vivo.
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