Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

lunes, 8 de diciembre de 2025

Los 7 felinos más poderosos


Clasificación de siete de los felinos más grandes y fuertes que han existido, ordenados por su tamaño estimado.

​Tigre Dientes de Sable Gigante (Extinto)
​El felino más grande en la parte superior. Tiene un pelaje manchado tipo jaguar y unos enormes caninos sobresalientes.
​Peso: 400–500 kg
​Tamaño: 2.5 m (alto)
​Largo: 3.5 m

​León Americano (Extinto)
​Ubicado debajo, es un león masivo de color marrón claro sin melena, con una complexión muy musculosa.
​Peso: 350–420 kg
​Tamaño: 2.5 m (alto)
​Largo: 3.0 m

​Felino Dientes de Sable Machairodus (Extinto)
​Más compacto, de color arena con grandes dientes de sable, similar al gigante pero con una forma corporal diferente.
​Peso: 300–400 kg
​Tamaño: 2.2 m (alto)
​Largo: 2.8 m

​Tigre Siberiano
​El felino vivo más grande. Presenta el característico pelaje naranja con rayas negras.
​Peso: 250–300 kg
​Tamaño: 2.1 m (alto)
​Largo: 3.3 m

​León del Atlas (Extinto)
​Con una melena oscura y tupida que cubre gran parte de su cuerpo. Es una subespecie de león ya extinta.
​Peso: 250–300 kg
​Tamaño: 2.0 m (alto)
​Largo: 2.8 m

​Tigre Dientes de Sable (Extinto)
​Más pequeño que el gigante, con un pelaje manchado similar y grandes dientes de sable.
​Peso: 250–280 kg
​Tamaño: 1.8 m (alto)
​Largo: 2.5 m

​León Africano
​El felino vivo más común en África, con su icónica melena rubia y cuerpo musculoso.
​Peso: 190–230 kg
​Tamaño: 1.8 m (alto)
​Largo: 2.5 m
#datonewtoniano

Ramón Ayala



Efemérides
7 de diciembre 2023
Fallece en Buenos Aires.
Ramón Ayala.
Musico- Autor- compositor- Poeta- Pintor- Escritor

Ramón Gumercindo Cidade nacio el 10 de marzo de 1927, en el pueblo de Garupá, ubicado a 15 km al sureste de la ciudad de Posadas (capital de la provincia de Misiones), frente al río Paraná, y en la frontera con Paraguay. Es hijo de Gumercindo Cidade, nacido en Yapeyú, que fue cónsul argentino en São Borja, Brasil. Después dedicado a los negocios de panaderías y proveedurías al por mayor, en Santo Tomé.
Ayala es el mayor de cinco hermanos: Vicente José (que es violinista), Osvaldo, Julieta y Julio Cambá. A los cuatro años de edad se mudaron de Santo Tomé (Corrientes) a Posadas. Al morir su padre vivieron los cinco niños con su madre en una casa «asombrada» (embrujada) que pertenecía a la familia Grau, en la calle Rademacher en Villa Urquiza (barrio de la ciudad de Posadas). Cuando era niño se mudó con su madre a la Ciudad de Buenos Aires.
Siempre se interesó en las canciones regionales guaraníes, y a los 14 años comenzó a tocar la guitarra. Luego se relaciona con el músico paraguayo Herminio Giménez (creador de polcas y guaranias, y de la Orquesta Folclórica de la Provincia de Corrientes). Comenzó tocando con el mendocino Félix Dardo Palorma, el correntino Rulito González y el rosarino Damasio Esquivel. Con este último chamamecero debutó en radio Rivadavia y el Palermo PALACE.
Desde allí comenzó a trabajar con Emilio Biggi, Juan Escobar, Samuel Aguayo, Mauricio Valenzuela y otros. Trabajó en el grupo musical de la cantante catamarqueña Margarita Palacios. Viajaron por el Noroeste argentino y la Patagonia. Más tarde cantó y tocó la guitarra con Arturo Sánchez y Amadeo Monjes, en el trío Sánchez-Monjes-Ayala.
Hacia 1960 creó el ritmo llamado "gualambao" con la idea de darle un estilo propio y único a su provincia, ya que Misiones carece de un ritmo peculiar o exclusivo de su locación. El ritmo está formado por dos ritmos de polca encadenados por una permanente síncopa que le confiere una fisonomía particular. Se escribe en compás de 12/8 (doce octavos), es decir que cada compás posee 12 corcheas distribuidas entre 4 tiempos.
En 1962 viajó a Cuba, invitado por el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos. Allí pudo conocer al revolucionario argentino Che Guevara, y comprobar que su canción El mensú había sido cantada en los fogones revolucionarios de la Sierra Maestra, durante la Revolución Cubana (en 1958-1959).
Luego, por espacio de diez años, viajó por España, Suecia, Francia, Italia, Rumania, Chipre, Uganda, Kenia, Tanzania, Líbano, Turquía, Kuwait Irak, las islas de los pescadores de perlas en el golfo Pérsico, Irán, Persépolis, Kurdistán (donde visitó la iglesia de los adoradores del diablo), Baréin y otros países del Oriente Medio, realizando recitales y muestras de pinturas.
En 1976 publicó su primer disco, El mensú. Además, posee cinco horas de cine filmado en la región árabe. Desde 1978 vivió en el barrio de San Telmo, en Buenos Aires, con su esposa María Teresa.

Misiones Jesuíticas del Guayrá



Misiones Jesuíticas del Guayrá

El 8 de diciembre de 1609 el gobernador Hernandarias impulsa el desarrollo de la las Misiones Jesuíticas del Guayrá con indios guaraníes. Los indígenas guaraníes fueron reducidos en grupos por la Compañía de Jesús, desde el año 1550, con las llamadas misiones o reducciones jesuíticas, adoptando junto con las enseñanzas del Evangelio, hábitos de trabajo e ideas de organización social. Llegaron a la provincia de Misiones (Argentina), desde la región de la Guayrá, territorio comprendido por los ríos Iguazú, Paraná y Tieté y la línea del Tratado de Tordesillas -área oeste del actual estado brasileño de Paraná- que formaba parte de la Gobernación del Río de la Plata y del Paraguay hasta su división en 1617 cuando quedó incluida en la Gobernación del Paraguay.
El 8 de diciembre de 1609, con instrucciones del jesuita Diego de Torres Bollo y el gobernador Hernandarias, salieron a la región los padres José Cataldino y Simón Masseta. En 1610 fundaron la reducción de Nuestra Señora de Loreto, en la confluencia de los ríos Pirapó y Paranapanema, que devino en el centro de las Misiones Jesuíticas del Guayrá, base para la fundación de otras reducciones en la región. En 1612 unos 50 km. al este se crea a reducción de San Ignacio Miní. El éxito inicial entusiasmó a las autoridades que establecieron nuevas misiones, en las cercanías de los principales ríos de la región (Tibagi, Ivaí y Piquiri). Pero, en 1627 se iniciaron las invasiones de los bandeirantes que capturaban nativos para venderlos como esclavos en las haciendas; para 1631 habían destruido nueve pueblos y capturado 60.000 indígenas.
Los sobrevivientes se concentraron en las dos misiones que permanecían sin atacar (Loreto y San Ignacio Miní). A fines de 1631 se produce el éxodo guayreño, un traslado épico de más de 12.000 guaraníes hasta la provincia de Misiones en Argentina. Tres días después de la salida, las dos misiones fueron destruidas.
Dirigidos por el sacerdote jesuita Antonio Ruiz de Montoya (Perú, 1585 - 1652) debieron recorrer cerca de 1000 km, la penosa travesía -solo llegó un tercio del contingente inicial- finalizó en 1632 con la refundación de las reducciones a orillas del arroyo Yabeviry e incorporadas a las Misiones del Paraná y Uruguay.
Nuevas migraciones concentraron e la actividad misionera a lo largo de las márgenes de los Ríos Paraná y Uruguay, y se consolidaron 30 pueblos organizados con más de 100.000 Guaraníes, con sus yerbatales, algodonales y estancias.
La autoridad máxima era el cabildo compuesto por caciques. Los curas eran los administradores de bienes y atendían lo concerniente a lo espiritual, económico, cultural y social. Les respetaban a los guaraníes su organización familiar, sus fiestas indígenas, etc.
A cada familia indígena se le otorgaba una parcela de tierra para el cultivo que era denominada abá-mbaé o "propiedad del indio", la explotación de la misma era controlada por los misioneros quienes vigilaban que los indios sembrasen y cosechasen sus productos. La casa del cacique era igual a las otras, pero estaba ubicada en un lugar privilegiado.
Los jesuitas establecieron los talleres, donde enseñaron a los guaraníes una serie de oficios: carpintería, fabricación de vajilla, hornos para cocer tierra, fundición de metales, tejeduría de algodón, confección de sombreros, instrumentos musicales.
En uno de los extremos de la plaza, estaba el rollo. Las cárceles eran muy raras en las misiones. Aquél que faltaba a la ley, se lo colgaba del rollo para ser castigado en forma pública. Este monumento presente y a la vista de todos era el símbolo de la justicia y la vergüenza pública. Aquél que había violado de alguna forma alguna de las normas, era atado y azotado en público. Luego debía arrepentirse y pedir perdón.
Dentro de las misiones había un orden comunitario, sin riquezas ni lujos, donde todos trabajaban y consumían por igual. Los guaraníes estaban exentos de prestar servicio personal a los encomenderos y por lo tanto debían pagar tributo a la Corona. Como este pago debía hacerse en metálico y en las reducciones no existía el dinero, había que elaborar el producto que se pudiera vender en el mercado. Es así como nace la industria de la yerba mate y por su calidad, llegó a conocerse no solo en España, sino en Chile, Méjico, Perú y Portugal.
Escribe en 1774 José Sánchez: "Los españoles no quitan los palillos de las ramas, sino que con las hojas los quebrantan y mezclan, por eso su yerba se llama con palos, y no es muy estimada. Los guaraníes, muelen solamente sus hojas. Esta es la yerba Caamiri tan afamada." Un dato curioso: los guaraníes, usaban el agua fría, son los españoles quienes la sirvieron con agua caliente. Dentro de las misiones reinó una organización comunitaria en orden. Este funcionamiento comenzó a competir con el sistema aristocrático propio de la corona española que decidió expulsar a los jesuitas de todos sus territorios en 1767 cuando el Rey Carlos III de España, firmó el Decreto de expulsión, pero recién se ejecutó en las Misiones en 1768. A partir de allí comienza una decadencia lenta. San Ignacio Miní sobrevivió hasta que fue parcialmente destruido, como otros pueblos, durante las guerras de fronteras por las tropas paraguayas.
San Cosme y Damián
Fundada en 1632 por el Padre Adriano Fornoso, sus habitantes tuvieron que trasladarse cuatro veces, hasta que en el año 1760 se ubica definitivamente al norte del Paraná, donde se encuentra actualmente (cercana a la ciudad de Encarnación, Paraguay).
Fue el principal centro astronómico de América del Sur.
El Padre Buenaventura Suárez inició desde 1.703 trabajos y estudios sobre astronomía. Ayudado por los indígenas construyó telescopios, cuadrantes y un reloj de sol, que aunque rudimentarios eran exactos en su funcionamiento, realizando con ellos trabajos de investigación que fueron dados a conocer en Europa, causando asombro en la universidad de Upsala (Suecia). De aquel centro científico hoy queda un reloj de sol que asombra por su exactitud.
Fuentes:
#efemerides #historia

domingo, 7 de diciembre de 2025

La Imaginación


La verdadera Salud


Es la salud la verdadera riqueza, no piezas de oro y plata.” — Mahatma Gandhi

Vivimos en un mundo que suele medir el éxito en dólares, títulos y posesiones.
Pero ¿de qué sirve todo eso si tu cuerpo está agotado, tu mente abrumada o tu espíritu desconectado?

La verdadera riqueza no está en tu cuenta bancaria.
Está en tu capacidad de despertar con claridad, energía y paz.
Está en sentirte lo suficientemente fuerte para cuidar de otros y lo suficientemente en calma para cuidar de ti mismo.
Está en esa sensación profunda y estable de que tu vida está alineada con algo significativo.

sábado, 6 de diciembre de 2025

Bartomeu Meliá

Cuanto aprendí de Bartomeu Melià Sj
Gracias por el gran legado a quienes amamos, compartimos e investigamos la Milenaria Cultura Mbya Guaraní. 
José Javier Rodas.

Melià, un investigador riguroso y comprometido

Por Dr. David Galeano Olivera

Bartomeu Melià Lliteres nació en Porreras, España, el 7 de diciembre de 1932 y falleció en Asunción, Paraguay, el 6 de diciembre de 2019. Fue un antropólogo, lingüista y sacerdote jesuita de sólida y vasta formación intelectual, de personalidad decidida y atrapante, solidario, comprometido y riguroso.

Llegó a Paraguay en 1954 y aprendió guaraní de la mano del extraordinario estudioso de esta lengua, el sacerdote Antonio Guasch. Más adelante conoció y acompañó la valiosa labor del no menos legendario León Cadogan, de quien fue discípulo y tras cuyo fallecimiento pasó a continuar su reivindicación de los derechos de los pueblos indígenas y de sus manifestaciones culturales.

Estudió y convivió con diferentes naciones indígenas de Paraguay, Bolivia, Brasil, Argentina y otros países. Fue docente de la Universidad Católica de Paraguay, que también lo distinguió merecidamente con el título de doctor honoris causa. Igualmente, fue profesor de universidades extranjeras. Dictó innumerables conferencias y participó de cientos de congresos, foros, seminarios, etc.

Fue fundador, miembro y presidente del Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad Católica y director del Suplemento Antropológico del mismo, al igual que de la revista Enfoques Paraguayos. También fundó y participó de muchas otras entidades (Centro de Estudios Antonio Guasch, Centro Paraguayo de Investigación Lingüística, Academia de la Lengua Española–Paraguay, etc).

Autor de numerosos libros relacionados a los pueblos indígenas y también a la lengua guaraní que trascendieron Paraguay y se convirtieron en materiales de referencia en prestigiosas universidades del mundo y de reconocidos investigadores. Recibió numerosas distinciones y reconocimientos en Paraguay, América y el mundo.

Por denunciar los atropellos a la dignidad de los pueblos indígenas fue expulsado de Paraguay en 1977 por orden del dictador Stroessner y recién pudo retornar en 1989.

Conviene destacar que paralelamente a su tenaz labor lingüística y antropológica, Melià siempre fue consecuente con su formación sacerdotal. Cumplió con sus obligaciones religiosas oficiando misas, participando en la formación de futuros sacerdotes y de otras tradiciones católicas, como cualquier otro sacerdote.

Con el pa’i Melià nos encontramos y compartimos numerosos encuentros (conferencias, seminarios, congresos) vinculados a la lengua y a la cultura guaraní, y con el tiempo acentuamos algunas diferencias a partir de nuestras posturas dispares en relación a cuestiones lingüísticas o culturales. Pese a nuestras diferencias conceptuales, supimos sobrellevarlas y convivir en el marco del respeto.

Nobleza obliga a reconocer la gran labor desplegada por el pa’i Melià a favor de las naciones indígenas y de la lengua guaraní.

Estudios más sobresalientes
Melià fue el mentor y autor de los primeros estudios formales acerca del jopara (mezcla del castellano y el guaraní en el hablar cotidiano de la población paraguaya), al punto de considerar al jopara como la tercera lengua del país. Desarrolló una teoría muy interesante sobre la diglosia en el Paraguay. Por otra parte, sus investigaciones antropológicas son también valiosos aportes al conocimiento de las culturas indígenas.

En su variada producción podemos encontrar títulos sobresalientes como El guaraní a su alcance (1969), su tesis doctoral La creación de un lenguaje cristiano en las misiones de los guaraníes en el Paraguay (1969), también El guaraní dominante y dominado (1973), Diglosia en el Paraguay (1973), La agonía de los ache-guajaki: historia y cantos (1973), Hacia una “tercera lengua” en el Paraguay (1974), La lengua guaraní del Paraguay (1992), La lengua guaraní del Paraguay: historia, sociedad y literatura (1992), Elogio de la lengua guaraní (1995), La lengua guaraní en el Paraguay colonial (2003).

Las obras mencionadas son apenas una muestra dentro de su gran producción bibliográfica.

Antropología y lingüística
Así como Moisés Bertoni, Branislava Susnik, León Cadogán o José Antonio Perasso, debemos reconocer el permanente trabajo de Bartomeu Melià a favor del respeto de los derechos, la dignidad y las culturas indígenas. En cuanto a su aporte lingüístico caben destacar sus estudios sociolingüísticos, ya que dedicó gran parte de su vida a analizar y caracterizar el fenómeno generado por las lenguas en contacto (castellano-guaraní).

Melià también creó un método de alfabetización y educación intercultural bilingüe, a distancia, a través de programas radiales.

Leer e investigar sobre su obra es importante para conocer más y mejor la impresión que él tuvo de las naciones indígenas, ya que rescató las características culturales, espirituales, morales y éticas de los nativos del Paraguay, en particular, de los guaraní; y obviamente para conocer, entre otros, las razones que lo motivaron a sugerir la presencia de una tercera lengua en nuestro país.

No se estudia mucho al profesor Melià en las universidades paraguayas, salvo en las instituciones dedicadas a la lengua guaraní o a la antropología. En general poco o nada existe sobre Melià en las instituciones educativas (primarias y secundarias), el mismo mal que afecta a la mayoría de los intelectuales paraguayos, a quienes tampoco se los estudia en profundidad.

Sus obras pueden servir de marco referencial a investigaciones vinculadas a la lengua Guaraní y a la antropología en Paraguay. Asimismo, su destacada personalidad puede servir de ejemplo a seguir entre los jóvenes de nuestro país, su don de gente, su honradez, solidaridad, afabilidad y tenacidad, valores que merecen ser rescatados y promovidos. 
https://cienciasdelsur.com/2020/02/27/bartomeu-melia-antropologo-comprometido-y-rig

ComentarioTo

viernes, 5 de diciembre de 2025

Charqui: El combustible secreto de los imperios sudamericanos.




En las gélidas y ventosas alturas de la cordillera de los Andes, mucho antes de que la humanidad soñara con la refrigeración eléctrica, nació una invención culinaria esencial que cambiaría el destino de imperios y ejércitos enteros. No se trataba de oro brillante ni de piedras preciosas, sino de un tesoro mucho más vital para la supervivencia diaria: la carne pacientemente deshidratada bajo la implacable radiación solar y la sal de la tierra. Los pueblos originarios, poseedores de una sabiduría ancestral,
descubrieron que al cortar la carne de guanaco o llama en finas tiras y exponerlas al aire seco de la montaña, podían detener milagrosamente el tiempo y la descomposición natural. Lo bautizaron como ch'arki, una voz quechua que significa literalmente "seco y flaco".

Este alimento imperecedero no solo sostuvo a los incansables chasquis en sus maratónicas travesías por el inmenso Qhapaq Ñan, sino que se convirtió en el combustible estratégico indiscutible de la historia sudamericana. Imaginemos por un momento las noches gélidas junto al fogón, donde arrieros y soldados rehidrataban estas tiras correosas para crear el valdiviano, un guiso calórico capaz de revivir el espíritu más agotado. Fue el humilde charqui el que viajó oculto en las alforjas del Ejército de los Andes, permitiendo la colosal hazaña libertadora a través de pasos montañosos imposibles donde el ganado vivo jamás habría sobrevivido al trayecto.

Con el paso de los siglos, su técnica rústica cruzó fronteras y océanos, transformándose incluso en el famoso jerky anglosajón, pero su alma verdadera permanece arraigada profundamente en la cultura del sur del mundo. Hoy, aunque a menudo lo vemos simplemente como un snack o un ingrediente gourmet, el charqui es un testamento del ingenio humano frente a la adversidad natural. 
 
Es la memoria comestible de un continente, un recordatorio crujiente de que, a veces, lo esencial para avanzar es saber conservar lo que tenemos, transformando la necesidad pura en una tradición eterna.

Fuente
FB El Profe Jota Jota 

Somos Semillas


Dulce de leche y sus inicios..


La historia más aceptada del dulce de leche sitúa su origen en 1829, en la estancia La Caledonia, durante un encuentro entre los generales Juan Manuel de Rosas y Juan Lavalle para firmar la paz. Según la leyenda, una criada de Rosas se distrajo y olvidó cocinar una mezcla de leche y azúcar, que se redujo hasta convertirse en la sustancia dulce y espesa que conocemos hoy. Aunque esta es la versión más difundida, existen otras teorías que sugieren orígenes más antiguos en Europa o Asia, o que su creación fue un proceso gradual y común a distintas culturas.

El encuentro y el descuido:
En 1829, Rosas y Lavalle se reunieron para firmar el Pacto de Cañuelas. Durante la preparación de la comida, una criada olvidó en el fuego la lechada (leche con azúcar) que se tomaba con los mates.

El descubrimiento:
Al regresar, la criada encontró una crema espesa y de color marrón que se había formado por la caramelización.

La prueba:
Se dice que Rosas probó este nuevo dulce y le gustó tanto que lo compartió con Lavalle.



Otras teorías:
Aunque la leyenda es popular, se cree que preparaciones similares existían en otros lugares desde hace siglos. En Francia, existe el "confiture de lait" y en otras regiones de Asia y América Latina también se elaboraban dulces parecidos con leche y azúcar.

Un ícono argentino y latinoamericano:
Lo cierto es que el dulce de leche se consolidó como un ícono gastronómico en Argentina y Uruguay, donde se celebra el Día Mundial del Dulce de Leche el 11 de octubre. También se lo conoce con otros nombres en países como Colombia (arequipe) o Chile (manjar).

Industrialización:
La producción industrial comenzó en 1902 con empresas como La Martona, que adaptó las recetas tradicionales a un proceso industrial.


jueves, 4 de diciembre de 2025

La práctica es el único camino que conduce el éxito