Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

lunes, 10 de diciembre de 2018

Reivindicación de la lengua guaraní por estudiantes en Argentina



Daniel Rojas Delgado es profesor y Licenciado en Comunicación Social. A partir de su ascendencia paraguaya, decidió comenzar un taller de lengua guaraní con un grupo de amigos, que luego se prolongó en un taller de extensión de la Universidad Nacional de La Plata, y culminó con un viaje de los estudiantes a Paraguay para empaparse más de la historia y cultura.

¿Por qué surgió dar un taller de guaraní?

Surgió porque un grupito de estudiantes de Letras se habían interesado por aprender guaraní. Una amiga de la infancia, Carmen Lezcano, también paraguaya y criada en La Plata como yo, fue la que inició esta movida ya que un día les dijo que sabía guaraní y le insistieron tanto que no le quedó otra que “sacar de la galera” un taller para esas cuatro o cinco personas. Pasaron unos meses y me sumé casi de casualidad. En ese entonces yo también cursaba Letras y un día cuando estoy saliendo de cursar me encuentro con Carmen, que me dice que tenía una invitación para hacerme. Hacía años que no nos veíamos y me cuenta ahí mismo, en los pasillos de la facultad, lo que venía haciendo y bueno, acá estamos.


¿Dónde aprendiste la lengua?

Esta respuesta es más difícil de responder. Lo que se dice aprender, aprender, no sé, ya que sigo estudiándolo y todo el tiempo aprendo palabras y estructuras nuevas del idioma gracias a los libros, artículos digitales y a las preguntas curiosas que nos hacen en el taller, cuando miran desde otro lado la lengua. Pero el guaraní se habló toda la vida en mi casa, incluso estando en La Plata. De chico lo hablaba poco y con el tiempo, muy de a poco, me fui soltando un poco más, aunque siempre lo entendí. Cuando arrancamos con el taller hace unos tres años empezamos a estudiarlo de una forma más sistemática por momentos, más desordenada de a ratos. Porque los manuales que existen no terminan de convencernos del todo, ya sea por los grados de dificultad que presentan o por la pureza que pretenden que tenga la lengua. 

¿Pureza en qué sentido?

Con pureza me refiero a pensar que la lengua es algo que sale de la academia, incluso creando palabras que nadie usa para evitar “contaminarse” con la lengua popular, que utiliza préstamos del español. A esto último se le llama “jopara” (se lee yopará), que significa una mezcla de cosas y es también el nombre de una comida paraguaya.

¿Qué pensás que representa para la Argentina el pueblo guaraní?

Creo que cuando hablamos del pueblo guaraní no sólo pienso en los pueblos indígenas que hablan guaraní, en cualquier de sus variedades como los avaguarani o los mbya, entre otros. Hablar de pueblo guaraní es hablar de una región que comparte un troncohistórico, lingüístico y cultural de siglos de resistencia y en constante transformación. Lo guaraní corre por lo bajo de la vida cotidiana en Argentina, desde el mate y el tereré hasta la chipa, pasando por las nombres de muchas ciudades que tienen origen guaraní (Iguazú, Oberá, Paraná, Itatí, etc.) hasta llegar a los relatos que aún pisan fuerte hoy en día, como el del Pombero o el del Kurupí.


¿Cómo son las dinámicas del taller?

Buscamos combinar cuestiones gramaticales como puede ser aprender verbos o sustantivos con el estudio de la historia y la lectura de cuentos, aproximarnos al cine, la música, la medicina y la gastronomía popular. Apuntamos a acercarnos lo más posible a la lengua y a la cultura guaraní que conocemos, no sólo a través de la lectura y la escritura, sino también a través de la oralidad y la experiencia del baile, la música y la cocina de productos típicos como la chipa y la sopa paraguaya. A su vez, dependiendo del interés de quienes conforman cada taller, en alguna clase podemos centrarnos más en armar diálogos, en otra estudiar sobre la Guerra de la Triple Alianza o en ver videos de youtubers para luego traducirlos. El material didáctico y el recorrido lo vamos armando con Carmen, ya que no nos casamos (aún) con ningún manual de textos ni con ningún método de enseñanza predeterminado. Aparte de eso, en estos años hemos realizado dos viajes inmersivos a Paraguay: para vivir en carne propia la lengua, las comidas, recorrer museos y balnearios, participar de clases de guaraní en una escuela y conversar con escritores que leímos en clase, como Susy Delgado, Javier Viveros o Feliciano Acosta. En estos viajes son realmente importantes los vínculos familiares, ya que nos abren puertas y facilitan acceder a lugares tales como la escuela, a la que pudimos entrar gracias a la familia de Marianela Bogarín, una de las talleristas.

La participación de los integrantes del grupo

Como la gran mayoría de los integrantes del grupo son docentes, incluso universitarios, hay muchos dilemas o anécdotas de la lengua viva a lo largo de las clases. Ha pasado que nos piden alguna frase para mostrar en el aula, que graben algún audio en el patio del colegio o que armen poesías en jopara, por nombrar algunas experiencias. En las redes sociales internas del grupo solemos compartir constantemente noticias o imágenes con materiales en guaraní o sobre el guaraní que hacen que, a veces, las clases se extiendan unos metros más allá de los centros culturales en los que las damos.

Invitación de la UNLP

Hace dos meses terminamos de dar un curso de la Secretaría de Extensión en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). El curso se llamó “Historia, literatura y lengua guaraní”. Duró cinco clases y fue un pantallazo general de muchas temáticas interesantes para seguir profundizando. Fue una experiencia muy rica para nosotros porque por primera vez en varias décadas Humanidades volvía a poner públicamente los ojos en una lengua indígena y la gente respondió a aulas llenas. Creemos que tenemos que seguir abriendo ese tipo de espacios, para americanizar más la universidad, que ya tiene bastante de Europa por el momento. Porque el guaraní tiene mucho aún para decirnos sobre nuestras raíces culturales, sobre el presente y sobre el porvenir. 

Fuente: Bolivia TV - Haciendo Historia - 10 de Diciembre de 2.018



1 comentario:

  1. Provengo de familia paraguaya y nunca me enseñaron la lengua guaraní, por verguenza seguro. ahora estudio profesorado de letras en la universidad de Hurlingham. El tema me parece por demás interesante. Éxitos!!!!!

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