Sin
indígenas quedaríamos sin naturaleza y sin futuro.
¿Sabías
que el 80% de las zonas con mayor biodiversidad de la Tierra son el hogar de
pueblos indígenas y tribales?
Mucho
antes de que el término “conservación” fuera acuñado, los pueblos indígenas
desarrollaron medidas muy eficaces para mantener la riqueza de su
medioambiente. Cuentan con sofisticados códigos de conservación de la
naturaleza para detener la caza excesiva y preservar la biodiversidad.
Y
sin embargo se afirma con frecuencia, y de forma errónea, que sus tierras son
“vírgenes” o inexploradas a pesar de que comunidades indígenas de todo el mundo
hayan dependido de ellas y las hayan gestionado durante milenios. Incluso las
regiones “vírgenes” más conocidas del mundo, como Yellowstone, la Amazonia o el
Serengueti, son de hecho la patria ancestral de millones de indígenas que
cuidaron y protegieron sus entornos naturales durante muchas generaciones.
Los
pueblos indígenas y tribales están siendo expulsados ilegalmente de estos
territorios en nombre de la “conservación” de la naturaleza. Ahora son acusados
de “caza furtiva” porque cazan para alimentar a sus familias. Y se enfrentan a
arrestos y palizas, tortura y muerte, mientras se fomenta la caza mayor (o caza
de trofeos) entre los que pagan por ella. Las grandes organizaciones
conservacionistas están colaborando con la industria y el turismo, y destruyendo
a los mejores aliados del medioambiente.
Las
grandes organizaciones conservacionistas son cómplices. Sobre el papel subrayan
la necesidad de obtener el consentimiento libre, previo e informado de los
pueblos indígenas antes de iniciar la creación de un área protegida sobre
territorios que habitan. A menudo reconocen también su derecho a seguir
utilizando los recursos naturales locales. Sin embargo en la práctica financian
un modelo de conservación de la naturaleza militarizado que conduce a la persecución
de cazadores-recolectores inocentes, se asocian con industrias que roban
tierras indígenas y desarrollan proyectos que desembocan en expulsiones
ilegales.
En
Camerún, los indígenas bakas que osan adentrarse en la que fuera su selva, de
la que han sido excluidos, son aterrorizados por patrullas antifurtivos
financiadas por WWF (el Fondo Mundial para la Naturaleza). En la
India hay pueblos tribales expulsados de sus tierras en las reservas de tigres
mientras el Departamento de Bosques fomenta que el turismo se dispare.
Survival
está combatiendo estos abusos. Sabemos que los pueblos indígenas cuidan el
medioambiente mejor que nadie.
Ha
llegado la hora de un nuevo modelo de conservación de la naturaleza: uno que
respete el derecho internacional, que coloque los derechos de los pueblos
indígenas y tribales en el centro y que reconozca que son los mejores
conservacionistas y guardianes del mundo natural.
Esto
supondría el avance más significativo de la historia para una auténtica
protección medioambiental.
Por
los pueblos indígenas, por la naturaleza y por el futuro de toda la humanidad.
Survival
Internacional
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