Antes Chiga (Dios) andaba en este mundo con su madre, no existía
nadie, entonces le dijo a su madre que hiciera harta chicha.
Por mandato de Dios ella empezó hacer la chicha, él también comenzó
a construir un rancho grande, pero muy grande.
Construyó unos asientos largos, unas mesas y una tarima y cercó el
contorno de la casa, entonces la madre le dijo al hijo: “¿Para qué haces ese
rancho tan grande?“. “Porque yo ya no quiero hacer más chicha“, entonces él le
dijo: "Hoy voy a llamar y tomaré chicha con mi gente", la tarima
estaba lista, todo preparado para llamar la gente, entonces él le dijo a su
madre: "Llegó la hora de llamarlos".
Se subió a la tarima con un coco que producía un sonido, los llamó,
pero no llegaron.
Luego Chiga los llamó con un grito: “¡Vengan todos a tomar chicha
que le he preparado!“.
Después del llamado fueron saliendo de la nada unas personas con
collares de pluma, colmillos de tigre, corona de plumas de guacamayo, sus
rostros pintados, sus cuerpos cubiertos de variedad de plantas fragantes de la
naturaleza y cada uno traía bombos, flautas, rondadores para festejar.
Entraron en la casa y cubrieron todos los asientos preparados por
Chiga, y la madre les brindó la chicha que habían preparado. Los que no
alcanzaron asiento se quedaron afuera: ellos son los seres espirituales de la
naturaleza que ahora viven en las montañas.
Nosotros somos los que Chiga llamó y somos los COFAN (A´I) con una
sabiduría natural. Chiga nos había llamado para que existiéramos en este mundo
y cuidáramos lo que en él existe después de llamarnos nos dejó el yage.
Por eso nosotros los COFAN somos hermanos de todo lo que Chiga creó
y siempre manejamos el equilibrio con la naturaleza y nuestra madre tierra y la
cuidaremos hasta que el último COFAN exista.
Somos del Pueblo COFAN. Somos aborígenes del Putumayo. Somos
cultura del Yage.
Somos un pueblo de sabedores nativos. Nuestros abuelos todavía
conservan la sabiduría de nuestros ancestros. A ellos les dan el conocimiento el
mundo de las plantas medicinales, para curar las enfermedades del cuerpo y el
espíritu. Son médicos tradicionales para nosotros y el mundo. Ellos nos
aconsejan a nosotros y al mundo con sus pensamientos de mayores.
Somos humildes y gente de paz, buenos, generosos, respetuosos.
Respetamos a la madre naturaleza. Dios nos ha dejado el Yage, un cabello de su
corona para que aprendamos a vivir y para que nos fuíen nuestros curacas, que
son nuestros máximos líderes espirituales. Por ese motivo nuestro pueblo está
de luto. Hemos perdido a uno de nuestros abuelos, el cual con su sabiduría nos
había enseñado a vivir en paz con nuestra naturaleza y con nosotros mismos. Se
ha llevado consigo sus historias, sus relatos, y todo lo que ha vivido desde
que nuestro territorio estaba en plenitud. Él alcanzó a ver cómo nos lo han
arrebatado. Gracias a él ha continuado nuestra descendencia, a la cual le
debemos nuestras vidas.
Texto enviado por Yorly Margoth Lasso Queta, descendiente del
Pueblo Cofan. Las fotografías son de su abuelo y tíos.
Fuente>Culturas de la Tierra-Un Puente hacia los Pueblos
Originarios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario