Derechos de autor de la
imagenGETTY IMAGESImage captionLos tamales son uno de los platillos
tradicionales de la cocina mexicana desde la época prehispánica.
"La masa no se crea ni
se destruye, solo se transforma... en tamal", dice una frase en México que
celebra la llegada del 2 de febrero.
Esta es la fecha culminante
en un "maratón" de celebraciones de fin de año en México, esperada
con ansias por muchos que quieren sentarse a la mesa y comer tamales.
Esta tradición celebra
en el Día de la Candelaria, una festividad católico-cristiana que sirve
de excusa perfecta para degustar platillos típicos, como ocurre en muchas
tradiciones en México.
"El Día de la
Candelaria es una celebración que trasciende más allá de las fronteras
católicas y puede considerarse la tercera fiesta religiosa más importante
del país, después de la Semana Santa y la Navidad", dice la antropóloga
Yesenia Peña en un artículo del Instituto Nacional de Antropología e Historia
(INAH).
Este platillo elaborado a
base de harina de maíz tiene su origen en el México prehispánico pero se come
en otros países de Centroamérica, el Caribe y Sudamérica.
En México existen hasta
5.000 variedades de tamales, según el INAH.
Los más tradicionales tienen
carne de pollo y cerdo con salsas picantes, pero también hay dulces, de
insectos y, más recientemente, "gourmet".
"En México, revela
aspectos muy particulares que incluyen el sincretismo con ritos prehispánicos,
convirtiéndose en una festividad compleja, pues en su esencia también se
fusionan la fe hebrea, la cristiana, e incluso, cultos paganos provenientes de
la Isla de Tenerife (España)", expone el instituto.
El origen religioso
La celebración del Día de
la Candelaria en México está ligada a la tradición católica traída tras la
conquista española.
En uno de los Evangelios se
dice que la virgen María acudió al Templo de Jerusalén para
recibir la purificación después del nacimiento de Jesús, quien también fue
presentado en el recinto como dictaba la tradición hebrea.
Derechos de autor de la
imagenGETTY IMAGESImage caption"Tamalli" era el nombre en la lengua
náhuatl que recibía este platillo desde tiempos de las culturas prehispánicas.
La purificación era un rito
por el que debía pasar toda mujer que dio a luz. Los padres ofrecían en
sacrificio animales como un cordero, palomas o bien tórtolas, como lo hicieron
María y José.
Las mujeres entonces
eran bañadas y rodeadas de flores como las candelas, de ahí el nombre que
luego adoptó el Día de la Candelaria.
La celebración también está
relacionada a la tradición de Tenerife, España, de la Fiesta de las Candelas, o
velas, que surgió a partir del relato de la aparición de la virgen María en el
siglo XIV.
El "padrino" de
los tamales
El Día de la Candelaria se
conmemora en muchas partes del mundo, pero en México adquirió una relación
particular con la comida.
El 6 de enero, día de los
Reyes Magos (otra celebración religiosa), en México se acostumbra partir una
rosca de pan dulce que guarda en su interior varios muñecos del niño Jesús.
Los afortunados que
encuentran uno de esos muñecos se convierten en "padrinos" del Día de
la Candelaria y, por lo tanto, son los encargados de proveer los tamales a
sus invitados.
De ahí que desde principios
del año ya se aguarda tan fervientemente la llegada del 2 de febrero.
También es motivo de
reuniones familiares, tanto para la elaboración como para la degustación de
este platillo.
La olla y el fuego
Mientras que en otros
países los católicos se limitan a recordar el simbolismo religioso del Día de
la Candelaria, en México la festividad se fusionó con una tradición
prehispánica.
"Se sintetizan muchos
elementos de la tradición española con la mesoamericana", explicó el
etnólogo Andrés Medina a la Gaceta de la Universidad Nacional Autónoma de
México.
Fuente
BBC – 2 de Febrero de 2.018