Existe una leyenda aimara que cuenta el origen de ese
precioso Salar, y tiene como protagonista a Tunupa, una madre
lactante.
Tal como era de esperar dado su aspecto mágico, el Salar de Uyuni
también se encuentra en el corazón de una antigua leyenda aimara (nombre
de uno de los principales grupos indígenas originarios de Bolivia).
En lugar de
explicar la formación del salar de forma natural, la leyenda de remoto origen sostiene que
el salar existe por la intervención de los dioses aimaras.
Conocidas por el nombre de Tunupa, Kusku y Kusina, las tres
montañas que rodean el Salar fueron una vez personas gigantes y, tras la traición de
Kusku, el marido de Tunupa, que supuestamente se fugó con Kusina, el copioso
flujo de lágrimas de Tunupa creó el incomparablemente hermoso Salar
de Uyuni de los tiempos modernos. De hecho, tan venerada es Tunupa para algunas
personas aimaras que creen que el salar debería llamarse Salar de Tunupa en
su honor.
Espejismos en el Salar de Uyuni, Bolivia. Créditos: Xiaohua Zhao |
El Salar de Uyuni (en el departamento de Potosí, al
Sur de Bolivia), es el más grande del mundo. A una altura de 3.680
m y con una superficie de 12.000 km², es una
planicie de singular belleza por su impresionante espejo de sal, que se formó
por la evaporación de antiguos mares.
Está compuesto por unas 11 capas de sal, cuyo espesor
varía entre los 2 y los 10 metros. El Salar se extiende como una
enorme plataforma plana y blanca de gran belleza, ofreciendo un paisaje similar
al de las regiones polares, en las que se funden el azul y el blanco.
Extendiéndose sobre
unos sorprendentes 12.000 kilómetros cuadrados y a unos impresionantes 3.653
metros sobre el nivel del mar, el fascinante Salar de Uyuni es a
la vez la salina más grande y alta del altiplano. Situado en el suroeste
de Bolivia, que forma parte de la vasta región del altiplano del país,
este espectacular paisaje natural tiene una apariencia realmente impresionante.
Comparable a un mar blanco interminable cuando se seca y un espejo
reflectante colosal cuando está mojado, el Salar de Uyuni parece ser casi
de otro mundo y sin duda proporcionará a los visitantes privilegiados
espectaculares fotos y recuerdos inolvidables.
Además de contar con
unos 10 millones de toneladas de sal, el Salar de Uyuni es también la reserva
de litio más grande del mundo, un mineral imprescindible en
numerosos aparatos tecnológicos, como teléfonos móviles y ordenadores
portátiles.
Gracias a su
increíblemente enorme superficie, la claridad de los cielos y su
extraordinaria llanura, el Salar de Uyuni se utiliza para calibrar los
altímetros de los satélites de observación de la Tierra.
Al parecer su origen
se remonta unos 40.000 años, el Salar de Uyuni originalmente formaba parte de
un lago prehistórico gigante, el Lago Minchín, que cubría la mayoría del
suroeste de Bolivia y que finalmente se secó dejando el Lago Poopó, el Lago
UruUru, y dos grandes desiertos de sal, entre los que se encuentra nuestro
Salar de Uyuni. Extendiéndose a profundidades de hasta 120 m según
los expertos en geología, el Salar de Uyuni ofrece hoy día una base muy firme
para los numerosos vehículos que se desplazan a través de él durante la
estación seca, pero lo que lo hace más notable es su transformación cuando
llegan las lluvias en noviembre. Mientras que durante la estación seca
(abril-octubre), se ve la fascinante creación de una cadena interminable de
formas poligonales emergentes de sal debido al agrietamiento de la superficie
cristalina, en la temporada de lluvias (de noviembre a marzo) se produce un espejo natural
de agua que refleja los hermosos cielos haciéndonos sentir como si estuviéramos
caminando entre las blancas y mullidas nubes durante el día, a través de
estrellas brillantes por la noche y sobre un arco iris durante los amaneceres y
puestas de solricamente coloreados, la superficie reflectante única del Salar
de Uyuni crea un mundo en el que parece que la tierra y el cielo se
unen en una sola cosa.
Aunque el principal
atractivo del Salar de Uyuni gira en torno a su paisaje impresionante
más que en su biodiversidad, los turistas igualmente podrán disfrutar de la
extraordinaria visión de los millares de flamencos que acuden a
reproducirse al salar boliviano cada noviembre. Ya sea observándolos
de pie, orgullosos, en la tierra saturada o viéndolos volar majestuosamente
sobre sus cabezas, los turistas no pueden dejar de sentirse cautivados por los
elegantes movimientos de estas criaturas de color rosa, de aspecto majestuoso.
Fuente>Don Quijote-Escuela de Español
http://www.donquijote.org/cultura/bolivia/lugares/parques/salar-de-uyuni
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