Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

domingo, 29 de mayo de 2011

Guaraníes preexistentes, Cataratas y la llegada de Alvar Núñez el 31 de Enero de 1.542

Cuando Alvar Nuñez Cabeza de Vaca llegó a estas tierras y "descubrió" las Cataratas, esta región estaba poblada por los Guaraníes. Ello habla de la preexistencia de nuestros hermanos en estas tierras.
Decir "descubrir" es hablar desde la óptica europea... Esta región tenía pobladores que la habitaban de manera milenaria, la Nación Guaraní refleja en la geografía con sus nombres la existencia previa.

Los Guaraníes ante los ojos de Alvar Núñez Cabeza de Vaca

De los comentarios de Alvar Núñez Cabeza de Vaca redactados por su escribano, surgen numerosas y a veces contradictorias noticias sobre los naturales que habitaban el camino recorrido.

Como se trata de un inigualable testimonio histórico, sería importante que recorramos algunas de sus páginas, para ir viviendo las primeras impresiones de aquella expedición, transmitida directamente, en forma inductiva, derecha y reflexivamente como aproximaciones sucesivas para que, de esa manera podamos acercarnos al tema lo más objetivamente posible.


Guaraníes,  pobladores originarios
Guaraníes,  pobladores originarios
En primer lugar, se constata el área de influencia. Desde la costa atlántica, que comienza la larga travesía, hasta la ciudad de Asunción, que es punto de llegada de aquella histórica caminata, todo el mencionado territorio estaba habitado por tribus guaraníes. Cada poblado que en el camino se encontraba, decía pertenecer a la “nación” de los guaraníes.

Otra característica es importante destacar, por lo constante y significativa: el espíritu jovial, alegre y bondadoso con que las distintas tribus guaraníes recibían la cansada caravana. Así, una y otra vez. Salvo la mención hecha de los payaguás, ubicados por Alvar Núñez como indios chameses, y que habían atacado, crueles y sangrantes, la expedición de Ayolas, el recibimiento que los guaraníes hacia los españoles, no tuvo, en verdad, nada absolutamente nada de violento.
Los testimonios son innumerables y reiterados. Cuando la expedición de Alvar Núñez quedaba ya sin bastimentos, luego de diecinueve días de abruptas travesías, se encuentran con los primeros poblados guaraníes. Aquel histórico choque de culturas tan diferentes tendrá, sin embargo, un tono poco conocido.

Nada de guerra, ni de emboscadas, ni trampas. Con el cacique Toncaguazú a la cabeza, aquella tribu guaraní, que por primera vez surgía ante los ojos de la caravana, salía a recibir a Alvar Núñez en el camino. pero no de pura curiosidad, y con las manos vacías, sino “cargados con muchos bastimentos, muy alegres, mostrando gran placer con su venida”. Son palabras textuales de las Memorias de Cabeza de Vaca.
De aquella primera descripción, surgen ya, ricos y complementados, muchos de los elementos componentes de la nueva cultura descubierta que, entendemos, debemos retener desde ahora. “Esta gente y generación que se llaman Guaraní”-, dicen los Comentarios, “son labradores, que siembran dos veces en el año maíz, y, así mismo”, continúa, “siembran cazabí, crían gallinas a la manera de nuestra España, y patos; tienen sus casas muchos papagayos, y tienen ocupada muy gran tierra, y todo es una lengua”. Bondadosos y alegres, agricultores de dos siembras al año, con aves de la selva ya domesticadas tal es la primera impresión que nos transmiten los conquistadores de esta expedición sobre aquellos guaraníes.

No es el transcripto un pasaje excepcional, ni único, que pudiera ser cuestionado por su carácter especial. Nada de eso. Cuando la caravana de Alvar Núñez llega al río Tibagí, nuevamente otra población guaraní sale a recibirlo con la misma actitud de la primera. “De dos leguas cerca de este río”, dice, “vinieron los indios con
mucho placer a traer a la hueste bastimentos para la gente, por manera que nunca les faltaba que comer, y aun a veces lo dejaban sobrado por los caminos”

El relato es coherente y claro. Y siempre nos va diciendo lo mismo. La información es constante al respecto: se alegraban al ver a los blancos, hablaban un idioma muy dulce, vivían en pueblos asentados, mostraban, casi siempre, sorpresa y espanto ante las cabalgaduras españolas.

La marcha continúa y el mundo guaraní va emergiendo claro mostrando, en forma silvestre, sus elementos componentes. “Yendo caminando por la tierra”, dice, el gobernador y su gente, llegó a un pueblo de indios de la generación de los guaraníes, y salió el señor principal de este pueblo al camino con toda su gente, muy alegre a recibirlo, y traían miel, patos y gallinas, y harina y maíz; y por lengua de los intérpretes les mandaba hablar y sosegar, agradeciéndole su venida, pagándole lo que traían, de que recibían mucho contentamiento allende de esto al principal de este pueblo, que se decía Pupebajé, mando dar graciosamente algunos rescates tijeras y cuchillos y otras cosas, y de allí pasaron prosiguiendo el camino, dejando los indios de este pueblo tan alegres y contentos, que de placer bailaban y cantaban por todo el pueblo”.

Cataratas del Iguazú


Varios elementos más importantes, como decíamos, componentes de la cultura guaranítica, surgen aquí y allá, de los relatos de Alvar Núñez. El 7 de diciembre, por ejemplo, otro pueblo guaraní aparece en el camino, y el mismo retrato: impresión de alegría, ofrenda de bastimentos, el habla dulce y el recibimiento. De manera que todos los pueblos por donde habían de pasar-, dice, “los hallaban muy pacíficos, y los salían a recibir a los caminos antes que llegasen a sus pueblos, cargados de bastimentos”.

Y así, semana tras semana. El relato se podría decir que se repite, de donde emerge, claro y siempre, el mismo trasfondo: “A 19 de dicho mes, llegaron a un lugar de indios de la generación de los guaraníes, los cuales, con su principal, y hasta las mujeres y los niños, mostrando mucho placer los salieron a recibir al camino dos leguas del pueblo, donde trajeron mucho bastimento de gallinas, patos y miel y batatas y otras frutas, y más harina de piñones (que hacen muy gran cantidad de ellas), porque hay en aquella tierra muy grandes pinares”. “Las piñas son grandes, los piñones del tamaño de bellotas, la cáscara grande de ellos es como de castañas, difieren en el sabor a los de España: los indios los cojen y de ellos hacen gran cantidad de harina para su mantenimiento”.

No solamente se reitera el jovial recibimiento indio, sino que, además, nos enteramos, como expresión viva de una cultura, de las producciones que arrancan a la tierra: piñas de pinares, harina de esas piñas, frutas, miel y patos domesticados. Nos vamos adentrando en la cultura de los guaraníes. Si detrás de lo que cada comunidad produce, pueden dibujarse las relaciones sociales donde va asentada la comunidad misma, el relato no deja de ser ilustrativo e interesante.

Las impresiones personales del relato coinciden con el relato mismo, dado que la sensación que transmite el escritor es inequívoca y surge de su prosa a cada paso: “Toda este tierra es muy alegre”-, continua, y de muchas aguas y arboledas; toda la gente de los pueblos siembran maíz y cazabí y otras semillas, y batatas de tres maneras: blancas y amarillas y coloradas, muy gruesas y sabrosas, y crían patos y gallinas y sacan mucha miel de los árboles, de lo hueco de ellos”.
Mural alusivo en Puerto Iguazú
Cuando el relato nos cuenta de la llegada al Iguazú, además de darnos de nuevo los datos sobre las producciones y crías de aves diversas, nos deja un pasaje, importante de retener, como elemento fundamental de análisis en el tema del asentamiento de Las Misiones. Dice: “En la ribera del cual, según la relación, tuvieron los naturales, y por lo que vio, por vista de ojos, está muy poblado, y es la más rica gente de toda aquella tierra y provincia, de labrar y criar, porque crían muchas gallinas, patos y otras aves, y tienen mucha caza de puercos y venados, y dantas y perdices, codornices y faisanes, y tienen en el río gran pesquería, y siembran y cojen mucho maíz, batatas, cazabí, mandibíes, y tienen otras muchas frutas, y de los árboles tienen gran cantidad de miel”.

“… y la gente que vive en ella, de la generación de los guaraníes, y todos son labradores y criadores de patos y gallinas, y toda gente muy doméstica y amiga de cristianos, y que con poco trabajo verán en conocimiento de nuestra fe católica, como se ha visto por experiencia”.

Región de guaraníes asentados y agricultores en verdadera abundancia, con poblados de hasta ochocientas casas, según estas memorias, con casas de troncos y techos de paja, en una actitud bondadosamente inusual donde hasta limpiaban los caminos para que pasasen los conquistadores, con mantas tejidas y tinajas grandes para guardar vestimentas, agricultores y criadores de animales, que usaban flechas envenenadas en sus guerras con brazaletes, coronas y vasijas de oro y plata traídas desde el Perú lejano, es así como nos presenta la cultura de los guaraníes Alvar Núñez Cabeza de Vaca.

Escrito: Salvador Cabral Arrechea.
                     Fragmento del trabajo “La Cultura Guaraní” – Enciclopedia de Misiones.

Nota Anexa: El Proyecto Ava Arandú Tapé presentado por los docentes José Javier Rodas y Eulalia Estela Britez Obregón por el que se bautizan las calles de las 600 hectáreas de Puerto Iguazú con toponimia exclusivamente guaranítica contempla que el nombre de una de las arterias sea TONCAGUAZÚ en homenaje a dicho Cacique.

Dicho Proyecto fue aprobado y declarado:

§     De Interés Municipal según Ordenanza N° 11/08 del día 17 de Abril de 2.008 por el Honorable Concejo Deliberante de la Ciudad de Puerto Iguazú.
§     De Interés Educativo por el Ministerio de Cultura y Educación de la Provincia de Misiones según Resolución N° 1098/08 del día 03 de Diciembre de 2.008.
§     De Interés Provincial por la Cámara de Representantes de la Provincia de Misiones Dictámen 25-2009 del día 19 de Mayo de 2.009.


domingo, 22 de mayo de 2011

Escuela Mbororé - 25 Años con los Hermanos Guaraníes


Datos Institucionales

Denominación:Escuela Intercultural Bilingüe Nº 807 de Frontera y Jornada Completa.

Fecha de Fundación: 23 de Mayo de 1.986 como Escuela Municipal por Ordenanza Nº 22/86 del Honorable Concejo Deliberante de la ciudad de Puerto Iguazú, tarea iniciado por el Doctor Luís Honorio Rolón y la Docente Ángela Sánchez.

Fecha de Creación: 3 de Noviembre de 1.998 por Resolución Nº 3329/98 pasando a depender del Consejo General de Educación.

Nómina inicial de alumnos: 15 (quince).

Nómina actual de alumnos: 411 (cuatrocientos once) al 31/03/2.011

Ubicación Geográfica: Aldea Aborigen Mbya-Guaraní “Fortín Mbororé” – Puerto Iguazú (Provincia de Misiones).

Categoría: Primera.

Zona: “B”.

Modalidad:  Jornada Completa.

Primera Escuela Mbororé - Año 1.986

Primera Directora: Ángela Sánchez.

Distribución de las aulas: 2 (Dos) Niveles Iniciales; 3 (Tres) Primeros Grados; 3 (Tres) Segundos Grados; 2 (Dos) Terceros Grados; 1 (Un) Cuarto Grado; 1 (Un) Quinto Grado; 1 (Un) Sexto Grado; 1 (Un) Séptimo Grado en la Escuela Núcleo. En tanto el Aula Satélite ubicado en la Aldea Mbya-Guaraní Guapoy  sobre la  Ruta Nacional 12  en el municipio de Puerto Libertad funcionan 2 (Dos) Plurigrados de Nivel Inicial a Tercero y de Cuarto a  Séptimo Grado. Total de divisiones: 16 (dieciseis).

Día de clases en Sexto Grado

Nómina Docente:

1 (Una) Directora: Eulalia Estela Britez Obregón.
1 (Un) Vicedirector: José Javier Rodas.
14 (Catorce) Maestros de Grado: Petrona González, Ricardo Germán Bley, María Lucía Aquino, Marcela Bravo, Carlos Brandan, David Da Silva, Fidelina Aquino, Liliana Diel, Claudia Andrea Ramírez, Susana Prado, Pablo Heredia,Eduardo Moreno, María de los Angeles Pulkoski y Luisa Fernández.

2 (Dos) Maestras del Nivel Inicial: María Isabel Villalba y Laura Élida Quiróz.

5 (Cinco) Auxiliares Docentes Indígenas: Virgilio Oscar Benitez, Diego Benitez, Carlos Benitez, Ricardo Pascual Pereira y Santos Ferreira.

1 (Un) Maestro Especial de Educación para el Trabajo: Andrés Almirón.

1 (Una) Profesora de Educación Física: Silvana Mariángeles Mascareño.

1 (Una) Profesora de Educación Artística: Graciela Maidana.

Escuela Mbororé, edificio actual y alumna


Breve Historia de la Escuela

La Escuela Municipal Aborigen Fortín Mbororé; surge a través de un trabajo social iniciado en el año 1.984 por el Doctor Luís Honorio Rolón  y la señora Angela Sánchez. Se realiza el  pedido de tierras y al año siguiente es otorgado el Permiso de Ocupación con lo que se logra que los grupos de las etnias mbya-guaraní y avá-guaraní que se hallaban dispersos vuelvan a la Vida Comunitaria. Surge de esta manera la Comunidad Aborigen Fortín Mbororé, asentada sobre la margen del arroyo Mboka’i.
En el año 1.986 la Comunidad realiza el pedido formal para que en la Aldea se erija una escuela, la que creada por Ordenanza Municipal N° 22/86 del Honorable Consejo Deliberante en sesión del día 23 de Mayo.
La Escuela Municipal Aborigen Fortín Mbororé  se inicia como un plan piloto de alfabetización no sistemática, cuya misión sería rescatar la cultura e idiosincrasia del pueblo guaraní con la participación de las autoridades, ancianos y padres de la Comunidad, brindando nuevas perspectivas de acción con el fin de lograr un crecimiento siempre dentro de su identidad cultural.

El día 8 de Marzo de 1.993 empieza a funcionar el Aula Satélite en la Comunidad Aborígen Yryapú ubicada en Ruta Nacional N° 12 Km.4. Este asentamiento había solicitado la creación de la misma debido a la distancia existente hasta el Fortín Mbororé y por su elevado número de población escolar.

Desde el año 1.994 los docentes que cumplían funciones en esta institución pasan a depender del Consejo General de Educación de la Provincia de Misiones, situación por la cual el Establecimiento pasa a ser Aula Satélite de la Escuela Provincial N° 722, funcionado de tal manera por un período de cuatro años. Luego de gestiones por parte de las autoridades políticas y religiosas de la comunidad, padres y docentes ante el Consejo de Educación de la Provincia se crea por Resolución N° 3329/98 el día 3 de Noviembre de 1.998 la Escuela Bilingüe de Frontera y Jornada Completa Nº 807 iniciándose una etapa de sistematización de los contenidos áulicos.

En el año 2.005 la escuela se recategoriza a Segunda Categoría anexándose a la misma el Aula ubicada en la Aldea Guapoy de Puerto Libertad. Ese mismo año se incorpora a la planta funcional el Primer Auxiliar Docente Indígena, Oscar Benitez, miembro de la  Comunidad quien afianza el nexo escuela-comunidad. En el 2.006 el Segundo Auxiliar Diego Benitez.

Dr. Luis Honorio Rolón - Cofundador de la Escuela

            Actualmente Oscar Benitez se desempeña como Profesor de Lengua y Cultura Guaraní en la Escuela Secundaria del Barrio Las Leñas transmitiendo el acervo cultural guaranítico. En tanto Carlos Benitez se desempeña como Alfabetizador de Adultos en la Aldea Guapoy a partir de la lengua materna mbya guaraní.

El continuo crecimiento poblacional generó que en el último año 2.010 el Establecimiento se recategorizara a Escuela de Primera con la cración de la Vicedirección y la incorporación de cinco nuevos docentes y dos auxiliares docentes indígenas más.

En el presente ciclo lectivo se iniciaron primeros movimientos de suelo para la construcción de un nuevo edificio escolar que al finalizar su primera etapa contrará con 7 Salones de Grado, 2 Salas para nivel Inicial, 1 Dirección, 1 Biblioteca, 1 Secretaría, 1 Salón de Usos Múltiples, 1 Cocina, 1 Fogón, 1 Portería, 1 Depósito para alimentos, Sanitarios para niñas, Sanitarios para niños, 1 Sala de Computación, 1 Biblioteca y 1 Espacio Deportivo-Recreativo. En el inicio del Ciclo Lectivo 2.012 estaría inaugurada. En tanto en una segunda etapa se construirán 7 Salones de Grado que estarán finalizados al inicio del año 2.013.

Maestros de la Lengua y la Cultura Guaraní (ADIs)

Dos hechos significativos recientes para destacar es el compromiso del Ministerio de Educación de la Nación de editar un libro didáctico en lengua mbya-guaraní producto del trabajo de los auxiliares docentes indígenas Carlos Benitez, Oscar Benitez, Diego Benitez, Ricardo Pereira y Santos Ferreira quienes junto al docente José Javier Rodas han realizado esta producción que una vez impresa será distribuida a todas las unidades educativas de la modalidad indígena de la Provincia. 

El otro es la presentación ante el Ministerio y Consejo General de Educación de un Proyecto de Escuela Secundaria para Adultos con Talleres en Formación laboral. Será la primera escuela con estas características en la Provincia y la segunda del país.

Siempre caminando al lado de este Pueblo Originario con la esperanza de un mañana donde sean protagonistas de la Historia, en esta Tierra Guaranítica, poblada por este pueblo originario de manera milenaria.

Ángela Sanchez Co-Fundadora de la Escuela Mbororé

Proyecto Curricular Institucional

Desde la Escuela Intercultural Bilingüe de Frontera de Jornada Completa N° 807 nos proponemos impartir la enseñanza bilingüe, reconociendo, respetando y fortaleciendo las pautas culturales propias de las Comunidades Aborígenes Mbya-Guaraní, en equidad con los Núcleos de Aprendizajes Prioritarios.

La Educación Intercultural implica el abandono de sistemas y métodos educativos asimilacionistas; es decir, aquellos sistemas desde los cuales se impulsa la integración social a partir de la aculturación. La Educación no debe tener efectos negativos en la cultura, las tradiciones y la espiritualidad de los pueblos, por el contrario debe fundamentarse en sus raíces más profundas, en sus valores culturales y en su medio social, económico y político. Debe contribuir al fortalecimiento, rescate y desarrollo de la cultura y la identidad de los pueblos, así como a su autovaloración y a elevar su autoestima individual y colectiva.

a) Proporcionar al alumno guaraní la oportunidad educativa para lograr un desenvolvimiento en igualdad de oportunidades con respecto a la sociedad envolvente, sin perder su identidad étnica-cultural.
b) Impartir en la enseñanza escolar, contenidos culturales propios de la comunidad en equidad con los Núcleos de Aprendizajes Prioritarios.
c) Brindar a los educandos el desarrollo de la capacidad de autonomía, que le dará la posibilidad de decidir en un marco de igualdad y libertad.
d) Proporcionar una formación básica común a todos los niños y adolescentes de las comunidades, garantizando su acceso, permanencia y promoción y la igualdad en la calidad y logros de los  aprendizajes.
e) Favorecer el desarrollo individual, social y personal para un desempeño responsable, comprometido con la Comunidad, consciente de sus deberes y derechos y respetuosos de los demás.
f) Incentivar la búsqueda permanente de la verdad, desarrollar el juicio crítico y hábitos valorativos y favoreciendo el desarrollo de las capacidades físicas, intelectuales, afectivo volitivas y los valores éticos y espirituales.

Estela Britez, Directora actual

g) Lograr la adquisición y el dominio instrumental de los saberes considerados socialmente significativos: comunicación verbal y escrita, lenguaje y operatoria matemática, ciencias naturales, ciencias sociales, ecología, tecnología, ciencias sociales y cultura guaraní.
h) Incorporar el trabajo como metodología pedagógica, en tanto síntesis entre teoría y práctica, que fomenta la reflexión sobre la realidad, estimula el juicio crítico y es medio de organización y promoción comunitaria.
i) Adquirir hábitos de higiene y de preservación de la salud en todas sus dimensiones.
j) Utilizar la educación física y el deporte como elementos indispensables para desarrollar con integralidad la dimensión psicofísica.
k) Integrar,  alumnos, docentes y opyguas (lideres espirituales) para el fortalecimiento del ser mbya y ava guaraní.
l) Estimular las manifestaciones artísticas culturales desde la institución y hacia la Sociedad.
m) Lograr una inserción paulatina y progresiva de los integrantes de la aldea en la sociedad blanca a través de manifestaciones culturales y a partir de los aprendizajes sistemáticos aprendidos.

Clase de Cultura Guaraní


Actividades y Aportes Culturales

Semana del Aborigen (19 al 25 de Abril) intercambio con delegaciones escolares locales a través de visitas programadas.

Proyecto Pedagógico Innovador “Compartiendo la Cultura Mbya-Guaraní”, proyección del documental Tekoa Arandú en escuelas de la localidad. Participarán los auxiliares docentes indígenas y un docente responsable del Proyecto. Con posterioridad los alumnos de las escuelas visitaran el sendero de interpretación de la aldea donde podrán conocer: plantas medicinales, trampas, opy (casa de oración o templo), artesanías, modos de construcción de viviendas, cantos sagrados, etc.

Niños en una clase

Semana del Yvyra Roky (Brote de los árboles), el año nuevo guaraní (desde el 21 de Septiembre) y sus festividades con motivo del inicio de un nuevo ciclo de la vida, actividades escolares-comunitarias.

Proyecto Pedagógico Innovador “Ava Arandú Tapé”, a través del mismo se bautizan las calles de un barrio de la localidad con toponimia íntegramente guaranítica, los alumnos elaborarán folletos de difusión histórica-religiosa-cultura que serán distribuidos a los visitantes de la localidad por parte de la Secretaria de Cultura Municipal y de la Subsecretaria de Turismo de la Provincia de Misiones.

Maestros de la Cultura Guaraní y Docentes - Fin de clases Año 2.010

Sabias palabras las expresadas en una oportunidad por Luís Honorio Rolón: “Escuela Mbororé, caminando junto a nuestros hermanos guaraníes en la búsqueda del Yvy Marae’y”.

Felicidades y Aguyjevete!!

José Javier Rodas - Crónicas de la Tierra sin Mal - 22 de Mayo de 2.011.

domingo, 15 de mayo de 2011

Los Guaraníes y la Revolución de Mayo


El 8 de Julio de 1.810 fue un día histórico para el suelo misionero. Ese día en el Cabildo de Candelaria se reconoció al gobierno criollo elegido el 25 de Mayo en Buenos Aires. Asistieron caciques de los ocho pueblos. “No es un hecho casual; los misioneros eran pueblo originario” según la expresión del historiador Alejandro Larguía.

Los sucesos que se celebran
Apenas había transcurrido un mes y medio de la sesión del Cabildo en Buenos Aires del 25 de mayo - que inauguraba la instancia de liberación de la corona española - cuando Misiones unía sus votos a la Primera Junta que presidía Cornelio Saavedra.
Se reunieron en la sala capitular del Cabildo de Candelaria los caciques principales de Santa Ana, Loreto, San Ignacio, Corpus, Jesús, Trinidad e Itapúa, junto con otros vecinos y autoridades, todos citados por bando del 25 de junio.
El subdelegado leyó en voz alta la copia del oficio de la Junta de la Capital inserta en el oficio del gobernador interino de entonces, Tomás de Rocamora.
Una vez conocida por los que entendían el castellano, la copia fue leída en guaraní por el intérprete Antonio Morales.
Finalizada esa doble lectura, el vecindario congregado reconoció la autoridad de la Primera Junta.
Se celebró inmediatamente una misa de gracias en la Iglesia Parroquial a cargo del vicario Jacinto Núñez y el Tedéum. 

Contexto post-mayo
Pese a que se había constituido la Primera Junta de Gobierno, estaba claro que los españoles no iban a darse fácilmente por vencidos frente a aquel grupo de insurrectos; el propio ex-virrey Cisneros intentó lograr apoyo de Montevideo, pero terminó arrestado y enviado a España.
El haber derrocado al virrey y a la junta que en principio se había formado para representarlo, reemplazándolos por la Primera Junta fue sin embargo un acontecimiento escandaloso para muchos, y por lo tanto las primeras reacciones en el virreinato ante lo sucedido no fueron las mejores. En Córdoba se armó una contrarrevolución, presidida por Liniers; Mendoza tuvo algunas reticencias en aceptar a la nueva Junta; en Salta hubo muchas discusiones; y la resistencia fue activa en el Alto Perú, Paraguay y Montevideo.
La Argentina era muy distinta a lo que hoy es y los principales centros estaban ubicados como se ve, en Córdoba, Paraguay y el Alto Perú.
Una de las primeras medidas de la Junta fue anoticiar de los sucesos e invitar a todas las provincias a participar del primer gobierno propio, y para lograr apoyos envió a Juan José Castelli al Alto Perú y a Manuel Belgrano al Paraguay.
En Córdoba, Santiago de Liniers (ex virrey y héroe de la resistencia frente a los ingleses) se levantó contra el poder de la Junta, pero la rebelión fue sofocada por las fuerzas patriotas al mando de Francisco Ortiz de Ocampo. Juan José Castelli se encargaría de llevar a cabo su fusilamiento.
Mientras que en su trayecto al Paraguay, Belgrano tuvo algunas victorias iniciales, pero fue derrotado en Paraguarí y Tacuarí. En consecuencia, los paraguayos formaron un gobierno propio en Asunción y el Paraguay dejó de formar parte definitivamente de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
Por su parte, Castelli triunfó en las batallas de Suipacha (que según algunos historiadores, no duró más de 30 minutos) y Cotagaita, dando comienzo a la Guerra de la Independencia, que allanaría el camino hacia la declaración de nuestra Independencia el 9 de julio de 1816.


“El ser americano”, por Larguía
El historiador misionero Alejandro Larguía fundamenta la actitud, primera entre todas, de los cabildantes misioneros:
“Advertimos en 1810 una confrontación claramente definida entre los españoles americanos y los europeos la cual refleja el espíritu de revancha contra estos por parte de los principales dirigentes revolucionarios como fueron Castelli, French, Moreno desde que tuvieron el poder de la fuerza armada.
“Esto viene a cuento de los sucesos de 1810 en Misiones, provincia que junto a la del Paraguay gobernaba el General español peninsular Bernardo de Velasco.
“Este rechazó el pronunciamiento de la Junta que había depuesto al Virrey Cisneros. Diferente fue la actitud de su subordinado el Coronel americano Tomás de Rocamora, que desde la sede del Departamento de Yapeyú adhirió a la autoridad de la Junta siendo designado gobernador propietario de la provincia de Misiones. O al menos de la parte de esta que excluyendo del departamento de Santiago quedaba en su jurisdicción.
“Rocamora remitió oficios a Candelaria para que los cabildos se reunieran a considerar la cuestión del pronunciamiento de la Junta.
“La reunión se verificó el día 8 de julio y todos los representantes, capitulares de los ocho pueblos del departamento de Candelaria aprobaron la adhesión al pronunciamiento después de serles leído en guaraní que era su lengua.
“La primer provincia que adhirió al proceso independentista iniciado en Mayo de 1810 fue la de Misiones. Y lo hizo en asamblea convocada al efecto en la que libremente los representantes se manifestaron. Y no por casualidad sino por causalidad todos ellos eran americanos. Del tipo más genuino posible de la americanidad, eran pueblo originario, prácticamente sin mezclas todavía con otras sangres con las que hoy, dos siglos después están amalgamados.”

Los firmantes del acta histórica
Francisco Martínez de Lobato, José Jacinto Núñez, Manuel Hidalgo, Bartolomé Coronil, Rafael Díaz de los Ríos, Luis Chivé, Francisco Cambiró, José Pancia, Fuctuoso Bera Potí, Benedicto Yué, Valeriano Mbacay, Cristano Chiyú, Mariano Arendá, Francisco Taberacuá, Ignacio Abañerú, Fulgencio Yaparí, Pedro Yarupá, Gregori Cariyú, Juan Ángel Yrarobí, Fabián Arauarí, José Ñandubay, José Añegará, Eusebio Guirapepó, Antonio Morales, Domingo Pereyra.

Fuente: Diario “El Territorio” – Posadas del 8 de Julio de 2.010



domingo, 8 de mayo de 2011

Misiones primitiva, la irrupción de los guaraníes

La palabra aborigen, etimológicamente proviene del latín “ab – origene” y su significado es: “aquellos que vivían en un lugar concreto desde el principio y, antes de ninguna colonización”. Los guaraníes presentes en la provincia de Misiones como en toda la región de la Selva Paranaense responden a dicha definición.

Las actuales provincias argentinas de Corrientes y Misiones, como así también los territorios limítrofes de las repúblicas del Paraguay y del Brasil, se definen como una región guaranítica. Dicho grupo étnico también se halla presente hoy día en las provincias argentinas de Salta y Jujuy como en la República de Bolivia.

Más de cuatro siglos de historia caracterizados por diversos procesos sociales, políticos y culturales, en los que han intervenido españoles, portugueses y más recientemente pueblos de una diversidad de orígenes, no han borrado esa impronta particular guaraní que define en muchos aspectos a la región misionera. El área comprendida en las cuencas del río Paraná y Uruguay al momento del arribo de los conquistadores españoles y portugueses era el ámbito geográfico donde un pueblo, el guaraní, se hallaba en pleno auge expansivo. Se trataba de un grupo humano relativamente nuevo en el área que había logrado imponerse a otras culturas preexistentes mucho más antiguas. La cuenca del Plata constituyó un hábitat atractivo para el hombre desde los más remotos tiempos prehistóricos. El medio natural del Alto Paraná y el Alto Uruguay adquirió, por sus características geográficas, una condición de corredor de ingreso para diversas corrientes migratorias de pueblos prehispánicos. Pero simultáneamente fue una región de asentamiento para culturas de tradición agrícola, tal el caso de los guaraníes. Una naturaleza exuberante y plena de vitalidad, caracterizada por la presencia de grandes ríos, el Paraná y el Uruguay, y un sinnúmero de arroyos, una flora y fauna abundantes, actuaron como condicionante decisivo sobre los grupos prehispánicos en la región misionera.

La prehistoria de la región misionera es una materia muy poco definida científicamente. Son más los interrogantes que las certezas. Abundan los sitios y restos arqueológicos prehistóricos en todo el territorio misionero. No faltan tampoco los trabajos de intervención arqueológica metódicamente y sistemáticamente realizados. Pero aún quedan densas áreas problemáticas por resolver. La exacta datación de los restos hallados es una de ellas. A esto debemos sumar el escaso sustento de los conocimientos que hoy permiten entrever una visión macroespacial e integradora de la prehistoria de la región. A pesar de ello, los estudios realizados hasta el momento permiten una caracterización descriptiva a grandes rasgos de lo que fue el poblamiento prehistórico del área misionera.

La cultura prehistórica altoparanaense

La región ubicada en las márgenes del río Paraná y Uruguay, el sur del Brasil y el este del Paraguay, revela un gran número de hallazgos de instrumentos líticos, conocidos generalmente como hachas de mano. Esto nos habla de un poblamiento prehistórico muy antiguo de la región misionera, correspondiente en sus características al Paleolítico. Fueron los trabajos realizados por el sabio Mayntzhusen los que evidenciaron la existencia de una industria lítica con ciertos rasgos de homogeneidad, calificada como altoparanaense, por su ubicación geográfica. Estudios más profundos que posteriormente fueron realizados por Menghin, permitieron lograr una tipificación del material lítico. Los intrumentos típicos son las clavas de tipo bumerán, las hachas cuneiformes de sección oval, las azuelas, raederas y raspadores aquillados. Para este período se estima una datación que comprendería desde el 9000 al 1600 a.C. Los utensilios hallados se encuentran en los estratos superiores de la tierra roja, y en muchos casos cubiertos por una capa de humus de hasta 50 cm. Se deduce que su procedencia se remonta por lo menos al postglacial temprano, a fines de las últimas glaciaciones. Las condiciones geofísicas de la época suponen un clima templado y una sabana húmeda con abundante vegetación.
Utilizando el "yvyra - kua"

El altoparanaense hace referencia a un grupo cultural bien definido a partir de un específico empleo de materias primas y técnicas en la confección de utensilios líticos. Gran parte de los utensilios hallados proceden de yacimientos arqueológicos ubicados en terrenos geológicos semejantes. El hallazgo de clavas curvas muy cerca de la costa atlántica podría representar un eslabón entre el altoparanaense y la cultura sambaquí. Podríamos deducir que la cultura altoparanaense se vinculó con otras culturas prehistóricas americanas o se dispersó por Sudamérica. En la región es posible apreciar dos tipologías líticas: una arcaica en la parte norte de Sudamérica, y la meridional que se extiende por la zona altoparanaense‚ incluyendo parte del Uruguay. El instrumento representativo es el hacha de mano con filo pulimentado, sin llegar al pulimento logrado en el Neolítico pleno.

La cultura arcaica sambaquí se desarrolló en la región hasta la llegada de los guaraníes. El centro de irradiación habría sido la Altiplanicie Central Brasileña, mientras que Minas Gerais habría sido el centro de la cultura básica o meridional del hacha de mano que a fines del Cuaternario habitó todo el sur brasileño incluída la provincia argentina de Misiones y el este del Paraguay. El hallazgo de hachas de mano en el sur de la provincia de Buenos Aires, La Pampa y la Patagonia permiten suponer una penetración norte-sur de corrientes migratorias cuyo foco sería la cuenca del Alto Paraná y la alta meseta brasileña.

En el altoparanaense es posible diferenciar dos tecnologías de tallado: una bi-facial y otra fundamentalmente unifacial. En ambas tecnologías se hacen presente la tajadera y el hacha de mano. Se pueden diferenciar dos tipos de tajaderas unifaces: un tipo muy primitivo de tamaño mediano o grande, o muy grande sin empuñadura. El otro tipo es plano convexo‚ más elaborado y con un evidente acondicionamiento en la empuñadura. Simultáneamente aparecen hachas de mano muy primitivas, realizadas con cascotes, donde el filo consiste en el desprendimiento con fuertes golpes de una lasca en uno de los extremos. En la tipología del tipo bifacial el artefacto representativo es el que Menghin denomina clava y Wachnitz, hacha de mano de forma arqueada. Ambas caras están talladas en su totalidad, mientras que el filo está minuciosamente retocado. La materia prima utilizada es la roca meláfira, dura y de óptima fraccionabilidad.

La cultura prehistórica eldoradense

Se trata de una cultura Neolotíca que se extendió hasta los estados sureños del Brasil, recibiendo la denominación de tradición taquara, caracterizada principalmente por la presencia de una industria alfarera. La cerámica eldoradense tiene su origen en la región amazónica. Se considera que ingresó en la cuenca altoparanaense por los ríos Tapajoz o desde el Atlántico remontando el río San Francisco, o por la zona de Minas Gerais. Existe la presunción de que la alfarería eldoradense era de uso doméstico y que sería una consecuencia de las primeras experiencias plantadoras en el Alto Paraná, ocurrida entre el 2000 a.C. y el 1000 a.C. La alfarería eldoradense puede clasificarse en tres tipos. Las cazuelas, sin decoración ni pintura, de tamaño moderado, de forma globular y paredes verticales, teniendo algunas piezas curvaturas hacia adentro con engrosamiento de los bordes. Otro tipo de alfarería son los vasos, de forma globular, ensanchados en la panza, achicándose en la parte superior y abriéndose nuevamente en los bordes hacia afuera. Algunas piezas se encuentran decoradas con franjas punteadas que circundan el vaso y otras con puntos triangulares, presentando en algunos casos engobe. Finalmente están los pucos, muy simples, de forma globular y con un diámetro de boca de alrededor de 10 cm. De una confección buena y delicada, no poseen ningún tipo de decoración. Simultáneamente, junto a esta refinada cerámica, aparece otra muy primitiva, decorada con líneas o líneas cruzadas. Los yacimientos son aislados y pocos en la región. Sobresalen las cazuelas, las palanganas y algunos recipientes cilíndricos. La cerámica es porosa y de una cocción deficiente. Podría tratarse de un tipo de cerámica primitiva, previa a la cerámica eldoradense, o posiblemente un caso de aculturación de algún grupo proto o epiprotolítico.

Los utensilios líticos eldoradenses corresponden a un primitivo Neolítico. Parecería tratarse de una transición de una tecnología paleolítica a un Neolítico incipiente. Son notables también la presencia de complejo de túmulos, de alturas y diámetros variables. La presencia de cerámica y de utensilios líticos en la circunferencia de los túmulos estaría indicando que podría tratarse de un área de emplazamiento de viviendas. Algunos investigadores, como Menghin, ven en el altoparanaense un pueblo protoagrícola que se conecta con el eldoradense cerámico. Otros, en cambio, como Ibarra Grasso‚ niegan esta conexión y toda posible relación entre las dos culturas prehistóricas. Inclusive pretenden refutar el carácter protoagrícola del altoparanaense.

Los aspectos antropológicos y etnográficos no ofrecen mayores certezas. Se considera que grupos de láguidos ocuparon la región, íntimamente vinculados con el grupo lingüístico gé que había poblado el sur y el este del Brasil, antes de la llegada de los guaraníes. Los caingang y guayaná parecerían tener un parentesco con los gé, así como los sambaquí arcaicos. Establecer la identidad de aquellos primitivos habitantes continúa siendo un aspecto problemático aún hoy. Prehistoriadores brasileños‚ por ejemplo, consideran al altoparanaense como perteneciente a la tradición humaitá dentro de un epiprotolítico. El origen eldoradense habría sido una oleada de cazadores recolectores portadores de punta de proyectil de piedra. Los mismos habrían ingresado en la región en el 6000 a.C., cubriendo toda Sudamérica, produciéndose su extinción hacia el 1500 a.C. En muchos casos, como en el eldoradense, la adaptación a un medio selvático habría provocado el cambio de la piedra por la madera dura en la confección de puntas.

La irrupción de los guaraníes

El complejo guaranítico comprende a un gran número de pueblos que se identifican por su lengua y determinados rasgos culturales comunes. Probablemente de origen amazónico, el complejo guaranítico se expandió desde el Caribe a la región pampeana, y desde el Atlántico hasta los contrafuertes cordilleranos de los Andes. Puede ser dividido genéricamente en tres grupos: los caribes, que ocuparon el norte de las Antillas; los tupís, que ocuparon el centro y sudeste del Brasil y los guaraníes, que ocuparon el sur brasileño, este y sudeste del Paraguay y parte del litoral argentino, incluyendo la provincia argentina de Misiones. Ingresaron en la región misionera en forma de aluviones desde el año 1000. La irrupción de los guaraníes en el área implicó, en algunos casos, el desplazamiento forzoso, y en otros, la aculturación, de grupos que ya estaban establecidos, como los kaingangs y guayanás.

Mientras los guaraníes se asentaron en la zona de campos y a las márgenes de los ríos, y arroyos, los grupos subyugados se desplazaron hacia las zonas selváticas, cuando no sucumbieron ante la violencia de las irrupciones. De hecho, al arribo de los primeros conquistadores europeos a la región, en el siglo XVI, el fenómeno aún mantenía toda su dinámica. Eran portadores de formas organizativas, productivas y tecnológicas, que los situaban en una posición de poder y dominio cultural en toda la región misionera. Esta línea cultural en parte está definida por la industria cerámica, con sus peculiares técnicas, ornamentación, grabados y funcionalidad. La utilización del yvyra-kua, un palo con punta que servía para hacer el hoyo para la semilla, constituyó desde su implementación toda una revolución en el ámbito de la horticultura.



Bibliografía:
                             
La Herencia Misionera" Identidad Cultural de una Región Americana por Alfredo Poenitz y Esteban Snihur con la colaboración de Jorge Francisco Machón. Diario El Territorio (Posadas-Misiones). Año 1.999.

domingo, 1 de mayo de 2011

EL 56% DE LOS ARGENTINOS TIENE ANTEPASADO INDÍGENA.

LO REVELA EL MAPA GENETICO DE ARGENTINA, UN ESTUDIO DE EXPERTOS DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES (UBA).

Lo determinaron mediante análisis genéticos. El resto de la población es de origen mayoritariamente europeo. Entre las personas que poseen huellas aborígenes en su ADN, sólo el 10% es indígena puro.
  
Sin saberlo y tallado en el ADN, los argentinos portan un mensaje de sus antepasados. Y en el 56% de los casos el que lo legó dejó escrito simplemente un solo dato: su origen amerindio. De la población actual, el 44% desciende sobre todo de ancestros europeos, pero el resto —la mayoría— tiene un linaje parcial o totalmente indígena. Así lo determinó un estudio realizado por el Servicio de Huellas Digitales Genéticas de la Universidad de Buenos Aires, a partir del análisis de casos en 11 provincias. "Lo que queda al descubierto es que no somos tan europeos como creemos ser", dice Daniel Corach, director del Servicio, profesor en la cátedra de Genética y Biología Molecular de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA e investigador del Conicet. En una segunda etapa —junto a Andrea Sala, investigadora del Conicet, y Miguel Marino, becario de esa institución— analizaron comunidades aborígenes puras.

A partir de 1992, y tomando muestras de ADN al azar de un total de 12 mil personas, los científicos pudieron ir tirando del hilo de la madeja de los genes para reconstruir la historia de la población que vive en nuestro país. Querían saber cuánto había aportado la población originaria en la formación de la actual Argentina. Ahora, con el estudio terminado, parece que fue mucho.


El análisis implicó leer los códigos inscriptos en el ADN mitocondrial, que aportan todas las madres, y en el Cromosoma Y, que sólo tienen los hombres y que les legan los padres. Y, que al no combinarse durante la unión para crear un nuevo ser, permanecen inalterables en las distintas generaciones.

Los investigadores argentinos, a cargo del estudio, sabían dónde buscar en ese rompecabezas de códigos genéticos. El método aplicado no es nuevo. Se usa desde mediados de los años 90 y se reduce a una célula. En realidad a su núcleo y a las mitocondrias, dos sitios donde se encuentran moléculas de ADN. Porque, finalmente, todo se centra en esa sigla que designa a una molécula compuesta por dos cadenas de unidades químicas (Adenina, Timina, Guanina y Citocina). De dónde ellas se ubiquen depende el mensaje. Habría que pensarlo como un abecedario de cuatro letras que forman palabras. El mensaje da cuenta del organismo.

En esa larga hilera de combinaciones que forman al Cromosoma Y, hay un marcador conocido con siglas y números: DYS199. En ese lugar, en el caso de los amerindios, aparece una característica típica —y científicamente comprobada— que portan todos los miembros de esa comunidad y que se verificó en gran parte de los hombres argentinos. Pero esa característica genética, explican los científicos, no necesariamente se manifiesta con algún rasgo físico visible. "De ahí que se haya podido sostener tanto tiempo la creencia de que la mayoría de la población argentina es de origen europeo", dice Corach.

Después el equipo buscó en un área determinada de las mitocondrias, también en una región que se mantiene inalterable y que se identifica como HVR I. El resultado fue el esperado: la mayoría de la muestra tenía ascendente materno no amerindio. Es decir, había mayoritariamente madres europeas (53,3%).

La combinación de ambos datos dio que hubo cruzamiento y que en el 56% de los casos había un legado indígena en algún lugar del ADN. De este segmento de la población, sólo el 10% era amerindio puro, sin ningún componente europeo.

La sorpresa para Corach se explica así: "Se cree que las dos grandes matanzas de población aborigen terminaron con 30.000 personas. Se supone que había más población. Seguramente lo que sucedió es que ellos tuvieron descendencia que está presente todavía. Creo que se sobreestima el componente europeo".



















El científico sostiene que "la muestra del estudio es representativa porque incluye a la población urbana pero no sólo de la Capital Federal", explica. "Si analizamos a la población de Barrio Norte nos dará un alto porcentaje de origen europeo".

El método partió de un avance científico: desde hace unos años se sabe que parte de la historia queda registrada en el material genético que acarrean los humanos. Y tal novedad permite reconstruir el famoso "de dónde venimos" de la humanidad.

En un comienzo sólo pudo hacerse con el material aportado por las mujeres, que está en las mitocondrias. De ahí la polémica revelación de que las madres de todos los hombres era la "Eva mitocondrial", una mujer africana. A mitad de los años noventa, se pudo analizar el componente masculino, inscripto en el Cromosoma Y.

Ahora, Corach y compañía quieren averiguar cómo se movió esta población. Mientras tanto el mito fundacional está cuestionado. ¿Habrá que borrar esa parte de las guías de viaje y enciclopedias que dicen que más del 85% de la población argentina es de origen europeo.

Fuente: Silvina Heguy