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Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

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domingo, 3 de octubre de 2021

La señora Zuny, guardiana de semillas y ‘tesoro humano vivo’ de Chile y del planeta.



Esta cocinera mapuche de la región de La Araucanía y otras campesinas se han unido a ingenieros agrónomos para combatir la mayor amenaza para la biodiversidad y la alimentación del futuro: el desconocimiento. Un 80% de los granos tradicionales de la agricultura están en riesgo.

La huerta de Zunilda Lepín es un puro desorden, lo que, según ella, es “tal como debe ser”. A finales de otro invierno austral seco, a pie de cerro todo se hiela, pero en la primavera recién estrenada las variedades de frijol crecen junto a las de quinua, zapallo, cilantro, vinagrillo, frutilla, cerezos, nísperos… Hortalizas, árboles frutales, plantas medicinales y flores se mezclan como una prolongación del bosque nativo, un sistema interdependiente y complementario en el que ella hace hueco a las semillas tradicionales que va descubriendo con el fin de rescatarlas y conservarlas. “Cuando voy por ahí y veo algo que no conozco pido una semilla o una ramita y yo doy de lo que tengo”, explica llanamente. Es guardiana de semillas y, desde 2015, Tesoro Humano Vivo de Chile por su profundo saber y dedicación a una labor clave para la pervivencia de la agricultura tradicional campesina, reconocida garante de la biodiversidad alimentaria.


Lepín, o la señora Zuny, como la conocen en toda la región, nació hace 72 años en la región de La Araucanía, corazón del territorio mapuche al que los indígenas llaman Wallmapu. Huérfana de madre a una temprana edad y con un padre mapuche sujeto a las labores del campo, la necesidad la obligó a emigrar a la ciudad. En Temuco, la capital de la región, empezó a sembrar mote, papas y otros productos campesinos con los que alimentar a sus cuatro hijos. Un pequeño huerto urbano ―aunque todavía no se utilizaba este concepto―, que le sirvió para aliviar la pobreza pero también para recuperar el amor por las plantas y el conocimiento transmitido por su abuela materna durante la infancia. Intercambiaba semillas con sus vecinas y después con las campesinas mapuches de las comunidades aledañas forjando unos vínculos que se mantienen en la actualidad.

Desde su restaurante, la señora Zuny introduce los sabores de la huerta orgánica e invita a reflexionar sobre los hábitos alimentarios modernos. Las ñañas ―huerteras rurales mapuches― junto con algunas vendedoras del mercado de Temuco abastecen de género a su restaurante de comida campesina, Zuny Tradiciones, con el que introduce los sabores de la huerta orgánica e invita a reflexionar sobre los hábitos alimentarios modernos. Como sus nutritivos y coloridos postres de quinua, un ingrediente básico de la cocina mapuche en la época precolombina que fue eliminado de los campos y del saber popular. Sus variedades y usos se están reintroduciendo en el autoconsumo de las comunidades indígenas al tiempo que el auge en occidente impone una producción monovarietal. La historia de reemplazo de tantas semillas ancestrales.

Hace unos días un campesino le dio una alcayota. Ella le sacó las semillas, sembró algunas y repartió el resto. “Para que no se pierdan”, dice. Sabe que cuando desaparece una variedad no solo se pierde diversidad genética sino el conocimiento asociado a ella: la forma de cultivarla, de cocinarla, de utilizar su poder curativo, de entender su importancia espiritual, de guardarla.

El grano tradicional, domesticado y traspasado de generación en generación mediante prácticas de cultivo ancestrales, va adquiriendo una herencia histórica vinculada al territorio y a la familia que la hace parte esencial de la identidad de un pueblo. Uno de los catálogos de semillas más exhaustivos del país, elaborado por la Fundación Biodiversidad Alimentaria y disponible en internet, enumera como tradicionales las variedades endémicas, nativas, criollas y heirloom (que no han sido modificadas genéticamente), siempre y cuando sean anteriores a 1945, año en el que empezaron a aparecer las variedades comerciales. No son tradicionales, aunque son creadas a partir de ellas, ni las semillas híbridas ni las transgénicas, siendo ambas las más comercializadas. A escala mundial, cuatro grandes corporaciones: Bayer, Corteva, ChemChina y BASF controlan el 60% del comercio de granos, según el estudio del profesor Philip Howard de la Universidad del estado de Michigan (EE UU).

Hasta la fecha han recuperado 350 variedades de semillas y junto a la labor técnica puramente agronómica, hay también una parte social que consiste en “rescatar historias de vida vinculadas a la agricultura”
La reciprocidad característica de las comunidades campesinas e indígenas fomentó, hasta la llegada de los conquistadores españoles, una rica diversidad de cultivos ampliamente documentada en los escritos de los cronistas de la época, los volúmenes de botánica de Claudio Gay (1835), y las investigaciones sobre agricultura precolombina de Ricardo Latcham (1936).

La colonización introdujo nuevos cultivos y prohibió muchos autóctonos. Sin embargo, el punto de inflexión lo marca la Revolución Verde, que llega a Chile en los años ochenta. “El sistema agrícola de monocultivo fue lo que arrasó con la biodiversidad”, explica Esteban Órdenes Abarca, ingeniero agrónomo y cofundador de la Fundación Biodiversidad Alimentaria junto a Claudia Mellado Ñancupil y Thamar Sepúlveda Cuevas. “En ese nuevo modelo, que se presentó como la solución a la necesidad de alimentar a una población mundial creciente, la semilla híbrida depende de los productos agroquímicos: fertilizantes, pesticidas, fungicidas, hormonas... Y viene asociada a un marketing acérrimo. Y ahora todos hablan de su impacto en la la erosión genética, desertificación de los suelos, la contaminación del agua, los metales pesados. Y yo no sé qué pasó que hay más de 800 millones de personas en la actualidad que padecen hambre”. Con respecto a los híbridos, añade: “Cuestan 20 veces más que una semilla tradicional, un precio absolutamente inalcanzable para un agricultor yo diría que incluso medio”. Un desembolso que el productor está obligado a hacer anualmente.

La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) estima que en los últimos cien años se ha perdido el 75% de la biodiversidad global de cultivos mientras que cada año desperdiciamos un tercio de la comida mundial. “Si quisiéramos producir alimentos -asegura Órdenes-, nos dedicaríamos a la semilla tradicional porque no tiene costo, ni está asociada al uso de agroquímicos y son más resistentes, especialmente en un contexto de cambio climático”.

Tras diez años de investigación, el ingeniero agrónomo confiesa no saber si él cuida a las semillas o ellas le cuidan a él. Órdenes advierte que el 80% de las semillas tradicionales están en peligro de desaparecer y considera que la principal amenaza para el grano antiguo es “el desconocimiento y la desvalorización. La pérdida parte en el momento en el que el agricultor duda de lo que tiene y decide tomar lo otro sin siquiera conocerlo”. Cuando se deja convencer de que la nueva semilla es mejor que la suya se produce el reemplazo. Por eso, Órdenes y sus compañeras iniciaron en 2011, coincidiendo con el rechazo social a la ratificación del Convenio UPOV 91 que extendía los derechos de privatización de las semillas, un trabajo de catalogación en colaboración con la comunidad indígena diaguita en la región de Atacama para demostrar el uso colectivo de variedades tradicionales y evitar así que pudieran ser patentadas como de reciente descubrimiento.

Una vez terminado, emprendieron la misma tarea en la Araucanía persuadidos por la señora Zuny y hasta la fecha han recuperado 350 variedades. Junto a la labor técnica puramente agronómica, hay también una parte social que lleva a cabo Claudia Mellado Ñancupil. Su trabajo consiste, como la huertera y guardadora de semillas mapuche dice, en “rescatar historias de vida vinculadas a la agricultura”. Cuenta que cada vez que una campesina reconoce una semilla ancestral que ella le muestra se prende una mecha que alumbra recuerdos y desencadena conversaciones con leyendas y saberes revueltos como las plantas en su huerta.

El 80% de las semillas tradicionales están en peligro de desaparecer y su principal amenaza es “el desconocimiento y la desvalorización”.

Además de las visitas a las campesinas, hasta el inicio de la pandemia, organizaron en el restaurante de la señora Zuny varios encuentros para el intercambio de conocimiento y cultivos, llamados txankintü en mapudungun. Atraídos por la larga trayectoria y generosidad de Zuny, a estos eventos acudían más de cien personas por invitación, no solo por seguir la costumbre de la práctica ancestral sino para protegerla, ya que en un afán de promoción cultural estos eventos se están convirtiendo en actos folklóricos donde se han dado casos de reemplazo de semillas, generando desconfianza entre los campesinos.

La necesidad de proteger el patrimonio tradicional ha pasado de ser una lucha exclusiva del medio rural a hacerse eco en las ciudades. Las revueltas sociales de 2019 y la paralización del tratado comercial transpacífico conocido como TPP-11 dieron buena muestra de ello. Para la representante de la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (ANAMURI), Camila Montesinos, “hay que tener un diálogo permanente para mostrar que la defensa de la agricultura campesina, que permite mantener la semilla, es un problema de la sociedad. La modernización de hoy día está ligada al agronegocio, y éste es la muerte de la agricultura campesina y la ruina de la alimentación de la humanidad”. Por ello, una de sus principales demandas para la primera constitución desde la dictadura de Pinochet que ha empezado a redactarse en Santiago es que la soberanía alimentaria, base de la agricultura tradicional, sea el cimiento de la agricultura chilena.

La pandemia ha sido un factor decisivo en la toma de conciencia ciudadana acerca de la seguridad alimentaria. Órdenes ha notado un cambio significativo en dos frentes: el interés por las semillas y los movimientos de cultura urbana. “La gente se ha dado cuenta de que depender es peligroso. Se sabe que si sube el dólar, el pan va a ser más caro porque el trigo con el que se hace tu pan no se produce en tu país”. Para él, sembrar es sinónimo de autonomía económica y de salud. ¿Y si la huerta no es una opción? “Se puede fomentar la economía local, el comercio más directo que supone unos precios más justos para el agricultor y mucha más variedad y calidad de productos para el consumidor”, apunta. “Esta pandemia no va a ser la única. Los cambios que podamos generar con respecto a nuestra alimentación y calidad de vida son más a largo plazo”, concluye.

Fuente: El País - Planeta Futuro - 1ro de Octubre de 2021 desde Temuco - Chile.

jueves, 5 de agosto de 2021

Receta de la verdadera chipa misionera.




La chipa es un alimento típico de Misiones, con una gran influencia de la comida paraguaya, y un compañero desde el desayuno hasta la cena.

Misiones está ubicada un punto vital, la triple frontera, limitando con Brasil y Paraguay. Esto genera que la conformación cultural de la región sea mucho más compleja y tenga influencias no solo nacionales, sino también extranjeras. Y, si vamos a hablar de comidas, el chipa debe ser el protagonista.

La chipa es un pequeño pan de harina de mandioca y queso. Es una comida propia de la región, por lo tanto, es muy popular entre misioneros y paraguayos, sobre todo la mandioca que es un ingrediente muy reconocido por los guaraníes.

Es un alimento que puede acompañar todas las mesas, desde el desayuno hasta la cena, o una simple mateada. Seas del lugar del país que seas, vos podés hacer tu chipa con esta receta:

Ingredientes:

Almidón de mandioca: 1 kg
Manteca: 250 g
Sal: 1 cucharada
Fécula de maíz: 1 cucharada
Queso cáscara colorada cortado en cubitos: 1 taza
Queso sardo rallado grueso: 1 taza
Leche como para formar la masa.

Preparación:
Colocar en un bol el almidón con la sal y la manteca cortada en trozos y mezclar.
Agregar las tazas de queso y los huevos, que deben estar batidos.
Puede agregar ricota o crema de leche si es de su agrado.
Continuar la mezcla e ir agregando la leche hasta que se forme una masa que no se pegue en las manos.
Formar pequeñas pelotitas que sacamos de la masa y ponerlas en una placa enmantecada. Nuestro chipa hasta aquí ha tomado forma.
Poner los chipa en un horno precalentado a 250° y dejar hornear aproximadamente por 20 minutos.

La receta brinda los principales ingredientes, pero ustedes pueden hacer sus propias pruebas en búsqueda del chipa perfecto. Algunos, en lugar de manteca, utilizan margarina o grasa de cerdo. Otros, en lugar de ricota, utilizan crema de leche. Lo que termina siendo inalterable es la conjunción perfecta que hace el almidón de mandioca con el queso.

Escrito por Adrian Fariña para Ser Argentino - 1ro de Agosto de 2021.

https://www.serargentino.com/gastronomia/receta-del-verdadero-chipa-misionero

viernes, 23 de octubre de 2020

El mapa definitivo de las empanadas argentinas con sus 14 versiones



"Especialidad que consiste en una masa de pan que admite toda clase de rellenos". 
Esta definición de empanada del Larousse Gastronomique (la biblia de los cocineros ) es tan amplia que no admite controversias acerca de la elaboración de masas, rellenos y métodos de cocción, los tres pasos sobre los que, en la Argentina, emergen acaloradas diferencias respecto de una provincia a la otra.

El padre de la empanada

Sin embargo, ya lo dijo Domingo Faustino Sarmiento en 1869 durante un almuerzo en Tucumán: "Amemos, señores, la empanada nacional, sin perjuicio de saborearlas todas.". Lo dijo pensando en la unidad política ya que, minutos antes, había sentenciado a viva voz que la empanada sanjuanina era la mejor de todas, tras lo cual recibió la réplica enardecida de los comensales, representantes de todas las provincias que habían asistido a la inauguración del ferrocarril.

Hábil para modificar su discurso sobre la marcha como cocinero que rectifica la sazón antes de emplatar, el prócer usó la metáfora de la empanada para definir los problemas de la Nación y dijo, de acuerdo con el relato de su nieto Augusto Berlín: "Señores, esta discusión es un trozo de historia argentina, pues mucha de la sangre que hemos derramado fue para defender cada uno su empanada".

La ruta de la empanada

La historiografía culinaria encuentra las primeras referencias de algo parecido a una empanada en Persia, hace más de dos mil años; se las cita en recetarios griegos donde frecuentemente estaban rellenas con carne de cordero.

Su finalidad era triple: conservar por algún tiempo la carne molida con distintas especias en un recipiente cerrado (la masa), resultar aptas para el transporte durante largas distancias y, sobre todo, ser fáciles de consumir en cualquier horario y lugar.

Se cree que fue el conquistador Ziyad al-Layti, más conocido como Tarik quien al mando de la invasión musulmana del siglo VIII llevó la fórmula de la empanada a la Península Ibérica y que con los años se hizo cada vez más conocida resultando incluso en versiones gigantes, como la empanada gallega.

Para la Edad Media ya era una preparación popular en toda España, hasta el punto que en el "Libro de guisados" de Ruperto Nola, impreso en Toledo en 1525, se publica su receta, de acuerdo con la recopilación de la doctora Susana Barberis.

La empanada llegó al continente americano con los conquistadores y se resignificó como todas las preparaciones que hacen pie en otras latitudes y se encuentran con el desafío de reproducirse con nuevos ingredientes y procedimientos.

Igual que los guisos españoles o las pizzas italianas, encontró en el país su mejor versión (en este punto no se admite controversia posible), y si bien cada provincia o región tiene su receta que promociona como la mejor, en algo hemos encontrado consenso. Amamos a la empanada argentina.

Empanada tucumana

El corte más común para el relleno es el matambre de vaca cortado a cuchillo, lleva cebolla y ajo rehogados, y comino, pimienta y pimentón para la sazón. No lleva papa ni aceitunas. Se cuecen en el horno de barro y los entendidos la comen agregándole chorritos de limón tras cada mordida.


Empanada salteña

La verdadera masa salteña es con harina de trigo, grasa y pimentón, de acuerdo con la investigación del cocinero Martín Caso. El relleno es un guiso de carne cortada a cuchillo picante y cocido en grasa de vaca con cebolla, verdeo, morrón, ají molido, huevo duro y papa hervida. Son muy jugosas y tan pequeñas que en dos bocados desaparecen. Cocidas al horno de barro.


Empanada riojana

Si no es jugosa no es una empanada riojana y si querés una clásica pedila "criolla" de lo contrario te podés encontrar con la mejor y más extraordinaria versión árabe estilo Fatay, que compite de igual a igual con la clásica. El relleno: carne de cuadril, cebolla y verdeo cocidos con grasa. No pueden faltar la aceituna, la papa, el ají morrón, el huevo duro y las pasas de uva.


Empanada sanjuanina

Las sanjuaninas llevan aceitunas y ajo y se distinguen por el agregado de tomate pelado en el relleno y vino blanco en algunos casos para la masa que es con harina de trigo y grasa. La carne es de lomo, carnaza de nalga o cuadril picado fino. Ají, pimentón dulce e incluso orégano para la sazón. Fritas o al horno.


Empanada jujeña

Su particularidad: el relleno lleva arvejas y lo llaman "recao"; al repulgue, "simbado", según la descripción de la doctora Barberis. Son similares en cuanto a la masa, el tamaño y la forma a las salteñas (y a su versión boliviana). Suele usarse también carne de charqui o de llama. Se acompañan con salsa picante.


Empanada santiagueña

Las receta de las empanadas santiagueñas la popularizó Doña Petrona de Gandulfo, llevan pimentón dulce, comino y orégano, y su carne, una vez cortada en tiritas, se precocina en agua hirviendo, antes de cocinarse en grasa, para hacerla todavía más blanda.


Empanada catamarqueña

Son similares a las santiagueñas pero hay controversia acerca del uso de pasas y aceitunas, que pueden o no emplearse. Sí existe acuerdo sobre una versión con carne de chivo. Llevan cebollas, verdeo, ají molido, pimentón, laurel, huevo duro y papa.


Empanada Litoraleña

Sin que se enojen los compatriotas de Corrientes, Entre Ríos y Santa Fe por no distinguir cada receta por separado, podrían agruparse versiones y decir que el relleno, que puede no ser el criollo típico, lleva pescados de río en lugar de carne de res, quesos, ciruelas y salsa blanca.


Empanada Chaqueña

Suele elaborarse la empanada criolla clásica con carne a cuchillo, cebollas, morrones, huevos duros y aceitunas, y también tiene una versión similar a la litoraleña con pescado de río como el dorado.


Empanada Bonaerense

Algo agrandadas, tienen ese espíritu de querer ser siempre un poco más que las otras. La receta es una amalgama todas las versiones. Por lo común, carne de res picada a máquina, no le falta la cebolla ni el verdeo, el laurel para saborizar el relleno, morrón picado, huevo duro y aceituna.


Empanada Sanluiseña

También conocidas como puntanas fuera de la provincia de San Luis, son más bien grandes, la masa tiene un sabor especial por incorporar grasa de chancho y el relleno de carne lleva poca cebolla y se sazona con orégano y ají putaparió.


Empanada Mendocina

Se cree que su tamaño es más bien grande por la influencia chilena. El relleno de carne cortada a cuchillo tiene ajo y comino y no pueden faltar las aceitunas. Se cocinan al horno y la masa se pinta previamente con huevo para que salga dorada y brillante.


Empanada cordobesa

Se espolvorean con azúcar y en algunas regiones como Traslasierra le agregan zanahorias al relleno. Como en San Juan, es opcional el uso de tomate pelado sin semillas. Hay una versión conocida como "pastel federal" donde al relleno clásico le agregan peras hervidas con vino tinto y clavo de olor.


Empanada patagónica

Además de la versión criolla, el relleno es más bien de cordero en lugar de res y, en el caso costero, con pescados o frutos de mar. En algún lugar de la costa rionegrina pueden probarse las de pulpito tehuelche y en Tierra del Fuego una versión con centolla.


Por Facundo Di Genova
Fuente: Diario La Nación - Buenos Aires - 9 de Julio de 2019












jueves, 4 de enero de 2018

15 alimentos en peligro de extinción


Factores como el cambio climático, los pesticidas o la acción del hombre están llevando a numerosos alimentos a encontrarse en peligro de extinción. Existen más de cien productos en esta situación en el mundo, unos exclusivos y locales, pero otros básicos en nuestra dieta.

Chocolate
Un estudio del Centro Internacional de Agricultura Tropical asegura que en el año 2050 el chocolate podría convertirse en un bien de lujo. Ghana y Costa de Marfil tienen peligro de sufrir una sequía extrema en el futuro, lo que les impediría cultivar esta planta, un problema considerable ya que se encargan de más de la mitad del cultivo de cacao producido en todo el mundo.


Pasta
La Oficina Británica de Meteorología advierte que de seguir en marcha el cambio climático, Italia se verá, en un futuro cercano, obligada a importar los ingredientes básicos para confeccionar la pasta. Los cambios en el clima italiano han reducido significativamente la producción de harina de trigo duro, sólo se puede hacer frente a la demanda con masivas importaciones de este producto.


Miel
Numerosos estudios han alertado de la necesidad de proteger a las abejas para evitar su desaparición, a día de hoy ya son cuatro las especies que han desaparecido en Europa. El cambio climático, la globalización o incluso el uso de pesticidas y monocultivos han provocado un descenso de la producción de miel. Además, los inviernos húmedos y veranos lluviosos hacen más difícil para la abeja salir a recoger el polen, lo que provoca que mueran de hambre.


Chirimoya
La facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires alertó recientemente de que más de 100 alimentos originarios de Argentina, entre ellos la chirimoya, se encuentran en peligro de extinción.


Arroz
Ya en el año 2010 se alertó sobre que el aumento de las temperaturas y el efecto invernadero supondrían un problema a corto plazo para los grandes cultivos de arroz. En los últimos años se ha dado un descenso de la producción de entre un 10 y un 20%, cifra que aumentará considerablemente, convirtiéndose en un grave problema, ya que es uno de los alimentos básicos en nuestra dieta. En el caso de nuestro país, el arroz sénia, valenciano, recupera su denominación después de varios años en zona de peligro.


Vino
El clima cambiante está haciendo que Francia pierda sus condiciones idóneas para el cultivo de la uva. Además, el aumento de la temperatura en las zonas más famosas del mundo de viñedos disminuye, de manera preocupante, la calidad de la uva. Para evitar este comportamiento de la fruta, algunas regiones francesas como Champagne han desarrollado uvas más resistentes al calor o incluso su traslado a las zonas más frías.


Mejillones
Nuevamente el calentamiento global será el responsable de que el tamaño y peso del pescado y marisco caigan exponencialmente para el 2050. La subida de temperaturas de las aguas ha provocado un descenso del oxígeno y con ello un consecuente riesgo de desaparecer. Una de las especies más vulnerables es el mejillón, que tiene serias dificultades para sobrevivir debido a que sus conchas no se desarrollan de forma correcta.


Manzana
La 'malus sieversii' es la madre de todas las variedades de manzana en el mundo y se encuentra en peligro de extinción. Este alimento ha sobrevivido a enfermedades y a los pesticidas, sin embargo, la acción del hombre podría acabar con ella, ya que los principales motivos de su extinción serían la urbanización salvaje y la deforestación.


Cerveza
Los problemas de sequía a los que se enfrenta el mundo en las próximas décadas podrían complicar el cultivo del lúpulo, ingrediente esencial para elaborar esta bebida. Esta planta necesita inviernos fríos y veranos cálidos, algo cada vez menos común. Los científicos ya trabajan para encontrar alguna variedad resistente al calor y en nuevos métodos de riego.


Café
La planta silvestre de café Arábica, una de las más importantes, podría llegar a extinguirse hacia el año 2080. El calentamiento global reducirá entre un 65 y un 100% las ciudades que tienen condiciones bioclimáticamente adecuadas para el crecimiento del café. Todo esto podría tener graves consecuencias en las economías de Latinoamérica, además de causar impactos en los ecosistemas, ya que se han demostrado los beneficios de los cafetales al servir como refugios naturales.


Cacahuete  
El cacahuete es otra de las especies que tendrá problemas para sobrevivir al cambio climático. El problema de este alimento, cuya mayor diversidad genética se encuentra en Sudamérica, es que no puede transportarse lejos ni deprisa, a diferencia de otras plantas cuyas semillas son movidas por el viento. Este comportamiento sedentario hace que sea muy vulnerable a los cambios del clima y que posiblemente no sobreviva.


Atún rojo
El atún rojo se considera uno de los principales pescados en peligro de extinción, debido a la pesca descontrolada en el Mediterráneo y la pesca ilegal. En España concretamente, el atún de Barbate está entre las especies con mayor riesgo de desaparecer.


Plátanos
El mal que asedia el cultivo del plátano es un hongo que altera el sistema vascular de la fruta, provocando que se marchite rápidamente. Zonas amplias donde se cultiva el plátano como el sur de Asia, África, Oriente Medio o Australia ya han sufrido las repercusiones del conocido como 'mal de Panamá', y ahora el peligro es que pueda llegar a América del Sur, encargada de producir el 82% de los más consumidos.


Castañas americanas
Se enfrentan a la extinción debido a una plaga. El hongo llegó a afectar a toda la población de castaños americanos. Durante casi tres décadas, diferentes asociaciones han tratado de revivir esta especie creando una nueva capaz de resistir la plaga.


Col alavesa
La col alavesa lucha por no desaparecer, al igual que otros 70 productos españoles. Futuras generaciones no tendrán el placer de saborear muchos vegetales, frutas y pescados, únicos de nuestro país.


Fuente
Insider Pro – 27 de Abril de 2016
Lea más en https://es.insider.pro/lifestyle/2016-04-27/15-alimentos-en-peligro-de-extincion/