Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

sábado, 28 de febrero de 2015

Jóvenes Gunas reviven en un escenario de Panamá la revolución de 1925


El montaje trata de resumir en dos actos la sublevación que el 21 de febrero de 1925 protagonizó el pueblo guna contra la policía colonial.

Un grupo de jóvenes indígenas revive, por primera vez sobre los escenarios de la capital panameña, la revolución Dule que hace 90 años libró el pueblo guna, la segunda etnia más importante de Panamá, para defender sus costumbres frente a la imposición de la cultura occidental.

Un grupo de jóvenes indígenas revive, por primera vez sobre los escenarios de la capital panameña, la revolución Dule que hace 90 años libró el pueblo guna, la segunda etnia más importante de Panamá, para defender sus costumbres frente a la imposición de la cultura occidental..
"Este tipo de conmemoraciones se han hecho siempre en la comarca Guna Yala. Ahora, por primera vez, se realizan fuera de los territorios guna", dijo a Efe la directora de las Artes del Instituto Nacional de Cultura (INAC) de Panamá, Maritza Vernaza, en medio de uno de los ensayos de la obra esta semana.

"An Dula", que en la lengua guna quiere decir "sigo vivo", se expondrá en una única función gratuita mañana sábado en las ruinas de la antigua ciudad de Panamá, un conjunto monumental que nombrado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

El montaje trata de resumir en dos actos la sublevación que el 21 de febrero de 1925 protagonizó el pueblo guna contra la policía colonial, a la que acusaban de querer acabar con sus costumbres e imponer la cultura occidental.


Las revueltas, que se prolongaron una semana, causaron casi una treintena de muertos y lograron el reconocimiento de la cultura guna por parte del Estado, por lo que ese pueblo se convirtió en una de las primeras etnias indígenas americanas que adquirieron derechos sobre sus territorios, según los datos históricos disponibles.


Los encargados de escenificar este hecho histórico son 25 jóvenes indígenas, en su gran mayoría menores de edad, que nacieron y viven en la capital de Panamá y que, antes de subirse a las tablas, desconocían la historia de su pueblo.
Están dirigidos por el guna Benjamín Ávila, que no acudió al ensayo del jueves presenciado por Efe, pero vía telefónica explicó la intención de la obra.

"Quería enseñarle a los panameños lo que sufrió mi pueblo" y "enseñarle a la juventud (guna) su pasado y explicarle de dónde viene", explicó Ávila.
Ávila, que también ha dirigido cine, adaptó a la cultura "latina" este episodio de la historia del pueblo guna panameño.

"El teatro popular es mucho más sangriento y violento. Yo dulcifico los hechos y mezclo danza, poesía y canto", dijo el director.
Graduado en Artes por la estatal Universidad de Panamá, Ávila confesó además haber ejercido de profesor de historia del pueblo guna con los jóvenes actores.

Grenaldo Cortés, uno de los protagonistas de la obra que se mete en la piel de Nele Kantule, el indígena que lideró la Revolución, dijo a Efe que creció en la ciudad "sin saber lo que había pasado en la comarca".

"Formar parte de esta obra me ha hecho entender lo que nuestros antepasados lucharon por la libertad de nuestra tierra", añadió el joven actor.
El director escogió "An Dula" como título de la obra porque cree que "hay que seguir luchando", y seguir defendiendo "la riqueza del pueblo guna", aunque admite que ahora la cultura indígena "se respeta más que antes".
Para este dramaturgo guna, casos como el de Barro Blanco, una hidroeléctrica que se construye en el oeste del país con el fuerte rechazo de indígenas de la comarca Ngäbe Buglé, hacen que la reivindicación aborigen esté "más viva que nunca".
"La historia de nuestros pueblos originarios es", según apuntó la directora de Artes del INAC, Maritza Vernaza, "nuestra historia".
Por eso, el INAC ha colaborado para que la obra se presente el próximo sábado fuera de la comarca Guna Yala, en la costa del Caribe panameño que hace frontera con Colombia, en un escenario histórico: las ruinas de la antigua ciudad en Panamá La Vieja.

El 90 aniversario de la Revolución Dule del pueblo guna también será conmemorado este fin de semana en la capital panameña con actividades culturales en la Ciudad del Saber. 

Fuente: Diario La Estrella (Panamá) Viernes 20 de Febrero de 2.015

Los pueblos primitivos están tratando de salvar el planeta


"Los países más avanzados están conduciendo al mundo al desastre,
mientras que los pueblos hasta ahora considerados primitivos
están tratando de salvar al planeta entero.

Y a menos que los países ricos aprendan de los indígenas,
estaremos condenados todos a la destrucción."


Noam Chomsky

Infografía: Indígenas por la Paz

La Cacica Yulima o Tulima


El departamento del Tolima en Colombia conserva el nombre de la cacica que protegía el oro de la zona y quien fue incinerada por los conquistadores, Yulima o Tulima, una mártir inmortalizada.



Fuente: Indígenas por la paz

El jaguar, animal mitológico


El jaguar como símbolo de América. El jaguar mitológico, asociado en la cosmovisión chamánica al trueno y al fuego, animal de poder asociado entonces al ritual del chamán, capaz de transformarse en jaguar, viajar por la Vía Láctea y mediar entre el mundo de los hombres y el mundo sobrenatural, sobre la salud, la enfermedad, la muerte y al manejo de las energías y poderes que rigen el cosmos.
Toda práctica, toda experiencia, todo pensamiento sobre el Jaguar es sagrado.
Sociedad Latinoamericana de Etnobiología y Sociedad Colombiana de Etnobiología

Eternos…


Donde una sonrisa se esboce… 
la inocencia siempre volverán a libar recuerdos
Donde una quimera despliega alas… 
los firmamentos siempre besarán vuelos
Donde una palabra comulgue sentires… 
los sentires siempre se harán versos
Donde una lágrima profane ausencias… 
las miradas siempre abrazarán silencios

Allí siempre la vida nos conjura eternos.


Diego López



Ultimo sábado de Febrero – Día del Tereré en Paraguay



El uso de la yerba mate como alimento básico tuvo sus orígenes con los indios guaraníes quienes la llamaba: Ka´a – Mate, de cuyos términos “ka´a” significa en idioma guaraní “planta o hierva”, en tanto que “mate”, se supone, deriva de la palabra quechua “mati”, con la cual designaban a la calabacilla que usaban en general para beber. 

Los guaraníes sorbían el mate mediante bombillas hechas de diminutas cañas, o la mascaban durante sus largas caminatas bajo el sol, así fue como los conquistadores españoles conocieron y aprendieron esta costumbre primitiva característica de nuestra tierra.



Terere: Es un término onomatopéyico en guaraní, según las características de naturales de una palabra onomatopéyica el Termino Terere, se deduce que es una composición formada por las palabras:

“Te”: que significa infusión.

“Rere”: que resulta del sonido, que al sorber la bebida produce entre la bombilla y el matero.

Takuapi: Es la bombilla hecha de la takuára, o bambú.

Guampa: (Terere ygua. Guampa), la palabra, pese a ser utilizada en un área hispanófona en la cual predomina el influjo avañe'ëme o ("guaraní"), es de origen runa simi, es decir "quechua" y significa, precisamente, cuerno. El cuerno de vacuno suele ser utilizado como recipiente gaucho en todo el Cono Sur, por ejemplo con "guampa" se realiza el chifle, una especie de cantimplora o caramañola.

Hy´a (porongo): Del mismo se hace el ka´ygua para el mate caliente, "es el primer elemento utilizado por los guaraníes conjuntamente con el takuapi".

Gua: viene de abrevadero (donde se almacena el agua).

Jaiku`i: significa yerba en guaraní. 

Jaiku`i rykue; es el terere.

Ka´a ñemokarapacháï: Ka´a ñembojo´a desechar de la guampa un poco de yerba usada y encimar la con un poco de yerba nueva.

Ka`a: hierba, planta por extensión al cual se lo denomina “yerba mate”. 

Según la historia cuentan que en épocas de la Guerra del Chaco los soldados tomaban una especie de infusión caliente con una bombilla casera de takuara po`i, y que en épocas de la Guerra, como no tenía forma para calentar el agua, surgió el tomar de manera natural o fresco con hierbas machacadas. En la actualidad esta tradicional bebida forma parte de nuestra vida cotidiana.

Clari Benitez Yegros

VOLVERÉ…






"VOLVERÉ Y SERÉ MILLONES"




TUPAC KATARI




La tribu de los Pirahas y su increíble idioma


El idioma más simple y extraño jamás escuchado de entre los cerca de 6.000 que se hablan en el mundo vive en el Amazonas. Tan rara es la lengua de los pirahas, una tribu de apenas 200 individuos que habitan en la ribera del río Maici, que supone el final del reinado de la teoría de la gramática universal de Noam Chomsky, bajo la cual se han criado los lingüistas de medio mundo.

Sin números, sin pronombres, sin colores, sin tiempos verbales, sin oraciones subordinadas y con sólo ocho consonantes —siete en el caso de las mujeres— y tres vocales, los Pirahas consiguen comunicarse.

Las investigaciones comenzaron en 1977 cuando Everett navegaba el río Maici y contactó con unos individuos que se comunicaban "cantando, silbando y tarareando".
Lo que oía era tan diferente a cualquier otra cosa, que este lingüista en misión evangélica decidió quedarse a vivir entre los indígenas, con su mujer y sus tres hijos. Sus descubrimientos a lo largo de estos años son fascinantes. Los Piraha no sólo carecen de números en su idioma, sino de cualquier término que implique contar, es decir, no hay palabras para ‘todo’, ‘nada’, ‘muchos’ o ‘algunos’. Se les intentó enseñar a contar hasta 10 en portugués, pero fue imposible debido a que su idioma no contiene nada parecido, ninguno llegó ni siquiera a contar hasta el número 4. Tampoco pudieron aprender a sumar ni siquiera un uno más uno.

En el idioma de los Pirahãs no caben los colores, ni los tiempos verbales, ni la ficción, ni cualquier otro idioma. Son monolingües a pesar de tener contacto con colonizadores y tribus de origen Tupí-Guaraní desde hace más de 200 años. La ausencia de tiempos verbales, de pretéritos o futuros, influye probablemente en la ausencia de cualquier conciencia histórica, en la inexistencia de cualquier dios o mito de creación, y hasta en la formación del sistema de parentesco más simple jamás documentado. "No hay entre los Pirahas memoria individual o colectiva más allá de dos generaciones y ninguno es capaz de recordar los nombres de sus cuatro abuelos", escribe Everett.

Respecto a Dios, tampoco les entra en su cabeza. "¿Quién creó las cosas?", les preguntó Everett. "Todo es lo mismo", respondieron los indios, queriendo decir, siempre según el estudioso, que nada cambia y por lo tanto nada fue creado.

Por último, y quizá más importante para los lingüistas, los Piraha parecen incapaces de crear oraciones subordinadas, carecen de lo que Chomsky llama ‘recursividad’. Sin esa capacidad recursiva, que básicamente consiste en poder intoducir oraciones en otras oraciones sin límite, la lengua Piraha es incapaz de crear, abstraer, generar otras ideas más allá de la experiencia. La recursividad había sido hasta ahora identificada en todos los idiomas y Chomsky la consideró un elemento clave del cerebro humano, lo que le llevó a afirmar que existe una ‘gramática universal’, una misma manera en que todo los humanos utilizamos el lenguaje.

Fuente: Sonqoñan

La verdadera educación


La verdadera educación consiste en sacar a la luz lo mejor de la persona.


Gandhi


viernes, 27 de febrero de 2015

Quién es el Indígena?

“El argentino siempre piensa que el indígena era cazador, recolector, nómade, parece como un vagabundo que no tiene un lugar fijo pero nosotros no somos vagabundos ni nómades, somos seres indígenas que rotamos para mantener los recursos naturales en equilibrio con todas las especies que lo rodean. Por eso decimos que tiene que haber una decisión política de poder revertir esta realidad a través de un acercamiento de ambas partes (indígenas y la llamada ‘sociedad envolvente’ por los indigenistas) que no nos convirtamos en figuras de interés partidario sino resaltar el valor que tenemos como seres humanos”.


“Según mi propia forma de pensar y mirar las cosas, los que fueron manipulados por la evangelización son los entregadores de hoy ¿por qué? porque tuvieron mínimo conocimiento de la escritura del español por eso creen que la única manera de desarrollar capacidad del ser humano es a través del trabajo como lo conciben los blancos. Vender una madera cuesta tanto, vender un pedazo de tierra cuesta tanto, alquilar el campo cuesta tanto. Ese no es pensamiento indígena sino pensamiento occidental, el indígena empieza a creer que la solución, el bienestar social pasa por ahí. Termina vendiendo su dignidad a cambio de nada”.

“Y a los líderes y no líderes indígenas que no piensan así los tratan como hijos del demonio, que les gusta el atraso que no les gusta la modernidad de la vida. La misma comunidad indígena mata muchas veces a su propia gente cuando piensa como indígena. No lo deja pensar y actuar como indígena, lo convierte en un enemigo, en un peligro para la sociedad, lo convierte en un salvaje. Es esa mirada negativa desde nosotros mismos lo que genera esta división en los pueblos indígenas”.

Félix Díaz

Fuente: Diario de las Américas

Libertad para la Madre Tierra


Los pueblos indígenas sabemos, desde una memoria más profunda, desde nuestras historias más antiguas, desde nuestras experiencias diversas, desde los recuerdos y preceptos que están inscritos en nuestras lenguas, desde nuestros usos y costumbres y sobre todo desde el dolor, el maltrato y la incomprensión, que la historia desde la conquista, la historia del capital y de quienes a su nombre lo acumulan, es un proyecto de muerte que terminara por destruir la naturaleza toda, incluida la vida de los seres humanos.

Para nosotros, la tierra es la madre y contra ella se comete un crimen del que vienen todos los males y miserias. Nuestra madre, la de todos los seres vivos, está sometida, según la ley que se impone, tiene dueños, es propiedad privada. Al someterla como propiedad para explotarla, le quitaron la libertad de engendrar vida y de proteger y enseñar el lugar, las relaciones y el tiempo de todo lo que vive. Le impiden producir alimentos, riqueza y bienestar para todos los pueblos y seres vivos. Los que se apropian de ella causan hambre, miseria y muerte que no deben ser. Le roban la sangre, la carne, los brazos, los hijos y la leche para establecer el poder de unos sobre la miseria de todos. Así como los que se sienten herederos de los conquistadores niegan y desconocen a la madre indígena que les dio la vida, así mismo, quienes aceptan la propiedad privada de la tierra para ser explotada por intereses particulares, se niegan a defender la libertad colectiva y el derecho a la vida.

Pero nosotros decimos, mientras sigamos siendo indígenas, o sea, hijos de la tierra, que nuestra madre no es libre para la vida, que lo será cuando vuelva a ser suelo y hogar colectivo de los pueblos que la cuidan, la respetan y viven con ella y mientras no sea así, tampoco somos libres sus hijos. Todos los pueblos somos esclavos junto con los animales y los seres de la vida, mientras no consigamos que nuestra madre recupere su libertad.

Ama Pachamama

Tambor indígena de la etnia Pacaas-Novos


Este tambor indígena fue hecho por los aborígenes Pacaas-Novos del Estado de Rondonia en Brasil.


Su estructura es de barro y revestida en látex.



Fotos y Texto: Sandra Rocha

Nuestra responsabilidad ante la utopía


Nos preguntamos qué quieren decir los que pronuncian la palabra utopía o, lo que es lo mismo, qué queremos decir nosotros cuando empleamos esa palabra que pareciera estar escondida en algún cofre en una isla desierta. Nos referimos a ella como si fuera una piedra preciosa encantada guardada con siete sellos, o como si se tratase de sueños de libros de infancia. Y no nos damos cuenta que utopía no significa otra cosa que lo que tendríamos que hacer para ser felices. Así de sencillo. Uno parece un maestro ciruela diciendo y creyendo en estas cosas, pero es que es así: es lo que deberíamos hacer pero además, es lo más fácil de realizar y conseguir.

Pongamos un ejemplo. Somos todos niños, queremos jugar en la arena. A nadie se le ocurriría permitir que uno de los niños se adjudicara el 80 por ciento del cajón de arena para él solo y que los demás jugáramos en un rincón, todos apretujados. Tampoco permitiríamos que ese niño que se adueñó así de gran parte del cajón de arena nos exigiera juguetes para poder jugar en "su" zona, que en realidad pertenece a todos. Ni tampoco permitiríamos que uno de nosotros se adjudicara el mando y nos diera órdenes para hacer lo que él dictaminara, con el prejuicio de hacerlo para mantener la igualdad y la disciplina.

La única verdad es que todo pertenece a todos pero además no pertenece a nadie. Desde la docencia se tendría que enseñar como primera materia la negación del sentido de la propiedad y del derecho del más fuerte, y además el diálogo, como fuente de comprensión. La docencia tendría que enseñarnos desde pequeños a despreciar a todo aquél que usufructa más de lo que necesita para su vida y subsistencia. Vayamos a un ejemplo que está al alcance de todos: el transporte en las grandes ciudades. ¿Qué nos dice el análisis racional? Que el transporte individual, el auto, perjudica a todos, es el derecho del más fuerte, del que tiene más dinero. Lo equitativo y lo cuerdo sería que el transporte fuese colectivo y sano. Se ha comprendido que en este sentido, los mejores transportes son los subterráneos y los trenes. El transporte automotor no sólo envenena la atmósfera en forma irreversible sino también es actor de accidentes que han costado una cantidad incalculable de víctimas , que se repiten día a día, en gran parte niños. Además se estimularía la sana costumbre de caminar o de trasladarse en bicicleta. Otros transportes mecánicos, sin gases residuales, podrían adaptarse para el transporte de gente de edad o incapacitados desde las estaciones a sus destinos. Pero la racionalidad se sacrifica en aras de la fatuidad, del lujo, de la comodidad de algunos y de la esperanza del resto. Es un sistema absolutamente criminal. Y la ley, si fuera justa tendría que castigar a quienes lo castigan y permiten. El lobby de la industria automotriz paró durante décadas en nuestro país la construcción de subterráneos y promovió el levantamiento de las vías férreas, y los políticos corruptos lo aceptan todo. ¿Hay acaso algo más irracional que las calles de Buenos Aires taponadas, con sus bocinazos, su aire envenenado que perjudica principalmente a los más pequeños, la pérdida de tiempo para todos que esto significa, los nervios, el estrés? ¿Cómo es posible explicar racionalmente que viaje en autos lujosos y enormes sólo una persona por vehículo? La idiotez y el egoísmo se pasean en coche. Y todos callamos, en el mundo entero, porque tal vez quisiéramos llegar a ser, cada uno de nosotros, uno de esos imbéciles en carrocería de oro.


Nuestras sociedades enseñan a despreciar al pobre o a quienes tienen otro color de piel, en vez de despreciar al aprovechador y al explotador. Debería enseñar a despreciar a quien aprovecha la naturaleza de todos para sí mismo y admirar a quienes encuentran la felicidad en la humildad y la modestia, ésos que piensan siempre en utopías y así tal vez alcanzar la felicidad de la sociedad toda, en esta vida tan breve, y llena de dolor y de misterios. Ya desde la primera escuela se debería enseñar el pensamiento de los utopistas, los proyectos de las repúblicas ideales que elaboraron sus benditos cerebros y no hacernos glorificar conquistadores brutales y genocidas de pueblos que actuaron en nombre de la "civilización". Enseñar también la historia de las religiones para dejar al desnudo toda la mentira del miedo con aquello de Dios todopoderoso, o de hijos de vírgenes o de santísimas trinidades con don de ubicuidad que nos vigilan permanentemente, o aquellas teologías que humillan a las mujeres condenándolas a cubrir su cuerpo; o lo del pecado original, el infierno y la llama eterna que nos quemará vivos por los siglos de los siglos.

Así de sencillo es la utopía: sentarnos a discutir todo aquello que se nos impuso en nombre de la autoridad y la propiedad, que nos ha llevado a guerras, torturas, regímenes de esclavitud y a la absoluta obscenidad de las fortunas multimillonarias y su correlato de millones de hambrientos que mueren todos los años.

Hubiéramos podido hacer un resumen del ideario de todos los grandes pensadores de la utopía. Pero es una segunda parte. La utopía está en la calle de todos los días, hay que formarla desde los hechos simples, en los juegos, en la lealtad a la amistad, en el desprecio a lo superfluo que nos devora la vida y termina por esclavizarnos a nosotros y a los que más queremos. Producir violencia es atacar nuestra propia existencia, la de nuestra familia, la de nuestro derredor. Promover la vida simple, engrandecer la honestidad, el altruismo. Despreciar y hacer despreciable las internas del poder que, por desdicha, hasta se protagoniza en los pasillos de las altas casas de estudio, que tendrían que ser los templos de la utopía.

No voy a hablar ni de Thomas Moro, ni de Campanella, ni de Owen, Bacon o Proudhon. (A ellos hay que leerlos, gozar de ellos, imaginarse el mundo pensado por ellos) Es mejor y ya es tiempo de ponernos a caminar. Aplicar lo simple de la razón. Terminar con aquello pérfido de que "la política es el arte de lo posible", sino que el único futuro está en la lucha por lo que se cree imposible, que es nada menos que poner de relieve la bondad del ser humano, que existe. Ponerse a caminar y aprender lo bueno de los revolucionarios y corregir sus equivocaciones. Eso es la utopía. Si logramos dar diez pasos de aproximación a ella, ya justificaremos nuestro viaje por la vida.


1 Osvaldo Bayer – En camino al paraíso (26 de Julio de 1.997)

jueves, 26 de febrero de 2015

Canción del Telar Celeste y Oración Lakota



Oh! Madre tierra, Oh! Padre cielo.
Somos vuestros hijos, y con la espalda cansada os traemos regalos que amáis. Luego tejemos para nosotros un vestido de esplendor que la urdimbre, sea la luz blanca de la mañana, que la trama sea la luz roja de la tarde, que los flecos sean la lluvia que cae, que la orla sea el arco iris que se levanta.
Por esto tejemos para nosotros un vestido de esplendor, para que podamos caminar convenientemente por donde cantan los pájaros, para que podamos caminar convenientemente por donde la hierba es verde, Oh Madre tierra, Oh Padre cielo. 


Wakan Tanka, Gran Misterio, 
enséñame a confiar
en mi corazón,
en mi mente,
en mi intuición,
en mi sabiduría interna,
en los sentidos de mi cuerpo,
en las bendiciones de mi espíritu.
Enséñame a confiar en estas cosas,
para que pueda entrar en mi Espacio Sagrado
y amar más allá de mi miedo,
y así Caminar en Equilibrio
con el paso de cada glorioso Sol.

Fuente: Sonqoñan

Qué He Sacado Con Quererte / Lamento Mapuche – Violeta Parra



¿Qué he sacado con la luna
que los dos miramos juntos?
¿Qué he sacado con los nombres
estampados en el muro?
Como cambia el calendario,
cambia todo en este mundo.
¡Ay, ay, ay! ¡Ay! ¡Ay!


¿Qué he sacado con el lirio
que plantamos en el patio?
No era uno el que plantaba;
eran dos enamorados.
Hortelano, tu plantío
con el tiempo no ha cambiado.
¡Ay, ay, ay! ¡Ay! ¡Ay!


¿Qué he sacado con la sombra
del aromo por testigo,
y los cuatro pies marcados
en la orilla del camino?
¿Qué he sacado con quererte,
clavelito florecido?
¡Ay, ay, ay! ¡Ay! ¡Ay!


Aquí está la misma luna,
y en el patio el blanco lirio,
los dos nombres en el muro,
y tu rastro en el camino.
Pero tú, palomo ingrato,
ya no arrullas en mi nido.
¡Ay, ay, ay! ¡Ay! ¡Ay!


Interpretación de Tonolec (Charo Bogarin/Diego Perez) homenaje a la Lucha de la Nación Mapuche en Chile y Argentina.

Charrúas, la batalla que no cesa

“... Los clarines tocaron a degüello. Bajo aquella avalancha de aceros y aún de balas, la horda se revolvió desesperada, cayendo uno tras otro sus mocetones bravíos como toros heridos en la nuca...” “... El cacique Pirú, al romper herido el círculo de hierro, le gritó al pasar, con fiero reproche: ¡Mirá, Frutos, tus soldados, matando amigos!”

La poesía de Eduardo Acevedo Díaz, que describe el dramático final de la etnia charrúa en Salsipuedes, sirve de preámbulo a la entrevista que realizamos al Sr. José Eduardo Picerno, autor de “El genocidio de la población charrúa”, editado por la Biblioteca Nacional de Uruguay. Poco se sabe de ellos, probablemente porque a Salsipuedes le siguió un prolijo exterminio cultural, que intentó borrar de la historia, su presencia y legado. Los relatos de los primeros conquistadores, admirados ante aquellas tribus salvajes e indómitas de la región. Se fueron transformando paulatinamente en desdén hacia su participación en las luchas por la independencia, para culminar definiéndolos como seres marginales, peligrosos e improductivos para la naciente organización económica del país. El trabajo del licenciado Picerno los rescata del olvido, demostrando que aquella batalla no ha culminado como los partes de guerra relatan, ellos continúan luchando, esta vez, contra el olvido.

¿Que significa Salsipuedes para usted? Salsipuedes es el lugar donde se condujo con engaños a los charrúas -solo a la población charrúa- para que allí, un ejército de unos 1.000 hombres los atacara por sorpresa procediendo a la matanza despiadada de casi todos los hombres de dicha población. Salsipuedes, es la palabra que simboliza el genocidio, un ataque a traición y el asesinato masivo de sus amigos indios totalmente desprevenidos, una infamia, un crimen de lesa humanidad que el Estado Uruguayo no ha querido asumir.

¿Como se llegó a esa situación? Uruguay se llamaba “Estado Oriental” y tenía su Constitución que amparaba los derechos de todos sus habitantes a la libertad, propiedad, etc. Sin embargo, el Presidente constitucional Gral. Fructuoso Rivera y su Ministro de la Guerra José Ellauri, enviaron una solicitud a las Cámaras para que se autorizase que el Presidente saliera en persona al mando del Ejército, que se llamó Ejercito Expedicionario, a efectos de controlar desórdenes que había en la campaña. A pesar de que los legisladores insistieron que el Poder Legislativo indicara cual era el verdadero motivo de salir con todo el Ejército, no se les dijo que se planeaba eliminar físicamente a los charrúas. De este modo, Rivera encomendó al Gral. Julián Laguna, para que dijera a los charrúas que estaban en el norte del país, que el ejército los necesitaba a para incursionar en Brasil para recuperar cabezas de ganado, lo cual creyeron. Así fueron conducidos con engaños de que Rivera los quería, etc. durante varias jornadas hasta llegar el día 11 de abril a la horqueta del Salsipuedes con el Tiatucura, donde no hay escape posible y fueron atacados. Previamente entraron fuerzas auxiliares del ejército compuestas por guaraníes desarmados, que quitaron rápidamente a los charrúas las armas que pudieron, y enseguida se inició la matanza.

¿Vamos al origen de esta historia, de donde son originarios los aborígenes que poblaron al territorio uruguayo? Los charrúas provienen del tronco de los llamados Pámpidos, habitantes de territorios que hoy están en Argentina, son los mismos que los tehuelches, querandíes, etc. También existían en la Banda Oriental otras tribus autóctonas: bohanes, yaros, chanaes, minuanes, que se supone eran similares a los charrúas, aunque vivían en colectividades separadas y también eran nómadas y cazadores. El licenciado Picerno acentúa que; los guaraníes, no son autóctonos de este territorio, tenían otro somatotipo y cultura, pertenecían al tronco amazónico (Según clasificación de Imbelloni). Se calcula que los charrúas están en la Banda Oriental desde hace unos 2 a 4 mil años, en cambio los guaraníes comienzan a llegar por 1770 aproximadamente.
¿Porque entonces las certezas de varios investigadores y cronistas de la época, sobre el origen guaranítico de aquella población? No se trata de certezas de dichos investigadores, sino de interpretaciones muy equivocadas de algunos hechos observados. Por ejemplo se ha observado que la toponimia del territorio uruguayo contiene vocablos de origen guaraní. Este hecho induce a pensar a los investigadores a creer que el Uruguay estaba habitado por guaraníes. Sería absurdo pensar que los pueblos autóctonos (charrúas, bohanes, minuanes, etc.), no hubieran designado con un nombre, en lengua charrúa, por ejemplo, al cerro de Montevideo, al Río de la Plata, al Río Negro, y a todos los accidentes geográficos relevantes, dado que por ser poblaciones nómadas se desplazaban de un sitio a otro, y no lo hacían al azar, lo que significa que al dirigirse a cierto lugar o al atravesar cierto río o arroyo se referirían a esos lugares siempre con la misma palabra para poder entenderse entre ellos mismos. Está comprobado que los charrúas tenían su propio lenguaje, aunque es desconocido. Sólo se ha rescatado el sonido de 40 palabras y los sonidos de los números del 1 al 10. Por otro lado, los estudios que los académicos franceses hicieron a los 4 charrúas en 1833, (el licenciado Picerno se refiere a 4 aborígenes que fueron llevados a Francia a fin de ser estudiados en ese año) concluían que estos usaban generalmente dos nombres para cada cosa y para cada persona. Uno de esos nombres lo mantenían reservado entre ellos y el otro lo usaban en presencia de extraños. Por ejemplo el cacique Vaimaca Perú: Vaimaca era el nombre charrúa y Perú era el sobrenombre que figura en todos los textos sobre dicho cacique. En realidad quienes pusieron los nombres toponímicos, fueron los españoles, y ha quedado hasta ahora la forma en que decidieron construir la palabra a escribir. Estos españoles, cartógrafos o naturalistas o simples colonizadores, les preguntaban a determinados indígenas, y en base a la respuesta “rebautizaban” el lugar. Para los cartógrafos hubiera sido muy difícil escribir un nombre charrúa dado que estaba compuesto por sonidos guturales, nasales y vocales. Era mucho más fácil escribir los sonidos de la lengua guaraní, que no diferían prácticamente del español. Por ejemplo: si decían “cuñapirú” se escribe tal como suena, y significa “cuña”, mujer, y “pirú”, flaca y fea. En cambio el autor ha escuchado palabras como por ejemplo la que se escribe “inchalá”, que significa “hermano” en lengua charrúa, pronunciada en charrúa y no se le ocurriría escribirla como “inchalá”, dado que es un sonido irreproducible con cierta exactitud en español. Pero en otra hipótesis, no hay que olvidar que el guaraní era el idioma de intercambio entre todos los actores de la Banda Oriental. Era conocido por los charrúas, por los españoles y por los portugueses. Y dada la inteligencia comprobada de los charrúas, y su sentido práctico y común, ¿quien puede demostrar que algunos nombres no hayan sido los mismos charrúas los que los trasmitieron a los españoles? No debe olvidarse que “sus” nombres los ocultaban, entonces les resultaría más práctico dar nombres en idioma guaraní. Esto no se podrá comprobar, porque quienes tomaban los datos no informaban quien se los había proporcionado. De modo que todas son hipótesis. Lo único seguro, es que en esta Banda Oriental no vivían los guaraníes, sino los pueblos pámpidos, que provenían de tierras ubicadas en la Argentina de hoy. Y los documentos son abundantes en citar a los charrúas y minuanes, principalmente ocupando desde la costa hasta más allá del Río Negro. Y por último, ¿que podrían hacer los guaraníes en una tierra de cazadores? Ellos no lo eran, y estas tierras ya tenían dueños, que seguramente los hubieran expulsado. Y además, no existen documentos que informen sobre aldeas de guaraníes cultivando ninguna parte de las tierras de los charrúas, y esto es un argumento definitivamente concluyente. Otro argumento que usan esos historiadores es que los guaraníes trabajaron para los blancos, hicieron la muralla, sacaban piedra de las canteras, hacían el empedrado de las calles, etc., todo a un bajísimo jornal al que se le denominó “jornal tape”. Esto significa que mediante el trabajo, POR SU NECESIDAD DE SUBSISTIR, se avinieron a trabajar integrados a los blancos (españoles, portugueses y criollos). En cambio los charrúas nunca trabajaron en tareas de tipo esclavizante, ni de otro tipo, para otros patrones que no fueran ellos mismos. Ya sea por su orgullo de sentirse “los dueños de la tierra”, como también porque no padecían necesidades materiales ya que su tradición de cazadores les permitía tener suficiente y abundante alimentación. Recordemos que los guaraníes no eran cazadores sino del tipo del sedentario agricultor, y que guiados por los misioneros jesuitas, obtuvieron conocimientos en tareas manuales en los distintos pueblos de misiones. Pero al disolverse las misiones jesuíticas, en la segunda mitad del siglo XVIII, gran cantidad de ellos emigraron, por necesidad, a otras tierras tales como la Banda Oriental. Aunque el número estimado de guaraníes que entran al Uruguay triplica quizás el número de charrúas en esa época, eso no significa que haya más descendientes de guaraníes que de charrúas. Muy por el contrario, los charrúas ya se venían mestizando con blancos desde el siglo XVI (1516, a la llegada de Solís).Y no olvidemos, que en la fundación de Montevideo, en 1726, España envía 400 soldados solteros para proteger a las familias que van a residir en Montevideo. Es fácil deducir que las únicas mujeres disponibles en las cercanías, las charrúas, se mestizaron con dichos soldados. Se estima que ninguna mujer charrúa pudo haber tenido menos de tres hijos, de modo que haciendo estimaciones matemáticas simples y multiplicadas esos mestizos por 3 cada 25 años por ejemplo, nos dará un número considerablemente mayor a los guaraníes y sus descendientes, tanto en aquella época como ahora. Si los charrúas no hubieran sido los habitantes y “dueños” de estas tierras, no habrían arriesgado su vida en servir como fuerzas auxiliares a los ejércitos de Artigas, de los 33 Orientales y de Rivera. Esto significa que “querían defender lo suyo”, su “patria” y este sentimiento en ningún momento lo demostraron los guaraníes, simplemente porque esta Banda “nunca fue su patria”•, sino el lugar donde vinieron a refugiarse y a poblar y a ganar su sustento. Y si en algunas ocasiones fueron reclutados por un batallón de Artigas, como en la “Batalla de Tacuarembó, fue muy triste el papel que desempeñaron, casi sin luchar. Los mismos portugueses en sus partes informaron que casi todo el batallón estaba integrado por indios guaraníes sin fuerzas, enflaquecidos y ni ánimo para la lucha y que fueron fácilmente derrotados. ¿Alguien puede creer que eso se dijera de los charrúas alguna vez en la historia? Acá aparece otro tema: Artigas lejos del lugar y los charrúas que no se presentan, y Rivera que no se presenta. Se dice, pero no tenemos documentado que Rivera fue quien quitó a los charrúas de los puntos cruciales de donde se desarrolló esa batalla, la última, que determinó que Artigas abandonara para siempre el Uruguay.

¿Cuales eran las características distintivas de los charrúas, respecto a las otras poblaciones aborígenes de la región? Las distintas poblaciones aborígenes de la región tenían características en parte comunes y en parte diversas. Será más práctico hablar de la característica de los charrúas y se podrá observar que era una población muy peculiar y diferente a las demás especialmente en dos aspectos. Era una sociedad muy cerrada en si misma cuyo lenguaje no era compresible ni tampoco era parecido al de otras poblaciones de indígenas. Se ha visto que es una lengua aislada y única, por más que se ha encontrado alguna palabra semejante en alguna otra tribu. También una negación persistente a que su cultura fuera asimilada por otras, a integrarse a otras costumbres, y adaptarse a los cambios que significó el dominio de los colonizadores y la imposición de su cultura. Eran por excelencia nómades y cazadores llegando a especializarse en la cacería y en la equitación mucho más que los pueblos indígenas circundantes. Hicieron un acopio de herramientas para la caza que fácilmente pudieron destinarse después para ser utilizadas como armas de guerra, de ataque o de defensa, desde niños los charrúas practicaban sus habilidades con dichas armas principalmente el arco, la boleadora y la honda, lo que determinó su éxito inusual y superior a otros pueblos cuando eran lanzados a la guerra. (El español Azara escribe alrededor de 1800, que los charrúas han matado más españoles que todos los indios del imperio azteca y de los incas que sumaban millones. “Pero no se crea que los charrúas era una nación tan poderosa, apenas si cuentan con 400 hombres de armas. Hemos enviado soldados especializados de los mejores ejércitos de Europa contra los charrúas. Sin embargo ellos subsisten.”

¿Cual fue su dispersión geográfica e influencia regional? La dispersión desde la costa del Río de la Plata donde habitaban, se produce a medida que la invasión colonial logra establecerse en los puertos y zonas cercanas al río. Finalmente los charrúas encuentran un poco de tranquilidad cuando se sitúan en amplias zonas desérticas situadas al norte del Río Negro. En cuanto a si los charrúas tuvieron influencia en otras regiones creemos que no, no hay evidencias de ello. Pero tuvieron influencia en aquella cultura mestiza que provenía de la unión del blanco colonizador y la mujer charrúa, o sea el gaucho, quien tomó elementos en parte de los charrúas (boleadora, lanza, dominio de caballo, el mate) y en parte del español (vestimenta, guitarra, lenguaje, etc.). Pero el gaucho tampoco se integró a ninguna de las dos culturas.
¿Que testimonios quedan de su cultura y organización? Vivian en tribus de unas cincuenta personas, dormían en carpas hechas con cuatro estacas y un toldo de cuero o de plantas como techo. De esto no ha quedado nada. Cada tribu tenía un cacique que podía ser un anciano en tiempo de paz o un guerrero joven en tiempo de guerra. Elementos físicos quedan: las boleadoras, puntas de flecha, arcos, mazas, hondas, lanzas y poco más. Elementos documentales y relatos y descripciones hay abundantes. Alguno de esos relatos están pautados por lo que se considera una leyenda negra, es decir la difusión difamatoria de ciertas costumbres de los charrúas. Esto era políticamente necesario para justificar que se pudiera actuar por la fuerza contra ellos quitándole sus pertenencias, sus tierras y también sus vidas. En cuanto a sus vestigios de religión, sus cultos de los muertos, etc. estos pueden encontrarse también en descripciones realizadas por naturalistas de la época. De sus luchas por la independencia dan cuenta los escritos de José Artigas, de alguna de los 33 orientales y de Fructuoso Rivera. 

Existe por parte del Estado y sus instituciones consideraciones especiales o distintivas respecto a la protección de los espacios que habitaron las antiguas culturas y testimonios aborígenes? No, no existe y creo que no podría existir desde el momento en que fue el propio Estado que propició el exterminio de los charrúas, y aún no se ha hecho responsable de dicho genocidio. Apenas salió hace unos meses, una ley declarando al 11 de Abril como el día de la Nación charrúa y no fue por unanimidad, porque algún sector político se sigue negando a aceptar los hechos del 11 de Abril de 1831.Podría ser que con el tiempo y después que se tome conciencia y se asuma el genocidio, el Estado propicie ese reconocimiento y protección de lugares en que vivieron y además en los museos se cuente la verdad de lo que pasó en el único país de América que no tiene indios. Incluso hay un museo histórico en Durazno que se llama “Museo Rivera” y no hay en exposición ni una sola boleadora o punta de flecha, ni está escrita la palabra “charrúa” y tampoco la palabra “indio”. Incluso cuando se hace la repatriación de Vaimaca Perú desde Francia, a instancias del Ministro Mercader, antropólogos penetran en el Panteón Nacional, abren el féretro y exhiben los restos óseos a las cámaras de T.V. El propósito era realizar estudios de ADN y otros, de los que se hizo responsable la Dra. Mónica Sans, los resultados fueron desastrosos y hasta encontramos 20 errores en una página del informe. Como cosa curiosa, digamos que la Dra. Sans atribuía la muerte de Vaimaca a la llegada de la estación fría en Francia, o sea el invierno. Sin embargo Vaimaca llega a Francia en mayo y muere en setiembre de 1833. La Dra. Pensaba que como en esos meses hay invierno en el hemisferio sur, también lo habría en Francia. Por fin se prohibió el manejo de esos restos y se les colocó en una urna para su descanso en paz, porque se los había colocado en un contenedor de acero con gas para seguir estudiándolos durante muchos años: o sea, como material de estudio para los estudiantes.

Actualmente existe una cierta revalorización de las culturas aborígenes por parte de las sociedades americanas, ¿Qué ocurre en ese sentido en Uruguay? Si bien el Estado hasta ahora no ha querido valorar en algún sentido la existencia de los Indios, especialmente la de los Charrúas, que lucharon durante 3 siglos contra 3 imperios, a nivel de la sociedad privada hay algunas mínimas expresiones de identificación, solidaridad y rememoración periódica de la historia de los charrúas. Hay 6, o 7 agrupaciones aunque poco numerosas de personas que supuestamente son descendientes de charrúas y que se reúnen fundamentalmente los días 11 de Abril de cada año para dar testimonio del exterminio en diversos lugares. Uno es en el monumento de los charrúas en el Prado (se trata de las figuras en bronce de los 4 charrúas conducidos a Francia para ser exhibidos y la niñita hija de Guyunusa). Otro lugar concurrido es los alrededores de la horqueta del Salsipuedes con el Tiatucura, donde van cientos de personas incluso a acampar, se tratan de momentos muy emotivos porque reviven allí la matanza y al angustia que deben haber sentido los charrúas en el momento en que ven la traición en las armas del ejército que se abalanzan sobre ellos. Algo digno de destacar es que todos los visitantes tienen permisos de los dueños de esos terrenos, y cumplen con la consigna de dejarlo tan limpio como cuando entraron. Después que se retiran no quedan sobre los pastos ni un mínimo papel. Reiteramos que no existen actualmente charrúas auténticos ni otra clase de indios y que los supuestos descendientes tampoco tienen una información cabal de todos los vericuetos históricos que llevó al genocidio de aquella cultura. Saben lo fundamental, que el presidente Fructuoso Rivera los llevó a la trampa con engaños y allí en Salsipuedes se produjo la matanza. Hemos dicho “supuestos descendientes” porque también como consecuencia del ocultamiento de la identidad de los charrúas muertos en Salsipuedes o sobrevivientes entregados a las familias de Montevideo y al hecho que los charrúas por no ser creyentes no anotaban los nacimientos en las parroquias, nadie aunque sea descendiente del charrúa puede tener la prueba concluyente de que lo es, hay una sola excepción que es el bisnieto del cacique Sepe de nombre Bernardino García que además tiene el mérito de usar el atuendo charrúa en algunas ocasiones tales como en la denominada “fiesta de la patria gaucha” de Tacuarembó.

¿Qué posibilidades concretas existen, luego del exterminio a que fueron sometidos los Charrúas, que aun pueda perdurar la huella genética en la población actual? En el momento que son exterminados los charrúas, año 1831, ya existían miles de descendientes de charrúas que venían mestizándose, como dijimos antes, a partir del s.XVI. Estas personas eran los gauchos que continuaron teniendo descendencia y las mestizas (hijas de un blanco y una mujer charrúa), que generalmente se ubicaban en establecimientos rurales o en pueblos para ejercer labores domésticas o semi-rurales. Estas mujeres también continuaron la descendencia charrúa, aunque a partir de que se apartaban de la toldería anotaban a los hijos con nombres españoles. A su vez, estos hijos tenían descendencia que también era charrúa de segundo orden y así sucesivamente. Es casi irrelevante la matanza de hombres, guerreros charrúas en Salsipuedes a los efectos de estimar el número de descendientes de charrúas en la actualidad.

Es evidente que hay miles de descendientes de charrúas, y cada vez aumenta su número, a la vez que se alejan de la generación del antepasado charrúa. Por ejemplo, mi madre era descendiente de charrúas, mi padre era italiano, ella tuvo dos hijos, yo y mi hermana, que somos descendientes de charrúas porque también lo era mi madre. A su vez yo tengo dos hijos y tres nietos, lo que suma 5 descendientes más de charrúas, que sumado a mi hermana y su hija (mi sobrina), son 7 descendientes a partir de mi madre. Queda claro entonces que el número de descendientes aumenta con el tiempo, aunque nos alejamos del tronco original. Hay indicios genéticos que se expresen en la conocida mancha mongólica, el diente en pala, el tipo de sangre 0+ y los verticilos en los dedos de la mano (huellas digitales de un tipo especial). Estos indicadores marcan que hay un antepasado indígena, pero no necesariamente charrúa, ya que todos los indios y sus descendientes poseen dichos marcadores. Pero dado que la población charrúa y sus descendientes era la mayoritaria, ampliamente, a través de la mestización intensa pudimos suponer razonablemente que aproximadamente la mitad de todos los descendientes detectados mediante algunos de esos marcadores pueden ser descendientes de charrúas. Hace un tiempo, en el hospital de Tacuarembó, el 50%, exactamente, de los niños nacidos presentaban la mancha mongólica. La hipótesis es que quizás la mitad (o más) de ellos podrían ser descendientes de charrúas.

En determinados grupos, cultores o impulsores de esta revalorización, puede percibirse una especie de fundamentalismo. ¿Cómo ve usted esta situación, existe o es una percepción equivocada? Existe la Leyenda Rosa, creer al Charrúa superior en destreza, fuerza, valor, inteligencia, moral, etc. No es cierto eran hombres comunes, homo sapiens comunes. Se destacaron porque sus útiles de caza y su entrenamiento les sirvieron con extraordinario éxito en las batallas. Y como algo gracioso le han llamado a los cultores exagerados de lo Charrúa con estos nombres: Charrúa maníacos y Charruólogos y a los que están en contra Charrufóbicos.

Varios autores afirman que los Charrúas realizaron alianzas, siempre circunstanciales, con piratas (ejemplo: Etienne Moreau en las costas atlánticas) y héroes de la independencia como Artigas. Pero siempre basados en la protección o recuperación de sus territorios y derechos. ¿Esto es así? No conozco lo referido a Moreau. Lo de Artigas tiene una historia que se remonta a su abuelo. El abuelo de Artigas, Antonio, fue fundador de Montevideo en 1726 y tuvo varios “diálogos” con Charrúas y Minuanes para que no se acercaran mucho a Montevideo. Esos arreglos se llamaban “Las Paces”. Los Charrúas siempre buscaban, como usted dice, los territorios más productivos para su subsistencia, después de estar un tiempo allí, para no agotar totalmente la reserva de alimentos, ya sean animales o vegetales, se iban a otros lugares apropiados. Al cabo de los años podían volver al lugar anterior, con lo que mantenían un equilibrio de la fauna y flora. Cuando se pusieron al servicio de Artigas, en 1814, como fuerzas auxiliares del ejército, acampaban algo lejos de los militares para que sus costumbres no se vieran alteradas. El propósito era lograr la independencia de estas tierras y su muy valorada libertad de movimientos, indispensable para su subsistencia y su felicidad.
Por último, existió realmente la frase: “Frutos, tus soldados matando amigos...” ? Existe escrita en una versión de las 14 que se ofrecen el libro El Genocidio de la Población Charrúa. Es ya un mito que se puede dejar como verdadero por su sentido profundo y simbólico. Pero se le atribuye a Vaimaca Perú, que no estuvo en Salsipuedes. Es la versión 11 de Eduardo Acevedo Díaz, de Agosto 19 de 1890, página 544. (Versión más literaria que histórica). “... Los clarines tocaron a degüello. Bajo aquella avalancha de aceros y aún de balas, la horda se revolvió desesperada, cayendo uno tras otro sus mocetones bravíos como toros heridos en la nuca...”“... El cacique Pirú, al romper herido el círculo de hierro, le gritó al pasar, con fiero reproche: ¡Mira, Frutos, tus soldados, matando amigos!”

Fuentes: Refugios Naturales.
                   Nación Charrúa.


Refugios Naturales agradecen la gentileza y paciencia del Licenciado José Eduardo Picerno.



Walter Raymond – Refugios Naturales