Un espacio destinado a fomentar la investigación, la valoración, el conocimiento y la difusión de la cultura e historia de la milenaria Nación Guaraní y de los Pueblos Originarios.

Nuestras culturas originarias guardan una gran sabiduría. Ellos saben del vivir en armonía con la naturaleza y han aprendido a conocer sus secretos y utilizarlos en beneficio de todos. Algunos los ven como si fueran pasado sin comprender que sin ellos es imposible el futuro.

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jueves, 28 de abril de 2016

OPY, Casa de Oración Mbya Guaraní



Este Opy, casa de oración está ubicada en la Aldea Río

Silveira,  ubicada en proximidades de la Playa 

Boracéia 

en el límite entre Bertioga y San Sebastián, Estado de 

San Pablo (Brasil).


Fotografía: Carlos Papá

jueves, 17 de julio de 2014

COSMOVISIÓN MBYA GUARANI – AYVU RAPYTA - CAPÍTULO III

La Primera Tierra
Primera Parte
I

El verdadero Padre Ñamandu, el Primero,
habiendo concebido su futura morada terrenal,
de la sabiduría contenida en su propia divinidad,
y en virtud de su sabiduría creadora,
hizo que en la extremidad de su vara fuera engendrándose la tierra.

II
Creó una palmera eterna en el futuro centro de la tierra;
creó otra en la morada de Karaí (Oriente);
creó una palmera eterna en la morada de Tupá (Poniente);
en el origen de los vientos buenos (N. y N. E.) creó una palmera eterna;
en los orígenes del tiempo espacio primigenio (S.) creó una palmera eterna;
cinco palmeras eternas creó;
a las palmeras eternas está asegurada la morada terrenal.

III

Existen siete paraísos;
el firmamento descansa sobre cuatro columnas;
sus columnas son varas insignias.
Al firmamento que se extiende con vientos
lo empujó nuestro Padre, enviándolo a su lugar.

IV
Habiéndole colocado primeramente tres columnas al paraíso,
éste se movía aún;
por este motivo le colocó cuatro columnas de varas-insignias;
sólo después de esto estuvo en su debido lugar,
y ya no se movía más.

V
El primer ser que ensució la morada terrenal fue la víbora originaria;
no es más que su imagen la que existe ahora en nuestra tierra;
la serpiente originaria genuina está en las afueras del paraíso de nuestro Padre.

VI
El primer ser que cantó en la morada terrenal de nuestro
Primer Padre,
el que por primera vez entonó su lamentación en ella,
fue la "yrypa", la pequeña cigarra colorada.

VII
La cigarra colorada está en las afueras del paraíso de nuestro Padre:
es solamente la imagen de ella la que queda en la morada terrenal.

VIII
Pues bien, el "y-amaí" es el dueño de las aguas,
el hacedor de las aguas.
El que existe en nuestra tierra ya no es el verdadero:
el verdadero está en las afueras del paraíso de nuestro Padre,

ya no es más que su imagen
el que actualmente existe en nuestra tierra.

IX
Cuando nuestro Padre hizo la tierra
he aquí que era todo bosques,
dicen que campos no había.
Por este motivo, y para que trabajase en la formación de las praderas,
envió al saltamontes verde.
En donde el saltamontes clavó originariamente su extremidad inferior
se engendraron matas de pasto:
solamente entonces aparecieron las praderas.
El saltamontes celebró con sus chirridos la aparición de los campos.
El saltamontes originario está en las afueras del paraíso de nuestro Padre:
el que queda ahora no es más que una imagen suya.

X
En cuanto aparecieron los campos,
la primera en entonar en ellos su canto,
la primera en celebrar su aparición,
fue la perdiz colorada.
La perdiz colorada que por primera vez entonó sus cantos en las praderas
está ahora en las afueras del paraíso de nuestro Padre:
la que existe en la morada terrenal no es más que su imagen.

XI
El primero en remover la tierra en la morada terrenal de nuestro Padre
fue el armadillo.
Ya no es el verdadero armadillo el que existe hasta el presente en nuestra tierra:
éste ya no es más que su simple imagen.

XII
La dueña de las tinieblas es la Lechuza.
Nuestro Padre el Sol es dueño del amanecer.
Dionisio Duarte en el Opy de Tekoa Mbororé escoltado por Ángel Benitez en un Aty (Asamblea Comunitaria)

Segunda Parte

XIII
Nuestro Primer Padre está por internarse
en las profundidades del paraíso;
en vista de ello así habló;
-Solamente tú, Karaí Ru Ete,
las hileras de llamas inasequibles en que yo me inspiro
las harás vigilar por intermedio de tus hijos,
los Karaí valerosos.
Por consiguiente,
Haz que ellos se llamen "los Señores dueños de las llamas".
Dí: "Ellos vigilarán aquello que ha de producir el ruido
de crepitar de llamas."
Cada Primavera haz que se solivien las hileras de llamas
para que escuchen el ruido de crepitar de llamas
los bien amados que llevan la insignia de la masculinidad,
las bien amadas que llevan el emblema de la feminidad.

XIV
Después de estas cosas, dijo a Jakaira Ru Ete:
-Bien, tu vigilarás la fuente de la neblina
que engendra las palabras inspiradas.
Aquello que yo concebí en mi soledad
haz que lo vigilen tus hijos
los Jakaira de corazón grande.
En virtud de ello que se llamen
"Dueños de la neblina de las palabras inspiradas"
dí a ti mismo.

XV
Después de estas cosas,
a Tupá Ru Ete le habló en esta forma:
-Tú tendrás a tu cargo el extenso mar
y las ramificaciones del extenso mar en su totalidad.
Yo haré que tú te inspires en las leyes
mediante las que se refrescará la divinidad.
Por consiguiente,
tú enviarás repetidamente a la morada terrenal
por intermedio de tus hijos los Tupá de corazón grande,
aquello que refresca,
para nuestros bien amados hijos,
nuestras bien amadas hijas.

XVI
El verdadero Padre Ñamandu, el Primero,
estando por hacer descender a la morada terrenal
la ciencia buena para las generaciones
de los que llevan la insignia de la masculinidad,
el emblema de la feminidad,
a Jakaira Ru Ete dijo:

XVII
-Bien, en primer lugar,
alojarás en primer lugar en la coronilla
de nuestros hijos y nuestras hijas
la neblina (vivificante).
Cada vez que retorne la primavera
harás circular, por intermedio de tus hijos,
los Jakaira de corazón grande,
la neblina por la morada terrenal.
Unicamente en virtud de ella
podrán nuestros hijos, nuestras hijas prosperar.

VVIII
Después de estas cosas:
“Karaí Ru Ete,
tú también harás que las llamas sagradas se alojen
en nuestros amados hijos, en nuestra amadas hijas.”
“-Por esto, mi hijo Tupá Ru Ete,
aquello que yo concebí para refrescamiento
haz que se aloje en el centro del corazón de nuestros hijos.
Unicamente así,
los numerosos seres que se erguirán en la morada terrenal,
aunque quieran desviarse del verdadero amor,
vivirán en armonía.”

XIX
Unicamente mediante aquello que refresca,
las leyes que pronuncié para regir el amor
no producirán excesivo calor
en nuestros futuros amados hijos,
en nuestras futuras amadas hijas.

XX
Habiendo Ñamandu Ru Ete, el Primero,
designado por sus respectivos nombres
a los verdaderos padres de sus futuros hijos,
a los verdaderos padres de las palabras (almas)}
de sus futuros hijos,
cada uno de ellos en su respectiva morada (dijo):

-Después de estas cosas,
después de haber hecho que os llaméis por vuestros nombres,
cada uno de vosotros, en vuestras respectivas moradas,
concebiréis las leyes que regirán en la tierra
a los que llevan la insignia de la masculinidad
y el emblema de la feminidad.

XXI
Después de estas cosas,
inspiró el canto sagrado del hombre
a los verdaderos primeros padres de sus hijos,
inspiró el canto sagrado de la mujer
a las primeras madres de sus hijas,
para que después de esto, en verdad,
prosperaran quienes se erguirían
en gran número en la tierra.

León Cádogan junto a Hermanos Mbya Guaraníes
Fuente: Ayvu Rapyta – Textos Míticos de los Mbyá Guaraní del Guairá – León Cádogan

sábado, 28 de junio de 2014

COSMOVISIÓN MBYA GUARANI – AYVU RAPYTA - CAPÍTULO II

EL FUNDAMENTO DEL LENGUAJE HUMANO

I
El verdadero Padre Ñamandu, el Primero,
de una pequeña porción de su propia divinidad,
de la sabiduría contenida en su propia divinidad,
y en virtud de su sabiduría creadora
hizo que se engendrasen llamas y tenue neblina.

II
Habiéndose erguido (asumido la forma humana),
de la sabiduría contenida en su propia divinidad,
y en virtud de su sabiduría creadora,
concibió el origen del lenguaje humano.
De la sabiduría contenida en su propia divinidad,
y en virtud de su sabiduría creadora
creó nuestro Padre el fundamento del lenguaje humano
e hizo que formara parte de su propia divinidad.
Antes de existir la tierra,
en medio de las tinieblas primigenias,
antes de tenerse conocimiento de las cosas,
creó aquello que sería el fundamento del lenguaje humano
e hizo el verdadero Primer Padre Ñamandu
que formara parte de su propia divinidad.

III
Habiendo concebido el origen del futuro lenguaje humano,
de la sabiduría contenida en su propia divinidad,
y en virtud de su sabiduría creadora,
concibió el fundamento del amor (al prójimo).
Antes de existir la tierra,
en medio de las tinieblas primigenias,
antes de tenerse conocimiento de las cosas,
y en virtud de su sabiduría creadora,
concibió el origen el amor (al prójimo).

Ariel Kuaray Poty
IV
Habiendo creado el fundamento del lenguaje humano,
habiendo creado una pequeña porción de amor,
de la sabiduría contenida en su propia divinidad,
y en virtud de su sabiduría creadora
el origen de un solo himno sagrado lo creó en su soledad.
Antes de existir la tierra,
en medio de las tinieblas originarias,
antes de conocerse las cosas,
creó en su soledad (para sí mismo) el origen de un himno sagrado.

V
Habiendo creado, en su soledad, el fundamento del lenguaje humano;
habiendo creado, en su soledad, una pequeña porción de amor;
habiendo creado, en su soledad, un corto himno sagrado,
reflexionó profundamente sobre a quién hacer partícipe
del fundamento del lenguaje humano;
sobre a quién hacer partícipe el pequeño amor (al prójimo);
sobre a quién hacer partícipe de las series de palabras
que componían el himno sagrado.
Habiendo reflexionado profundamente,
de la sabiduría contenida en su propia divinidad,
y en virtud de su sabiduría creadora,
creó a quienes serían compañeros de su divinidad.

VI
Habiendo reflexionado profundamente,
de la sabiduría contenida en su propia divinidad,
y en virtud de su sabiduría creadora,
creó a los Ñamandu de corazón valeroso.
Los creó simultáneamente con el reflejo de su sabiduría (elSol).
Antes de existir la tierra,
en medio de las tinieblas originarias,
creó al Ñamandu de corazón grande.
Para padre de sus futuros numerosos hijos,
para verdadero padre de las almas de sus futuros numerosos hijos,
creó al Ñamandu de corazón grande.

VII
A continuación,
de la sabiduría contenida en su propia divinidad,
y en virtud de su sabiduría creadora,
al verdadero padre de los futuros Karaí,
al verdadero padre de los futuros Jakaira,
al verdadero padre de los futuros Tupá
les impartió conciencia de la divinidad.
Para verdaderos padres de sus futuros numerosos hijos,
para verdaderos padres de las palabras-almas de sus futuros numerosos hijos,
les impartió conciencia de la divinidad.

VIII
A continuación,
el verdadero Padre Ñamandu,
para situarse frente a su corazón,
hizo conocedora de la divinidad
a la futura verdadera madre de los Ñamandu.
Karaí Ru Ete hizo conocedora de la divinidad
a quien se situaría frente a su corazón,
a la futura verdadera madre de los Karaí.
Jakaira Ru Ete, de la misma manera,
para situarse frente a su corazón,
hizo conocedora de la divinidad
a la verdadera madre Jakaira.
Tupá Ru Ete, de la misma manera
a la que situaría frente a su corazón,
hizo conocedora de la divinidad
a la verdadera futura madre de los Tupá.

IX
Por haber ellos asimilado la sabiduría divina
de su propio Primer Padre;
después de haber asimilado el lenguaje humano;
después de haberse inspirado en el amor al prójimo;
después de haber asimilado las series de palabras del himno sagrado;
después de haberse inspirado en los fundamentos de la sabiduría creadora,
a ellos también llamamos excelsos verdaderos padres de las palabras-almas;
excelsas verdaderas madres de las palabras-almas.


Fuente: Ayvu Rapyta – Textos Míticos de los Mbyá Guaraní del Guairá – León Cádogan

jueves, 26 de junio de 2014

COSMOVISIÓN MBYA GUARANI – AYVU RAPYTA - CAPÍTULO I

LA CREACIÓN

LAS PRIMITIVAS COSTUMBRES DEL COLIBRI

El Creador, Ñande Ru, se crea a sí mismo en medio de las tinieblas originarias. Surge entre ellas con la vara-insignia de su poder y el reflejo de su corazón que todo lo ilumina. El Colibrí, extraño personaje del poema, parece ser la representación del Creador mismo que se autosustenta. En otros poemas aparece claramente el Colibrí como el propio Ñande Ru. La imagen de la creación retorna cíclicamente sobre la tierra con el curso de las estaciones.



 I
Nuestro Primer Padre, el Absoluto,
surgió en medio de las tinieblas primigenias.

II
Las divinas plantas de los pies,
el pequeño asiento redondo,
en medio de las tinieblas primigenias los creó,
en el curso de su evolución.

III
El reflejo de la divina sabiduría [órgano de la vista],
el divino oye-lo-todo [órgano del oído],
las divinas palmas de la mano con la vara insignia,
las divinas palmas de las manos con las ramas floridas [dedos y uñas],
las creó Ñamanduí en el curso de su evolución,
en medio de las tinieblas primigenias.

IV
De la divina coronilla excelsa las flores del adorno de plumas eran gotas de rocío.
Por entre medio de las flores del divino adorno de plumas
el pájaro primigenio, el Colibrí, volaba revoloteando.

V
Mientras nuestro Primer Padre creaba en el curso de su evolución su cuerpo divino,
existía en medio de los vientos primigenios;
antes de haber concebido su futura morada terrenal,
antes de haber concebido su futuro firmamento,
su futura tierra que originariamente surgieron,
el Colibrí le refrescaba la boca;
el que sustentaba a Ñamanduí con productos del paraíso era el Colibrí.



VI
Nuestro Padre Ñamandu, el Primero, antes de haber creado su futuro paraíso.
en el curso de su evolución,
Él no vio tinieblas:
aunque el Sol aún no existiera,
Él existía iluminado por el reflejo de su propio corazón;
hacía que le sirviese de sol la sabiduría contenida
dentro de su propia divinidad.

VII
El verdadero Padre Ñamandu, el Primero,
existía en medio de los vientos originarios,
en donde paraba a descansar la Lechuza producía tinieblas;
ya hacía que tuviese presciencia del lecho de las tinieblas [de la noche].

VIII
Antes de haber el verdadero Padre Ñamandu, el Primero,
creado en el curso de su evolución su futuro paraíso;
antes de haber creado la primera tierra,
Él existía en medio de los vientos originarios.
El viento originario en que existió nuestro Padre se vuelve a alcanzar
cada vez que se alcanza el tiempo-espacio originario [invierno],
cada vez que se llega al resurgimiento del tiempo-espacio primitivo.
En cuanto termina la época primitiva, durante el florecimiento del Lapacho,
los vientos se mudan al tiempo-espacio nuevo:
ya surgen los vientos nuevos [N. y N. E.], el espacio nuevo;
se produce la resurrección del tiempo-espacio [primavera].

Fuente: Ayvu Rapyta – Textos Míticos de los Mbyá Guaraní del Guairá – León Cádogan


viernes, 16 de mayo de 2014

Ayvu Rapyta : Textos míticos de los Mbya Guaraní del Guairá

El Ayvu Rapyta es la compilación de los mitos orales de los Mbya Guaraníes del Guairá hecha por el antropólogo paraguayo León Cádogan según el relato oral de los nativos de dicha etnia guaraní y del cacique Pablo Vera.
Su publicación fue precedida por un ensayo con el mismo nombre en el Boletín de la Facultad de Filosofía, Ciencias y Letras de la Universidad de Sâo Paulo, Brasil. Estudiosos y organizaciones de una decena de países reprodujeron en sus revistas y boletines una gran cantidad de artículos del renombrado científico indigenista paraguayo. Más tarde se publicó con el nombre completo de Ayvu Rapyta: Textos míticos de los Mbya-Guarani del Guairá.
En el Ayvu Rapyta se relata la aparición del ser supremo y la siguiente cosmogonía, haciendo hincapié en la creación del alma del lenguaje humano, el Ayvu. El relato se intercala con himnos, plegarias, mensajes recibidos, remedios de medicina y normas sociales varias.


Índice
Las primitivas costumbres del colibrí.
El fundamento del lenguaje humano.
La primera tierra.
Se está por dar asiento a un ser para alegría de los bien amados.
De la paternidad y de la muerte.
El diluvio.
La nueva tierra.
El señor del cuerpo como el sol.
Los que se inspiran en la buena ciencia, conjurando los maleficios: los lugartenientes de los jakairá.
Los remedios imperfectos.
Los preceptos que dejaron nuestros buenos padres para nuestro gobierno.
Un señor da consejos a su hijo que quiere casarse.
Las aves migratorias. Palabras referentes a otros pájaros.
Amuletos-filtros.
Capitán Chikú.
La lengua de nuestros padres y otros datos lingüísticos.
Cuentos. Cantos infantiles. Saludos.
El concepto guaraní del "alma".
La carta de Yvaroty.


Fuente: Wikipedia

sábado, 22 de marzo de 2014

La Palabra Guaraní


El primer y fundamental arte de los guaraníes es la palabra.
Sin templos y sin ídolos, los Guaraní no podían ofrecer manifestaciones de arte plástica a aquellos conquistadores y misioneros especialmente sensibles al arte barroco. 

Aún así, los Guaraní impresionaron siempre por su elocuencia al decir, eran “señores de la palabra”. Toda la lengua guaraní, reconocían admirados los misioneros jesuitas, era un arte.

Es cierto que la palabra guaraní, durante el proceso colonial, fue “reducida” de muchos modos, en parte destruida y en parte trivializada por masificación de sus hablantes.
Sin embargo, la palabra guaraní, la verdadera, nunca fue del todo silenciada y fue el patrimonio más entrañable de los Guaraní “libres”, los que pudieron mantenerse en la ecología tradicional, en las florestas subtropicales, libres de trabajo esclavo y del comercio, libres para mantener su sistema de economía de reciprocidad, libres para practicar su religión tradicional, libres incluso para guaranizar ciertas formas de vida ajena que se les había pegado con el contacto del mundo colonial.

No deja de ser significativo que la primera y hoy clásica obra de Nimuendajú (1914) sea, ante todo, una “etnografía de la palabra”. El mito de la creación y el mito de la destrucción del mundo que él transcribe textualmente, son dos monumentos de tradición oral que pueden figurar en la más exigente antología de literatura.

Pero lo más importante del trabajo de Nimuendajú es la constatación etnográfica de cuan nuclear es la palabra para la vida del Guaraní. La palabra es su alma. Ayvu: palabra-alma; alma-palabra. La vida y la muerte del guaraní son la vida de su palabra y la medida de sus realizaciones y de sus crisis está dada por las formas que toma su palabra.



La historia del Guaraní es la historia de la palabra, la palabra que se le impone con el nombre, la palabra que escucha, la palabra que el mismo dirá, cantará y rezará, la palabra que en su muerte todavía es palabra que fue: ayvukue.


La religión, en sus creencias y en sus rituales, es un decir, o mejor, un decirse: ñembo’e. Profecía, poesía y retórica son apenas formas del acto constitutivo del Guaraní, que es “decirse”. Ahí está el arte en su vida. Incluso la búsqueda de la “Tierra sin Mal” que expresa una marcha fuertemente enraizada en lo económico en procura de mejores condiciones de vida, no se realiza indepen dientemente del canto y la danza, que la simbolizan y le dan fuerza.

Bartomeu Melia “El guaraní, experiencia religiosa”.