Porque a veces
hay que abrirse el pecho
y arrancarse, sin piedad, el corazón
y rasparse las rodillas y entender
que vivir es respirar
el breve tránsito entre dos exhalaciones.
ese milagro
donde todo es vacío y plenitud.
Ah, la vida no es sencilla, hermosas mías,
y no siempre es feliz,
pero se debe rendirle un homenaje.
Mariana Finochietto